jueves, 9 de diciembre de 2021

Entrevista con Pablo Sapag, UCM y autor de “Siria en perspectiva”.

SIRIA: ELECCIONES PRESIDENCIALES, 26/05/2021 Entrevista con Pablo Sapag, UCM y autor de “Siria en perspectiva” (Ediciones Complutense, 2019)


Rafael Bustos 

Fecha de publicación: 12 de junio de 2021 

Observatorio político y electoral del mundo árabe y musulmán Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos, UAM Universidad Autónoma de Madrid www.opemam.org 


Introducción 

    El pasado miércoles día 26 de mayo tuvieron lugar las elecciones presidenciales en Siria, en las que se elige al presidente de la República por un mandato de siete años. Son las elecciones segundas desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, tras las legislativas del 19 de julio de 2020, que ya cubrió OPEMAM con otra entrevista al profesor Sapag. En esta ocasión OPEMAM publica esta entrevista con el profesor Sapag y un análisis post-electoral a cargo de Hanadi Mazloum. 

    La situación actual presenta algunos cambios y continuidades con respecto a los comicios del año pasado. Con el paso del tiempo, la situación militar y de seguridad parece más clara, pese a la persistencia de las operaciones turcas en la zona norte, en el sentido de que se consolida la victoria de las fuerzas oficialistas sobre las rebeldes. Sin embargo, Naciones Unidas no considera que estas elecciones se inscriban en el plan de paz ni que ayuden a avanzar hacia una verdadera integración de los distintos bandos en lucha. Los principales grupos de oposición en el exilio las han rechazado categóricamente. Desde el punto de vista económico y social, persiste una situación muy deteriorada, resultado de una crisis económica agravada por las sanciones internacionales, el regreso de una parte de los refugiados y las consecuencias de la pandemia en un país que sale devastado de una década de conflicto. En cuanto a los aspectos informativo y electoral, hay también continuidades importantes puesto que estas elecciones son tan invisibles a la luz de los medios públicos occidentales como lo fueron las anteriores y se repite la fórmula ya utilizada en 2014 con Hasán al-Nuri de presentar al presidente Bachar al-Assad junto a candidatos surgidos de sus propios gobiernos, en este caso, el exministro Abdullah Sallum Abdullah. 

    OPEMAM: Usted, sin embargo, ha resaltado la importancia de la candidatura de Mahmud Ahmed Marai, por ser un opositor nacional, un abogado de los derechos humanos que representa a sectores disidentes que viven en Siria y que se oponen al régimen desde hace tiempo. ¿Qué novedad representa verdaderamente la candidatura de Marei? ¿No está de todas formas su participación abocada al fracaso debido a las limitaciones de un sistema político y electoral como el sirio? 

   P. SAPAG: La candidatura de Mahmud Ahmed Marei ha representado una interesante novedad al tratarse de un genuino opositor interno que no pudo obtener un escaño en el Parlamento en las pasadas elecciones legislativas de julio de 2020. Haber logrado con sus antecedentes –estuvo en prisión y tuvo prohibición de salir de Siria hasta 2011- el aval de 38 miembros de la Asamblea Popular es un logro destacable de él, de su fuerza política, el Frente Democrático Sirio, y de la nueva Ley Electoral de 2014, que ha ensanchado las posibilidades de participación política. En los nueve días de una campaña oficial en la que tuvo libre acceso a los medios públicos planteó cuestiones muy interesantes, iniciativas que volvió a proyectar en la rueda de prensa que ofreció después de los comicios. Se ha dado a conocer y ha demostrado que en Siria se pueden decir abiertamente muchas cosas y que las reformas de los últimos años han abierto más cauces de participación para quien quiera y sepa aprovecharlos. Todo eso es un triunfo en sí mismo que de alguna manera los electores valoraron al situar segundo a Marei, obviamente teniendo en cuenta que pese a los esfuerzos del Estado y sus instituciones, la arraigada cultura política plebiscitaria siria, el contexto de reafirmación nacional en el que se han celebrado estos comicios a Jefe del Estado, que no de Gobierno, y el absoluto conocimiento previo de un Bashar el Asad a quien entre otros méritos muchos sirios reconocen como factor de estabilidad, descartaban cualquier sorpresa más allá de las señaladas y a lo que tiene que ver con la participación, verdadera clave de estas elecciones entendidas por la población como una instancia para manifestar su apoyo al Estado. 

    OPEMAM: Más allá del escaso éxito cosechado por Marei, que ha obtenido solo el doble de votos (3,3%) que el exministro Sallum, ¿cree que Marei tiene una hoja de ruta distinta al régimen para avanzar en el proceso de paz? 

   P. SAPAG: Sin duda. En las dos largas entrevistas que de acuerdo a la Ley Electoral le hicieron en la televisión pública –Bashar el Asad renunció a esa instancia en beneficio del conocimiento de los otros dos candidatos- Mahmud Marei planteó la necesidad de incorporar a la llamada oposición exterior a un diálogo nacional en la propia Siria para resolver los temas aún pendientes. Desde la lealtad con el Estado sirio y habiendo representado a la oposición interna en las conversaciones de Ginebra, Moscú y El Cairo, su argumento es de una lógica aplastante. Mientras esos opositores externos sigan fuera del país, continuarán actuando al dictado de potencias regionales y globales que poco tienen que ver con el desarrollo de una agenda puramente siria, obstaculizando así el reencuentro entre los sirios, la reconstrucción del país y la propia consolidación de liderazgos políticos alternativos, en ese sentido basta con ver el número de presidentes que han tenido las distintas y enfrentadas entre sí instancias de la oposición exterior. Por eso Marei defiende con firmeza que hay que incorporarlos al proceso, llegando incluso a ofrecerse durante la campaña como candidato no solo de la oposición interna sino también de la externa. En esas entrevistas en horario de máxima audiencia, Marei también habló de la necesidad de incorporar decididamente la promoción de los derechos humanos a la agenda y de resolver los casos de abusos que se hayan cometido estos años así como de ofrecer mayores garantías de seguridad y reinserción a los opositores sirios que quieran volver. Con Sallum coincidió en la lucha contra la corrupción y con éste y con Bashar el Asad en la defensa de la soberanía siria frente a la ocupación de fuerzas estadounidenses y turcas en la periferia del país. 

    OPEMAM: Desde el punto de vista de la competición electoral, se presentaron 51 candidatos, de los cuales sólo fueron admitidos 3 (igual número que en 2014). ¿Qué puede decirse de los candidatos excluidos? De nuevo, han quedado fuera las 7 candidatas mujeres y los candidatos cristianos, las primera por distintos motivos y los segundos por no cumplir con el requisito de la ley electoral. ¿No es contradictorio que, en un país, que se dice republicano, consagra el pluralismo religioso y no se construye sobre bases comunitarias sino sobre la ciudadanía, sea la religión del candidato un requisito excluyente? 

    P. SAPAG: Hasta la promulgación de la Constitución de 2012, el Parlamento –en el que siempre ha habido varios partidos y un mínimo de 50 diputados independientes o no adscritos- designaba por votación a un candidato que era sometido a referéndum popular. El sistema respondía a la compleja estructura sociopolítica siria, en la que junto a los liderazgos partidarios e institucionales hay otros más informales pero no menos importantes. Me refiero a los líderes religiosos, tribales y los mujtar o notables que se remontan a la época de la ocupación otomana de Siria. Los consensos alcanzados en el marco de esa doble estructura de poder se plebiscitaban para darle un carácter y una continuidad institucional a los acuerdos. De alguna manera la Constitución de 2012 y la Ley Electoral de 2014 venían a otorgar más peso a las decisiones individuales, algo que se vio en las parlamentarias de 2020 y sus resultados, tanto en lo que a abstención voluntaria se refiere como a quiénes resultaron elegidos. 

    En cuanto a los excluidos y como en todo sistema electoral, se exigen requisitos para los candidatos. Dada la estructura socio política siria a la que me he referido y que explica la avalancha de precandidaturas, se establece que los candidatos deben contar con el apoyo de al menos 35 diputados. Teniendo en cuenta que la coalición de Gobierno (Bloque Nacional o antiguo Frente Nacional Progresista) tiene 173 escaños que mayoritariamente apoyaron la candidatura de Bashar el Asad y en segundo lugar la de Abdallah Sallum Abdallah, cuyo partido naserista de los Unionistas Socialistas forma parte de la coalición de gobierno, había pocas posibilidades para un cuarto candidato teniendo en cuenta que las firmas por Marei provinieron de independientes. Por otra parte, algunos de los excluidos no cumplían con el requisito de no haber residido más de tres meses fuera de Siria en los últimos diez años. Otros estaban casados con extranjeros o siendo sirios tenían además otra nacionalidad, o la siria no era de origen. También se dio el caso de algún menor de 40 años. Todos ellos son impedimentos pensados para fomentar una concentración que a su vez evite la fragmentación de un sistema representativo que podría atomizarse para responder a meros intereses regionales, locales, tribales, sectarios, étnicos o empresariales en lugar de proyectos nacionales a liderar por un Jefe de Estado y no de facción. En la región pero también fuera de ella hay numerosos ejemplos de las nocivas consecuencias de una atomización exagerada. En un sistema como el sirio la mayor fragmentación encuentra su espacio en las elecciones parlamentarias. Para las presidenciales el sistema trata de evitarla. Eso explica por qué Marei no pudo entrar a la Asamblea Popular al carecer de financiación suficiente para su campaña pero sí competir en unas presidenciales en las que el grueso del coste de campaña corre a cuenta del Estado y sus medios de comunicación. Como su proyecto político convenció a 38 diputados, pudo estar en la papeleta de voto. 

    En cuanto a la cuestión de la religión del Presidente de la República, fue planteada abiertamente por el candidato opositor Marei, que siendo musulmán suní aboga por la eliminación de ese requisito en beneficio de los cristianos sirios, que en todo caso y desde la Independencia en 1946 han ocupado todos los puestos menos el de Jefe del Estado. De hecho el actual presidente del Parlamento es un cristiano siriaco y el más popular primer ministro de la historia contemporánea siria es el cristiano ortodoxo Fares el Juri, correligionario de los fundadores de los Partidos Baaz y Partido Social Nacional Sirio Michel Aflaq y Antuun Saade, respectivamente. Lo que se desconoce desde fuera es que en el borrador de la Constitución de 1973 se eliminaba ese requisito que venía de la época de la ocupación francesa de Siria. Al conocer el borrador, la Hermandad Musulmana, que ya se había sublevado por las armas en los años 1960, volvió a declararse en rebeldía. Ante ello y para contemporizar, el Estado recuperó el requisito de que el Presidente fuese de religión musulmana sin apellidos, lo que no fue suficiente para la Hermandad Musulmana y su brazo armado, la Vanguardia Combatiente, que entre 1973 y 1982 se enfrentaron por las armas al Estado en un conflicto que se cobró miles de vidas. Al islamismo político sirio no le vale con esa concesión ya de por sí discriminatoria. Lo que quiere es que el Presidente sea musulmán suní, que esa sea la religión de Estado y que la sharía o ley islámica sea la fuente principal del Derecho. Todo ello atenta contra lo que en su imprescindible estudio sobre el constitucionalismo sirio Karim Atassi llama “la poderosa y resistente idea de Siria de los Padres Fundadores” del Estado sirio. Fuera de esa concesión el Estado mantiene su carácter aconfesional, aunque en la práctica actúa como uno de tipo multiconfesional que protege y brinda espacio a todas las confesiones religiosas independientemente del número de seguidores de cada una de ellas. En Siria las religiones son parte de la cultura social y así lo reconoce el Estado. 

    En cuanto a las mujeres, Siria es el primer país de la región y uno de los primeros de la Cuenca Mediterránea que extendió el derecho de voto a las mujeres. En Siria votan desde 1949. La vicepresidenta de la República Najja AlAttar es mujer. Hasta mediados de 2017 la presidenta del Parlamento era mujer, hay varias ministras y muchas parlamentarias mujeres. No es descartable que en el futuro esa visibilidad aumente teniendo en cuenta el empoderamiento adicional que han logrado las mujeres sirias estos diez últimos años, en los que en muchos casos han quedado al frente de hogares que han perdido al padre de familia. Prueba de ello son esas siete precandidaturas en las presidenciales. 

    OPEMAM: Las cifras de participación oficiales (78%), 5 puntos más que hace 7 años, no muestran de manera desglosada cuál es el porcentaje de población que sigue sin poder votar, bien por encontrarse en zonas ocupadas por el ejército turco y sus milicias, o bien por encontrarse en zonas todavía controladas por los rebeldes. ¿Qué porcentaje de población residente en Siria calcula que se ha visto privada del voto en estas elecciones? 

    P. SAPAG: La clave de estas elecciones que el Estado no quiso plebiscitarias pero los ciudadanos sirios sí, ha sido la participación, sobre todo si se compara con la de las legislativas de hace un año, cuando como ahora las autoridades del Estado controlaban de forma efectiva cerca del 80% del territorio sirio y donde vive un 85% de los sirios en Siria. El índice de participación en las presidenciales y el resultado de las mismas reflejan con meridiana precisión el apoyo al Estado aconfesional sirio, garante de la multiconfesionalidad social de un país que, además, es multiétnico. De ese 22% de abstención hay que desglosar entre abstención voluntaria y por motivaciones políticas y aquella impuesta o sobrevenida. Dada la distribución territorial de la población, el grueso se atribuye a ciudadanos que no quisieron votar y que de esa forma estarían manifestando su posición política frente al Estado y su sistema político. En Siria el voto es voluntario. En las pasadas parlamentarias de 2020, que se celebraron también bajo las restricciones por el Covid y la misma Ley Electoral, votó menos del 40%, demostrando con su indiferencia el hartazgo con la situación económica, la corrupción y la mala gestión en distintas esferas así como la falta de confianza en 6 los partidos, prueba de ello es que se eligió un 50% más de independientes porque muchos de ellos completaron las listas de partidos para hacerlas más atractivas. Las de ahora eran unas presidenciales que la población interpretó en clave de apoyo al Estado a través del respaldo a su máximo representante, no necesariamente al Gobierno ni al principal partido que lo sustenta. Por eso en la campaña y en las celebraciones posteriores apenas se han visto banderas partidarias, han primado las de la República Árabe Siria. El mensaje ha sido claro y los distintos actores políticos de oposición y gobierno deben tenerlo presente en esta nueva etapa. 

    Donde no se pudo votar fue en el norte de la provincia noroccidental de Idlib, que en un 40% sigue controlada por Jabahat al Nusra/Jabahat Fatah al Sham, la marca de Al Qaeda en Siria. Tampoco se pudo votar en Afrin y algún otro punto del norte de Siria bajo ocupación turca o en zonas rurales de la sureña provincia de Deraa, en las que los acuerdos de reconciliación nacional se implementan con más dificultad que en otros lugares y donde pese a no haber combates los grupos armados conservan sus armas y en ocasiones como esta obstaculizan las acciones del Estado sirio. Sí se pudo votar en algunas de las zonas donde opera la milicia kurda Fuerzas Democráticas Sirias que, sin embargo, esta vez no impidieron sistemáticamente el acceso a las zonas del noreste de Siria controladas por el Estado y donde las elecciones se celebraron con normalidad, aunque con menos participación de los ciudadanos de zonas rurales que no contaban con colegios electorales por así impedirlo la milicia kurda. Pese a que solo en algunos casos bloquearon los desplazamientos a Qamishli y Hasaka, no todos se aventuraron a hacer el viaje a esas ciudades y eso tuvo un impacto en la participación. Algo similar ocurrió en la provincia de Raqqa. 

    OPEMAM: En las pasadas elecciones presidenciales de 2014, muchos refugiados sirios se quedaron sin poder votar por no estar registrados, especialmente en Líbano. Los datos oficiales de votantes inscritos para votar incluyen a los refugiados y residentes en el extranjero, pero no están desglosados ¿Posee alguna cifra de la participación de los ciudadanos sirios en el extranjero, incluyendo los refugiados? ¿Qué cifra pueden representar del total de los votantes? España ha permitido a los escasos refugiados y residentes sirios ejercer su derecho en estas elecciones, como también lo ha hecho Jordania, cambiando de postura respecto a 2014 ¿qué le parece la actitud contraria de los gobiernos de EEUU, Reino Unido, Turquía o Alemania al respecto, especialmente en estos dos últimos países donde vive gran cantidad de población refugiada siria? 

    P. SAPAG: A diferencia de las parlamentarias, los sirios en el extranjero sí pueden votar en las presidenciales. Los votantes en el exterior representan cerca del 7% de un censo total para las estas presidenciales de 18 millones y medio de ciudadanos con derecho a voto. Muchos de los desplazados fuera de Siria, que no necesariamente refugiados, son menores de edad sin derecho a sufragio, carecen de documentación o no registran una salida legal de Siria, requisitos todos para ser incluidos en el padrón que se ha confeccionado teniendo en cuenta el robo en años pasados de pasaportes y DNIs sirios en blanco de las oficinas de documentación de Raqqa y otros lugares del país o la falsificación de documentación siria utilizada por de inmigrantes no sirios deseosos de intentar entrar en la Unión Europa. Después de rechazarlos durante un lustro, entre 2015 y 2017 la UE privilegió el refugio, el asilo y los permisos de residencia y trabajo a sirios por razones varias, desde las humanitarias a las políticas, pasando por las reactivas ante la presión de una Turquía que incluyó a los desplazados sirios en su lista negociadora con la UE. Esa realidad fue tenida en cuenta en la confección del censo electoral para evitar manipulaciones y distorsiones. 

    En cuanto al Líbano y como en 2014, votaron miles de sirios que se desplazaron de todo el país para hacerlo en Beirut. Al igual que entonces, las imágenes son elocuentes. El embajador de Siria en Líbano, Ali Abdelkarim Ali señaló antes de las elecciones que de acuerdo a los antecedentes consulares, entre 170 mil y 200 mil sirios del casi millón de sirios en Líbano reunían los requisitos para poder votar. Recibidos los resultados de las elecciones en el exterior el ministro de asuntos exteriores sirio Faisal Miqdad señaló públicamente que “decenas de miles” de sirios en Líbano habían votado por lo que entre el 40 y el 50% de los sirios con derecho a voto en Líbano habrían ejercido ese derecho. Aunque había 17 mesas electorales abiertas 19 horas, solo se podía votar en la Embajada en Beirut, a la que se desplazaron sirios de todo Líbano y especialmente desde el norte, aunque no sin ciertas dificultades. Algunos fueron atacados por seguidores de las antisirias Fuerzas Libanesas de Samir Geagea, el único dirigente libanés en su día condenado por crímenes de guerra durante la contienda civil en ese país (1975-1990). Durante esos hostigamientos murió de un ataque al corazón un votante sirio. En Jordania la participación fue más discreta, pudiéndose votar solo en Amman, lejos de los lugares de residencia de los desplazados sirios, asentados en las regiones fronterizas. 

    De aquellos estados que prohibieron a las embajadas y consulados sirios organizar las elecciones, violando así el Derecho Internacional y la Convención de Viena1, destacan Alemania y Turquía, donde aparentemente hay un nutrido número de activos opositores sirios. Haberlos dejado votar habría servido para evidenciar la fuerza de esos grupos, fuese por vía electoral o si desconfiaban del escrutinio, por la movilización pública de los mismos. En ambos países la Hermandad Musulmana siria tiene una presencia de antiguo, sobre todo en Alemania, donde se instalaron algunos de sus líderes después de la anterior revuelta armada entre 1973 y 1982. Llamó la atención observar cómo en Berlín tuvo lugar una manifestación de sirios protestando contra el Gobierno alemán por no dejarles votar. No hubo, sin embargo, ninguna manifestación de aquellos contrarios a Asad, al Gobierno o al Estado sirios en una Alemania tradicionalmente hospitalaria con esos sectores. Todo ello el mismo día en que se supo que el de los sirios es el colectivo más numeroso de médicos extranjeros trabajando en Alemania. Esos médicos educados en Siria doblan en número al segundo colectivo, el de los rumanos. Podría haber un interés en dificultar un proceso electoral que buscaba normalizar la situación de Siria, entre otras cosas para animar el retorno de los desplazados, entre ellos sirios de distintas profesiones. La vuelta de los desplazados ha sido uno de los grandes temas de la campaña. En todo caso la posición germana no debe extrañar teniendo en cuenta la responsabilidad histórica de Alemania en la desestabilización de Oriente Próximo y Medio y cómo ello condiciona la falta de independencia de sus políticas hacia la región por ese pasado no tan remoto y su doble dependencia de Israel y Turquía. Como EE UU, Reino Unido o Canadá, se aíslan del resto de la comunidad internacional, que ha apoyado estos comicios. Caso emblemático es el de Francia, que pese a su hostilidad hacia Siria, esta vez sí permitió que se votara en la Embajada en París. También facilitaron la celebración de las elecciones en las embajadas sirias Austria, Hungría, Rusia, Bielorrusia, Armenia, Chipre, República Checa, Rumanía, Bulgaria, Suecia, Suiza, Serbia, Bélgica, Francia, España –también lo permitió en 2014-, Emiratos Árabes Unidos (Dubai y Abu Dabi), Omán, Kuwait, Bahréin, Irán, Iraq, Líbano Jordania, Egipto, Sudán, Argelia, Sudáfrica, Senegal, Tanzania, Argentina, Brasil (Sao Paulo, Brasilia), Chile Cuba, Venezuela, Australia (Sidney y Melbourne), Pakistán, India, China, Japón, Malasia, Corea del Norte e Indonesia. Las facilidades que esos estados dieron a las embajadas sirias, por ejemplo y en algunos casos ofreciendo centros escolares y otros locales para, en caso de necesidad, aumentar el número de mesas de votación, pueden ser interpretadas como gestos tan diplomáticos como políticos en el marco de una lectura más realista de la realidad siria. 

    OPEMAM: Habida cuenta de la severa crisis económica que golpea a la sociedad siria, ¿resulta creíble un aumento de la participación de 5 puntos porcentuales, cuando lo habitual en períodos de crisis suele ser un desgaste y pérdida de credibilidad en la clase política? 

    P. SAPAG: Eran unas elecciones presidenciales en un país que tiene un régimen político semipresidencialista similar al francés y en el que a diferencia de lo que ocurre en mayoría de los países americanos el presidente es Jefe de Estado pero no Jefe de Gobierno. En Siria, exactamente al igual que en Francia, el Presidente de la República tiene además de sus funciones representativas del Estado algunas competencias ejecutivas en materia de política exterior o defensa, pero en ningún caso todas. También nombra al primer ministro y puede provocar crisis de gobierno, destituyendo al presidente del Gobierno y nombrando a otro para que forme un nuevo ejecutivo, ello siempre teniendo en cuenta la correlación de fuerzas en el Parlamento. A diferencia de las parlamentarias de hace un año, donde los sirios participaron mucho menos para mostrar así su desencanto con la dificilísima situación económica, la corrupción y la mala gestión, en esta ocasión los sirios entendieron que se trataba de apoyar al Estado. Eso produjo una alta participación que popularmente se ha vivido como una catarsis. Para muchos sirios estas elecciones presidenciales debían servir para pasar página a diez años muy duros, sobre todo pensando en la lectura que de las elecciones presidenciales se haría en la región, donde por razones de todo tipo miran hoy los sirios para relanzar una reconstrucción del país interrumpida por el Covid, la crisis financiera libanesa, y las sanciones impuestas por EE UU y la Unión Europea. 

    OPEMAM: Con Bachar al-Assad reelegido por un período de siete años, ¿qué expectativas se abren en Siria? Desde la posición de fuerza que ha demostrado, ¿es de esperar una apertura gradual a algunas fuerzas de la oposición exterior, quizá para los próximos comicios? ¿Cómo puede influir en las negociaciones para cerrar definitivamente la guerra cuando países como EEUU no reconocen su legalidad? 

    P. SAPAG: Al menos una parte de la oposición exterior, que es heterogénea y pese a estar dominada por la disciplinada Hermandad Musulmana no ha conseguido consolidar ningún liderazgo reconocible, debería tomar nota de lo ocurrido estos diez años en Siria. La vía insurreccional solo ha servido para causar muerte y destrucción y debilitar la posición internacional de Siria, lo que evidentemente ha tenido graves consecuencias internas y humanas. También algunos grupos no maximalistas deberían tomar nota del significado de estas elecciones. Hay espacio para ellos en Siria, sobre todo si la figura de Marei y lo que él ha representado en estos comicios se consolida como un referente y se suma a otros connotados opositores que a lo largo de la crisis han asumido incluso tareas de gobierno, como Qadri Jamil o Al Haidar. Siria se trazó una hoja de ruta en 2011 para reformar su sistema político y la ha ido cumpliendo en tiempo y forma de acuerdo a la misma, celebrando las elecciones presidenciales de 2014 y ahora, las legislativas de 2016 y 2020 y las municipales de 2018. Todo ello con un comportamiento irregular de los propios sirios en lo que ha participación se refiere y un resistente apego a una cultura política y electoral plebiscitaria y que privilegia los liderazgos fuertes –la figura del zaim tan propia de algunos países árabes-, características que dada la estructura sociopolítica del país no resulta fácil dejar atrás, como ha comprobado el propio Estado sirio en estas elecciones en las que las instituciones y los medios públicos mostraron un estricto apego a los procedimientos constitucionales y una prescindencia e imparcialidad ante los candidatos. Una contención que, sin embargo, el día de los comicios desbordaron los propios sirios manifestando abiertamente y sin que se lo preguntara nadie por quién habían votado y sus razones para ello. También deberían tomar nota aquellos estados –cada vez menos- que diez años después mantienen un discurso ajeno a la realidad de Siria. Como ha señalado reiteradamente el académico y diplomático holandés Nikolaos Van Dam, impulsar negociaciones en las que se niega legitimidad a una de las partes –en este caso, la más importante al tener la representación del Estado- no solo es contraproducente sino que conduce al bloqueo de esas mismas negociaciones y a la prolongación en el tiempo de una situación con graves costos para la población. En todo caso, hoy es cada vez menos relevante lo que hagan esos estados obstruccionistas. El proceso electoral sirio ha sido validado por los BRICS y otros muchos estados del mundo, partiendo por los árabes y siguiendo por muchos otros de Europa y América. En lo inmediato servirán para la reinserción de Siria en su región, lo cual puede ayudar a impulsar la reconstrucción y una vez superado el cierre de fronteras por la pandemia retomar el retorno de los desplazados en países vecinos y continuar con la hoja de ruta que Siria se ha dado a sí misma. 


1 La Convención de Ginebra de Relaciones Consulares DE 1963 no específica un derecho concreto a la participación electoral de los residentes extranjeros, pero tampoco lo prohíbe. La cuestión de conceder el voto a los extranjeros para elecciones que se desarrollan en sus países de origen no depende tanto del derecho internacional público, que ampara de manera general el derecho a la participación política de los extranjeros y en especial de los refugiados, con todas las dificultades que eso conlleva—sino de la voluntad política y de las consideraciones de seguridad y orden público que algunos países alegan algunas veces para no permitir la organización de elecciones foráneas en su territorio. Sin embargo, una buena parte de países permite normalmente su celebración a través de los consulados, oficinas diplomáticas (presencialmente) y/o a través del correo postal (Nota de OPEMAM).

miércoles, 10 de noviembre de 2021

De las acusaciones falsas a ‎la masacre real‎.

 por Thierry Meyssan


Retomamos durante el verano la publicación por episodios del libro de Thierry ‎Meyssan, ‎Sous nos yeux, titulado ‎en español De la impostura del 11 de septiembre a ‎Donald ‎Trump. ‎Ante nuestra mirada, la gran farsa de las primaveras árabes. ‎Este episodio aborda el ‎‎“ataque químico” en la Ghouta, las vacilaciones del ‎bando occidental y el ‎financiamiento del Emirato Islámico (Daesh).‎


Este artículo este parte del libro De la impostura del 11 de septiembre a Donald ‎Trump. ‎Ante nuestra ‎mirada, la gran farsa de las primaveras árabes.‎
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Casi todos los adultos muertos en el incidente químico de la ‎Ghoutta eran hombres. Los niños eran casi todos de la misma edad y los yihadistas ‎los habían secuestrado juntos en Alepo.


27- LA «LÍNEA ROJA»

En mayo de 2013, la OTAN distribuye a sus países miembros un informe donde se reporta que ‎el 70% de la población siria apoya al presidente Assad, un 20% respalda a los rebeldes y un 10% ‎no tiene opinión al respecto [1]. París y Ankara concluyen que la ‎victoria sólo será posible si se regresa al plan inicial y se bombardea Siria. Hay que tomar la ‎iniciativa y hacer algo para presionar a Washington.‎

El 21 de agosto, civiles sirios son víctimas de un ataque químico en la Ghouta, el cinturón verde ‎de Damasco, en un sector bajo control de los yihadistas. En pocas horas, una poderosa ‎máquina de comunicación se pone en marcha para atribuir la responsabilidad del ataque a la ‎República Árabe Siria. Este ataque químico sería una violación de la «línea roja» trazada por ‎el presidente estadounidense Barack Obama. Los occidentales se disponen a «castigar al ‎régimen» bombardeando Damasco, la capital siria. ‎

El gobierno sirio desmiente toda implicación y recuerda que el 23 de mayo la policía turca había ‎arrestado, en la ciudad turca de Adana, 11 yihadistas en posesión de una importante cantidad de ‎gas sarín [2]. El jefe del grupo, Hytam Qassap, es de nacionalidad siria, pero los demás detenidos ‎son turcos. Además, el propio «Ejército Sirio Libre» ‎había divulgado antes varios videos mostrando un pequeño laboratorio de fabricación de armas ‎químicas y había amenazado con utilizar gases venenosos para exterminar a los alauitas [3].‎

Lo sucedido en la Ghouta es más que dudoso: los servicios secretos de Estados Unidos afirman ‎haber observado –sin intervenir– los preparativos del Ejército Árabe Sirio para utilizar el gas, ‎durante los 4 días anteriores al ataque químico ‎ [4]‎. La oposición siria difunde una serie de videos pero ‎uno de ellos está fechado –por YouTube, o sea según la hora de California–, en un momento ‎anterior a la salida del sol en Damasco, aunque la escena está filmada a la luz del día [5]. Las víctimas son niños –todos de la misma edad– u hombres y sólo aparecen ‎‎2 mujeres entre las 1429 víctimas que Estados Unidos afirma haber contado en los videos. ‎Finalmente, los niños muertos resultan ser niños alauitas que los yihadistas habían secuestrado ‎varias semanas antes de los hechos ‎ [6]. Aunque no están oficialmente ‎representadas en el terreno, Francia y Gran Bretaña afirman haber recogido en el lugar de ‎los hechos algunas muestras que, procesadas de inmediato, prueban el uso de gas sarín. Pero ‎un detalle contradice esa versión: el único análisis conocido para la detección del gas sarín en ‎las muestras exige 10 días de trabajo antes de la obtención del resultado. ‎

Según los servicios de inteligencia franceses y británicos, el uso de armas químicas por parte del ‎ejército sirio también estaría demostrado por la intercepción de comunicaciones telefónicas entre ‎oficiales sirios. Pero luego resulta que esas intercepciones provienen de… ‎los israelíes ‎ [7]‎. ‎Rápidamente se verá que la inteligencia militar francesa mantiene una extrema reserva con ‎respecto a tales “intercepciones”, al extremo que no es la inteligencia militar francesa quien ‎redacta la Nota de Síntesis publicada por el ministerio de Defensa sino Sacha ‎Mandel ‎ [8], ‎un consejero, con doble nacionalidad israelo-francesa, del ministro francés de Defensa.‎

En el fondo, resulta difícil entender por qué el uso de armas químicas sería una «línea roja», ‎como si fuesen peores que las demás «armas de destrucción masiva». ¿Por qué ‎Estados Unidos, firmante de la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas, critica el ‎supuesto uso de ese tipo de armas por parte de Siria, país que no había firmado esa Convención, ‎si Estados Unidos violó su propio compromiso internacional en Bagdad, en 2003? ‎ [9]‎ 



Marcus Klingberg, fue director adjunto del Instituto Israelí de ‎Investigaciones Biológicas (IIRB) de Ness Ziona. Klinberg comunicó al KGB los resultados de ‎las investigaciones de Israel sobre armas biológicas. Al ser arrestado, en 1982, Klinberg ‎rechazó que lo llamaran “espía” y sostuvo que lo que había hecho era trabajar en favor de la humanidad.


En el momento de su aparición, durante la Primera Guerra Mundial, las armas químicas tomaron ‎desprevenidos a todos los beligerantes, y por eso resultaron tan mortíferas. Pero los Estados ‎encontraron rápidamente cómo enfrentarlas, de manera que ningún beligerante recurrió a ellas ‎de forma significativa en el campo de batalla durante la Segunda Guerra Mundial. En el Medio ‎Oriente, Israel se negó a firmar la Convención contra las armas químicas, lo cual llevó a Egipto y ‎a Siria a adoptar la misma actitud. Desde 1985 y hasta 1994, Israel financió investigaciones, ‎realizadas en Sudáfrica, para crear armas químicas “selectivas”, capaces matar a las personas ‎según sus características raciales. El objetivo de aquellas investigaciones era encontrar agentes ‎tóxicos que mataran a los negros o a los árabes sin afectar al pueblo judío y se realizaron bajo ‎la dirección del coronel Wounter Basson, el cardiólogo personal del presidente sudafricano Pieter ‎Botha ‎ [10]‎. No se sabe si esas investigaciones llegaron a tener éxito –‎lo cual parece bastante improbable científicamente hablando. Lo que sí se sabe es que costaron ‎la vida a varios miles de personas utilizadas como conejillos de Indias [11].‎

En cuanto al ataque químico en Siria, los servicios de inteligencia británicos validan rápidamente ‎las observaciones ya mencionadas y advierten al primer ministro David Cameron ‎ [12]‎‏ ‏sobre la posibilidad de que todo fuese una operación «bajo ‎bandera falsa» [13]. Mientras tanto, la televisión siria transmite el testimonio ‎de un chofer de los yihadistas. Este individuo revela haber estado en un cuartel, en Turquía, ‎donde recibió un cargamento de municiones químicas, que él mismo transportó en secreto hasta ‎la periferia de Damasco ‎ [14]‎.‎

Respondiendo a preguntas de la prensa rusa, el presidente sirio Bachar al-Assad señala:‎

«Las declaraciones de los políticos estadounidenses, occidentales y de otros países ‎constituyen un insulto al sentido común y son una muestra de desprecio por la opinión ‎pública de sus propios pueblos. Es absurdo: se acusa primero y sólo después se buscan ‎las pruebas (…) Ese tipo de acusación es exclusivamente política y responde a la serie de ‎victorias que las fuerzas del gobierno han alcanzado frente a ‎los terroristas.» ‎ [15]

Desde París, el presidente francés Francois Hollande vocifera que su conciencia le ordena ‎‎«golpear» Damasco ‎ [16]‎. Hollande no hace más que seguir ‎las huellas de los partidarios de la colonización que, durante el gobierno provisional de Charles ‎de Gaulle –en mayo de 1945– y el de Georges Bidault –en noviembre de 1946– bombardeó por ‎propia iniciativa Setif, Guelma y Kherrata (en Argelia), después Damasco (en Siria) y finalmente ‎Haiphong (en Indochina, hoy Vietnam). En el momento de retirar sus tropas, justo después de ‎la independencia de Siria, el ejército del general francés Fernand Olive atacó Damasco, sólo ‎por despecho, destruyendo parcialmente el milenario mercado popular de la capital siria –‎lo mismo que ha sucedido ahora en Alepo– y la sede de la Asamblea Nacional, símbolo de la ‎nueva República siria, que París rechazaba. ‎

Alemania es el primer país en observar que, aunque Siria hubiese utilizado realmente armas ‎químicas, bombardearla sería ilegal a la luz del derecho internacional, sin una decisión del ‎Consejo de Seguridad de la ONU en ese sentido ‎ [17]‎. En todo caso, Estados Unidos y el Reino Unido están convencidos de que todo es ‎un engaño orquestado por Turquía con respaldo de Francia y de Israel. ‎

En Londres, la Cámara de los Comunes prohíbe al primer ministro Cameron atacar Damasco ‎sin que se haya demostrado antes la responsabilidad del gobierno de Bachar al-Assad en ‎el ataque químico. Los diputados británicos, muchos de los cuales conocen el grado de ‎implicación de su propio país contra Siria, recuerdan el costo que tuvo para el Reino Unido ‎la guerra emprendida contra Irak en 2003, basada en las mentiras acusatorias de George Bush y ‎Tony Blair. En Washington, Barack Obama recurre a la opinión del Congreso, sabiendo ‎perfectamente que ese órgano es contrario a toda nueva aventura militar ‎ [18]‎. De hecho, Obama recurre al Congreso sólo para justificar su propia negativa ‎a involucrarse, cuando en realidad la Syrian Accountability Act, adoptada en 2003, pone en ‎sus manos todos los poderes para destruir Siria. ‎

Después de haber hablado demasiado fuerte y demasiado pronto, Francois Hollande se queda ‎solo. Impotente, se encierra en el Elíseo mientras que la palabra de Francia pierde toda ‎credibilidad en el plano internacional. A nadie se le ocurre pedirle cuentas a Turquía y no serán ‎personalidades francesas influyentes como Anne Lauvergeon, Alexandre Adler, Joachim Bitterlich, Helene ‎Conway-Mouret, Jean-Francois Copé, Henri de Castries, Augustin de Romanet, Laurence ‎Dumont, Claude Fischer, Stephane Fouks, Bernard Guetta, Elisabeth Guigou, Hubert Haenel, Jean-‎Pierre Jouyet, Alain Juppé, Pierre Lellouche, Thierry Mariani, Gerard Mestrallet, Thierry ‎de Montbrial, Pierre Moscovici, Philippe Petitcolin, Alain Richard, Michel Rocard, Daniel Rondeau, ‎Bernard Soulage, Catherine Tasca, Denis Verret o Wilfried Verstraete quienes se aventuren ‎a hacerlo. Todos estos personajes de la política y la prensa francesa han recibido “regalos” de ‎los empresarios turcos en nombre de Recep Tayyip Erdogan. ‎

Es Rusia quien ayuda Estados Unidos a salir de esta crisis con la frente alta. Ambos países ‎invitan a Siria a firmar la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas, lo cual Damasco ‎hace sin demora. El presidente Bachar al-Assad negocia con la Organización para la Prohibición ‎de las Armas Químicas (OPAQ) la destrucción de los arsenales químicos sirios, pero Washington ‎correrá con los gastos. ‎

Posteriormente, el conocido periodista estadounidense Seymour Hersh saca a la luz las ‎vacilaciones de su país sobre todo este asunto del ataque químico [19]. Posteriormente, dos profesores del Massachusetts Institute of Technology ‎‎(MIT), Richard Lloyd y Theodore Postol, demuestran que los obuses químicos habían sido ‎disparados desde la zona controlada por los «rebeldes» [20]. Sólo Francia persiste en acusar ‎a la República Árabe Siria. Según la sabiduría popular de los campesinos franceses, «quien quiere ‎matar su perro, siempre dirá que tiene rabia».‎

En todo caso, los occidentales volverán a retomar repetidamente sus acusaciones contra Siria ‎sobre el empleo de armas químicas, a pesar de que, trabajando en conjunto, Rusia y ‎Estados Unidos han destruido todo el arsenal químico sirio. Esas acusaciones cesan sólo cuando ‎Damasco descubre armas químicas en varios bunkers de los yihadistas, armas que habían sido ‎entregadas por la CIA y fabricadas por la empresa británica Chemring Defense, y las firmas ‎estadounidenses Federal Laboratories y Non-Lethal Technologies [21].‎


El 6 de julio de 2012, el presidente francés Francois Hollande encabeza una ‎cumbre de los “Amigos de Siria”. Entre los invitados de honor hay varios responsables de ‎crímenes contra la humanidad –o sea individuos que han organizado ejecuciones masivas ‎basadas en las creencias religiosas de las víctimas. Doce días después, desde su función como ‎presidente de Francia, el propio Francois Hollande ordena asesinar a los miembros del Comité ‎de Seguridad Nacional de la República Árabe Siria y desata el asalto contra Damasco, ‎la capital siria.


28- INDECISIÓN

Al haber cerrado su embajada en Damasco y retirado todo su personal de Siria en 2012, ‎habiendo retirado también la mayor parte de sus fuerzas especiales luego de su intervención ‎en Mali en 2013 y después de verse abandonado por Washington cuando ya había dado el paso ‎adelante, París se ve sin recursos en el teatro de operaciones y sin plan de acción. ‎

Sin saber qué hacer, Francois Hollande se vuelve hacia su aliado de siempre, Israel, que le había ‎presentado una falsa prueba de la supuesta responsabilidad siria en el ataque químico de ‎la Ghouta. En este punto de nuestro recuento, es necesario echar un vistazo a la actividad que ‎Hollande había desarrollado antes, como primer secretario del Partido Socialista, a favor de la ‎colonización de Palestina:‎
 En el año 2000, mientras Israel ocupa el sur del Líbano, Hollande prepara con el futuro alcalde ‎socialista de París, Bertrand Delanoe, el viaje del primer ministro francés Lionel Jospin –también ‎socialista– a Palestina. El discurso de Jospin incluye una condena contra la resistencia libanesa ‎ante la ocupación militar israelí, y asimila esa resistencia al terrorismo.
 En 2001, Hollande exige que el especialista en geopolítica Pascal Boniface, culpable de haber ‎criticado en una nota interna del Partido Socialista francés el ciego respaldo de esa formación ‎política a Israel, presente su renuncia al Partido.‎
 En 2004, Hollande escribe al Consejo Superior de la actividad audiovisual de Francia ‎cuestionando la autorización de transmisión concedida a Al-Manar, la televisión del Hezbollah. ‎Hollande mantendrá sus presiones hasta lograr que Francia censure ese medio de difusión de ‎la resistencia libanesa.
 En 2005, el Consejo Representativo de las Instituciones judías de Francia (CRIF, siglas ‎en francés) recibe a Hollande a puertas cerradas. Según el acta de esa reunión, Hollande ‎expresó allí su respaldo a Ariel Sharon y criticó duramente la política de Charles de Gaulle hacia ‎el mundo árabe. Según el acta, Hollande declaró: «Hay una tendencia que viene de hace mucho, lo que se denomina como la política árabe ‎de Francia y no es admisible que una administración tenga una ideología. Hay ‎un problema de reclutamiento en el ministerio de Relaciones Exteriores y en la ENA y ‎ese reclutamiento debería ser objeto de una reorganización.»‎
Con esas palabras, Francois Hollande invierte la realidad ya que la «política árabe de Francia» ‎no es una política favorable a los árabes en detrimento de los israelíes sino la política francesa ‎en el mundo árabe [22].
 En 2006, Hollande toma posición en contra del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, ‎quien había invitado a Teherán a varios rabinos e historiadores, entre los cuales había algunos ‎negacionistas. Al adoptar esa actitud hostil, Hollande finge no conocer el sentido del ‎congreso organizado en Irán, con el cual se buscaba demostrar que los europeos han ‎reemplazado su cultura cristiana por un culto al Holocausto. Hollande incluso afirma que el ‎presidente iraní pretende negar el derecho de los judíos a la vida y que se prepara para continuar ‎el Holocausto.
 También ejerce presiones para obtener la liberación del soldado israelí Gilad Shalit, prisionero ‎del Hamas, alegando que Shalit, quien tiene doble nacionalidad, es francés. Hollande pasa ‎por alto el hecho que Shalit fue hecho prisionero por la resistencia palestina mientras servía ‎como soldado de un ejército ocupante en guerra contra la Autoridad Palestina, igualmente ‎aliada de Francia.
 En 2010, Hollande publica en el diario Le Monde, con Bertrand Delanoe y Bernard-Henri Levy, ‎un artículo de opinión en contra del boicot contra los productos israelíes. Según Hollande, ‎ese boicot sería un castigo colectivo infligido también a los israelíes que luchan por la paz con los ‎palestinos, razonamiento que nunca se le ocurrió utilizar durante la campaña de boicot contra el ‎apartheid sudafricano. ‎


En busca de aliados, el presidente francés Hollande viaja a Israel el 17 de ‎noviembre de 2013. Al llegar al aeropuerto de Tel Aviv proclama: “Tamid écha-er ravér ‎chel Israel” (“Soy amigo de Israel y lo seré por siempre”). 


En noviembre de 2013, a su llegada al aeropuerto de Tel Aviv, ya como presidente de Francia, ‎Hollande declara, en hebreo «Tamid écha-er raver chel Israel», o sea: «Soy amigo de Israel y ‎lo seré por siempre.» ‎ [23].‎ ‎

El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, observa que Estados Unidos y Reino Unido ‎se han retirado del teatro de operaciones sirio, lo cual no impide que la CIA y el MI6 prosigan ‎la guerra secreta. Netanyahu propone entonces crear una coordinación de los países ‎‎(Arabia Saudita, Francia, Israel, Qatar y Turquía) que desean continuar la guerra abierta hasta el ‎derrocamiento de la República Árabe Siria. Líbano y Jordania seguirán aportando apoyo logístico ‎pero no participarán en la dirección de las operaciones. Como Washington ya no desea seguir ‎apareciendo, todo el dispositivo estará bajo la dirección del embajador estadounidense Jeffrey ‎Feltman, quien actuará desde la sede de la ONU, en Nueva York. Pero habrá que apurarse ‎porque el viento ha cambiado en Washington, donde los partidarios de la agresión contra Siria ‎se ven apartados de sus cargos. El 8 de noviembre, el general David Petraeus es obligado a ‎renunciar a su cargo como director de la CIA, mientras que Hillary Clinton sufre un «accidente» ‎y desaparece durante un mes. ‎

El hombre-orquesta de la primavera árabe es el embajador estadounidense Jeffrey D. Feltman, ‎por demás un gran amigo de Netanyahu. Convertido, desde hace más de un año, en Director de ‎Asuntos Políticos de la ONU, Feltman ordenó al alemán Volker Perthes, director del Stiftung ‎Wissenschaft und Politik (SWP), el tanque pensante más poderoso de Europa, redactar un plan de capitulación total e incondicional de Siria. Perthes está además a cargo de la ‎Dirección África del Norte y Medio Oriente del Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea. ‎Cuando la Alta Representante de la UE para los Asuntos de Política Exterior y Seguridad, ‎Catherine Ashton, abre la boca es para decir lo que le dicta Perthes. Feltman pone en manos de ‎Arabia Saudita la formación, por segunda vez, de un ejército de 50 000 hombres en Jordania. Y ‎también inicia una reorganización paralela de los grupos yihadistas mientras que, ‎por instrucciones de la Casa Blanca, organiza las negociaciones denominadas «Ginebra 2». ‎

Benyamin Netanyahu concibe una alianza de 3 miembros en la que Francia defenderá ‎los intereses de Israel y de Arabia Saudita en el plano internacional, a cambio de gigantescos ‎contratos, inversiones y sobornos. El objetivo es sabotear las negociaciones entre ‎Estados Unidos e Irán para mantener el monopolio que ejerce el directorio regional Tel Aviv-‎Riad. ‎


Al ser detenido en Líbano, Majed al-Majed reconoció que era oficial de los ‎servicios secretos de Arabia Saudita y que recibía órdenes directamente del príncipe saudita ‎Bandar ben Sultán, jefe de la inteligencia saudita. Majed al-Majed dirigía una rama de al-‎Qaeda y servía de enlace entre esa organización terrorista y altas personalidades del ‎Medio Oriente.


En Líbano, el ejército de ese país acaba de arrestar a Majed al-Majed, uno de los agentes más ‎importantes de Arabia Saudita. El rey de Arabia Saudita ofrece a los libaneses 3 000 millones de ‎dólares en armamento “Made in France” para que no graben la confesión de al-Majed [24]. El jefe terrorista muere oportunamente ‎mientras el rey saudita distribuye “regalos” a dirigentes libaneses y franceses –por ejemplo, ‎‎100 millones de dólares para Michel Sleimane, el “presidente” libanés designado en violación de ‎la Constitución. Finalmente, sólo saldrán beneficiados los individuos que recibieron “regalos” ‎personales, pero los pedidos y entregas de armamento francés al Líbano nunca llegarán a ‎concretarse [25]. ‎El único dirigente francés que no recibe algún “regalo” personal del rey de Arabia Saudita, ‎el ministro de Defensa Jean-Yves Le Drian, negocia para su región –en Francia– el salvamento ‎del grupo productor de carne de pollo Doux, endeudado en 400 millones de euros, que será ‎parcialmente adquirido y salvado de la quiebra por el saudita Al-Munajem.‎

Después de la renuncia de Kofi Annan al puesto de mediador de la ONU para Siria, el secretario ‎general de la ONU Ban Ki-moon pone el tema sirio en manos del argelino Lakhdar Brahimi. Pero ‎Brahimi, a diferencia de Annan, no actúa bajo el título de “mediador” porque Ban Ki-moon ‎considera ahora que «¡Bachar tiene que irse!». La misión de Brahimi será conducir a Siria hacia ‎‎«una transición política, conforme a las legítimas aspiraciones del pueblo sirio». Brahimi es ‎el creador del «Servicio de Apoyo a la Decisión», que es en realidad el servicio secreto personal ‎del secretario general de la ONU, organización que ha dejado de ser un foro de paz y que ahora ‎dispone de un servicio secreto para implementar la política de Washington. Debido a su papel ‎en situaciones como el fin de la guerra civil en Líbano, el golpe de Estado en Argelia y ‎la agresión anglosajona contra Afganistán, Brahimi está muy lejos de ser un desconocido para la ‎diplomacia francesa ‎ [26]‎. ‎

Ginebra 2, que se abre el 22 de enero de 2014, es una trampa. En la primera conferencia ‎de Ginebra sobre Siria, Estados Unidos y Rusia se reunieron, en presencia de sus socios más ‎cercanos, y sin la participación de sirios. Pero en Ginebra 2 participan no sólo Siria y ‎‎«representantes de la oposición» sino también todos los Estados implicados –con excepción ‎de Irán, cuya invitación, después de haber sido enviada, será anulada, supuestamente a pedido ‎de Arabia Saudita. Pero, ¿quién puede creer que el reino saudita tiene realmente tanto poder ‎sobre la ONU? En realidad, el estadounidense Jeffrey Feltman, está organizando por otro lado ‎las negociaciones 5+1 con Irán, y prefiere no anticipar el levantamiento de las sanciones ‎estadounidenses y europeas contra la República Islámica. En cuanto a los representantes de la ‎oposición siria, sólo podrán participar los que cuentan con el aval de Arabia Saudita, o sea la ‎nueva «Coalición Nacional de Fuerzas de la Oposición y la Revolución» (CNFOR) que preside ‎Ahmed Jarba. Este personaje es un narcotraficante de poca monta que alcanza así su momento ‎de gloria únicamente porque es originario de la misma tribu saudo-siria de la cual proviene el rey de ‎Arabia Saudita. ‎

Sólo dos días antes de la apertura de Ginebra 2, Qatar hace que el gabinete londinense de ‎abogados Carter-Ruck publique un informe de 3 ex fiscales internacionales sobre el testimonio ‎de «César» y las pruebas acusatorias que este individuo ha entregado a ese gabinete [27]. «César» se presenta como un oficial ‎desertor de la policía militar siria, habitualmente encargado de fotografiar lugares donde se han ‎cometido crímenes, y afirma haber fotografiado, desde el inicio del conflicto, las «víctimas del ‎régimen» en los depósitos de cadáveres de los hospitales militares. «César», quien ‎supuestamente acaba de desertar, entrega 55 000 fotos de 11 000 cadáveres, imágenes que ‎dice haber captado personalmente. Para que todo parezca más convincente, cada página del ‎comunicado que anuncia el informe lleva estampada –dos veces– la mención «Confidencial». ‎Los ex fiscales concluyen que las víctimas fueron sometidas a privación de alimentos y a las ‎torturas que el «régimen«» aplica sistemáticamente a las «personas encarceladas». ‎En realidad, las fotos verdaderamente tomadas en Siria –que están lejos de ser todas– muestran ‎los cuerpos de mercenarios de diversas nacionalidades recogidos por el Ejército Árabe Sirio en el ‎campo de batalla y cadáveres de civiles y militares sirios muertos bajo las torturas infligidas ‎a ellos por los yihadistas que los acusaban de apoyar la República Árabe Siria. ‎


En la apertura de la Conferencia Ginebra 2, el secretario de Estado John ‎Kerry defiende las exigencias de Arabia Saudita: exclusión de Irán, composición de la delegación ‎de la oposición siria limitada sólo a los miembros de la Coalición Nacional, dimisión ‎del presidente sirio Bachar al-Assad y posterior juicio contra este último. ‎

El nuevo secretario de Estado, John Kerry, quien conoce bien al presidente sirio Bachar al-Assad, ‎sabe que todo eso es pura propaganda, pero el comunicado del gabinete Carter-Ruck le aporta ‎un nuevo argumento para el discurso que va a pronunciar en Ginebra 2, el 22 de enero de 2014. ‎

Como nadie entiende bien lo que sucede desde la exclusión de Hillary Clinton y de sus seguidores, ‎las televisiones del mundo entero están presentes en Ginebra. Pero cuando el ministro sirio ‎de Exteriores, Walid Mouallem –a quien los franceses habían tratado de asesinar–, hace uso de ‎la palabra en la apertura de la conferencia, no sabe adaptarse a la situación y pronuncia ‎un discurso dirigido a la opinión pública siria, desperdiciando así la única oportunidad que ‎se le ofrece de desmontar directamente, ante los ojos del mundo entero, el complot occidental. ‎Walid Mouallem es un diplomático con un gran sentido de la lealtad –en una reunión de la ‎Liga Árabe, rechazó un soborno de 100 millones de dólares que su homólogo qatarí le ofrecía ‎para que traicionara a Siria. En su discurso, Mouallem plantea la cuestión del apoyo que la ‎‎«delegación de la oposición» y sus padrinos presentes en la sala aportan al terrorismo. ‎

En definitiva, Ginebra 2 no aporta nada porque, entre el momento de su convocación y la ‎realización misma de la conferencia, Washington había adoptado una nueva estrategia. ‎Ahora estima que Estados Unidos no está obligado a renunciar a su sueño de mantener ‎un mundo unipolar ni a pactar con Rusia. Todavía le queda una carta por utilizar, y esa carta es ‎precisamente el terrorismo. ‎

Mientras los diplomáticos discuten inútilmente en Ginebra 2, el presidente Obama recibe al rey ‎de Jordania para fijar las condiciones de participación de su país, y la consejera de Seguridad ‎Nacional, Susan Rice, recibe a los jefes de los servicios secretos de la coalición ‎antisiria ‎ [28].

Como todos los años, el Congreso de Estados Unidos se reúne a puertas cerradas para votar los ‎‎«presupuestos negros» del Pentágono. Esta reunión del Congreso, recogida en un despacho de ‎la agencia de prensa británica Reuters [29], nunca será mencionada en la prensa estadounidense ‎y ni siquiera aparece en los registros oficiales. Los congresistas aprueban mantener ‎el financiamiento y la entrega de armamento a los grupos armados en Siria, en violación de las ‎resoluciones 1267 y 1373 del Consejo de Seguridad de la ONU ‎ [30]‎. Sin saberlo, acaban de abrir las puertas del infierno. ‎

‎(Continuará) ‎




[1NATO data: Assad winning the war for Syrians’ hearts and minds”, World Tribune, 31 de mayo de 2013.

[3«Los Contras sirios presentan su laboratorio de armas químicas», Red Voltaire, 6 de diciembre ‎de 2012.

[5«Siria: Sobre los videos de la masacre del 21 de agosto»,Red Voltaire, 30 de agosto ‎de 2013.

[6«Siria: Identificación de los niños muertos en la Ghouta», Red Voltaire, 6 ‎septembre 2013.

[7«Exclusive: US Spies say intercepted calls prove Syria army used nerve gas», Foreign Policy, 28 de agosto de 2013; «Administración Obama valida el engaño israelí sobre Siria», Red Voltaire, 30 de agosto de 2013.

[8«Synthèse du Renseignement français sur l’attaque chimique du 21 août 2013», por Sacha Mandel, Réseau Voltaire, 2 de septiembre de 2013.

[9«Verdades ocultas sobre los arsenales químicos y la Convención internacional», por ‎Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), ‎‎Red Voltaire, 13 de septiembre de 2013; Saddam ‎Hussein. Présumé coupable, Me Emmanuel ‎Ludot, Carnot, 2004.

[10Dr la mort - Enquête sur un bioterrorisme d’État en Afrique du Sud, Tristan Mendes-‎France, ‎Favre Pierre Marcel (2002).

[11«El secreto de los gases israelíes», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 15 de ‎septiembre de 2013; «L’affaire Wouter Basson - Rapports officiels suisses», 2002; ‎«Sudáfrica, antiguo laboratorio secreto de terrorismo biológico de varios países ‎“democráticos‎”», Red Voltaire, 25 ‎de mayo de 2005.‎

[12Letter From ‎the Chairman of the UK Joint Intelligence Committee on Syria”, Voltaire ‎Network, 29 de agosto de 2013.

[13Las operaciones «bajo bandera falsa» (false flag) son operaciones ‎de inteligencia realizadas de tal manera que su autoría pueda atribuirse falsamente ‎al adversario. Nota del Traductor.

[14«Los misiles químicos de la Ghouta venían de Turquía», ‎‎Red Voltaire, 16 de septiembre de 2013.

[15«Entretien de Bachar el-Assad aux Izvestia», por ‎Bachar el-Assad, ‎‎Réseau Voltaire, 26 de agosto de 2013.

[16«Interview de François Hollande au Monde», por ‎François Hollande, ‎‎Réseau Voltaire, 30 de agosto de 2013.

[17«Siria: injerencia deliberada, pretexto dudoso», par General Dominique ‎Delawarde, Red Voltaire, 18 de septiembre ‎de 2013.

[18«Declaración de Barack Obama sobre Siria», por Barack Obama, Red Voltaire, 31 de ‎agosto de 2013.

[19“Syria: Whose sarin?”, por ‎Seymour M. Hersh, London Review of Books, vol. 35, No 24, 19 de diciembre de 2013, p. 9-‎‎12; traducido al español en Red Voltaire:‎ «¿El sarín de quién?», Red Voltaire, ‎‎13 de febrero de 2014.

[20Possible Implications of Faulty US ‎Technical Intelligence in the Damascus Nerve Agent Attack of August 21, 2013, Richard ‎Lloyd y Theodore A. Postol, MIT, 14 de enero de 2014, 46 pp.

[21«Londres y Washington entregaron armas químicas a los yihadistas», Red Voltaire, 16 de agosto ‎de 2017.

[22«Francia: el Partido Socialista se compromete a eliminar a los diplomáticos proárabes», por Ossama Lotfy, Red Voltaire, 11 de enero de 2006.

[23«Déclaration de François Hollande à son arrivée à l’aéroport de Tel-Aviv‎‎», por François Hollande, Réseau Voltaire, 17 de noviembre de 2013.

[24«Silencio y traición por 3 000 millones de dólares», por Thierry ‎Meyssan, Red Voltaire, 16 de enero de 2014.

[25‎«Renuncia ejército libanés a los 3 000 millones en armamento francés», ‎Red Voltaire, 7 de febrero de 2014; ‎«Arabia Saudita anula su donación de 3 000 millones al Líbano», Red Voltaire, 20 de febrero de 2016.

[26«El Plan Brahimi», por Thierry Meyssan, El-Ekhbar ‎‎(Argelia), Red Voltaire, 28 de agosto de 2012.

[28Spymasters gather to discuss Syria”, por David Ignatius, The Washington Post, 19 de febrero de 2014.

[29“Congress secretly approves U.S. weapons flow to ‎‎’moderate’ Syrian rebels-”, por Mark ‎Hosenball, Reuters, 27 de enero de 2014.

[30«Estados Unidos, primer financista mundial del terrorismo», por ‎Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), ‎‎Red Voltaire, 3 de febrero de 2014.



Publicado originalmente en: Red Voltaire