El periodismo ha aportado al género humano a algunos de los más valientes individuos. Que han luchado contra el estado de las cosas y contra los poderes establecidos. Escribiendo gloriosas páginas en la historia como por ejemplo fue el caso de Julius Fucik, antifascista checo asesinado por los nazis. Sin embargo, dicha profesión engloba también a lo peor del género humano: personajes sin escrúpulos que venderían su alma al diablo por ganar notoriedad, siempre al servicio de las clases dominantes. Plumillas como Jon Sistiaga, Jalís de la Serna o Antonio Pampliega, el caso que hoy analizamos.
¿Quién es Pampliega? Un “periodista” cuyos artículos se exhibían en el diario de financiación islámica catarí El País. En dichos artículos, además de en charlas y actos públicos Pampliega defendió a los autodenominados “rebeldes” sirios como la esperanza democrática de un pueblo, además de adjetivarlos como revolucionarios y negar cualquier atisbo de presencia yihadista entre ellos. En un alarde de libro de estilo otánico, nos los presentaba como luchadores por la libertad contra un tirano que los masacraba. También ejerció de propagandista alabando las revueltas del Maidán ucraniano y demonizando a la resistencia del Donbass.
Hoy, vuelve a demostrar que blanquea la imagen de los terroristas islámicos. En un alarde de cinismo, y entre diversos artículos que siguen loando a Al Nusra y al Frente Islámico, nos presenta ahora la “labor” humanitaria del grupúsculo White Helmets, a los que nos presenta como héroes ante las bombas del régimen.
¿Y quienes son WH? Teóricamente una especia de protección civil yihadista, para ayudar con los efectos de la guerra en Siria. En la realidad, son una parte más del ejército terrorista islámico que opera en Siria. Se han documentado numerosas pruebas de WH participando en ejecuciones de prisioneros, escondiendo armamento aprovechando su carácter supuestamente civil, aparte de manipular imágenes para presentarlas como pruebas de los ataques del Gobierno sirio, imágenes en realidad de otros lugares y momentos.
Pampliega es el mejor ejemplo del periodismo al servicio de los peores intereses económicos. Es el ejemplo más perverso de vocero de quienes por un lado condenan y legislan contra el llamado yihadismo (leyes en realidad contra la disidencia interna) a la misma vez que montan pingües negocios con Arabia y las teocracias del Golfo. Pampliega es la imagen de la propaganda de guerra marca USA.
Quizá piense alguno de nuestros lectores, que dicho personaje es nimio como para realizar un artículo sobre su vida y obra de apología de los terroristas sirios. Sin embargo, para el periodismo de clase, el islamismo y quienes les apoyan deben ser combatidos sin cuartel.
Publicado originalmente en: Pravda Internacional
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