lunes, 29 de mayo de 2017

EE.UU. ejecutó un cambio de régimen en Siria en 1949... y lo intentó de nuevo en 1957, 1986, 1991, 2011... hasta hoy.



Comentario previo
Como complemento al capítulo 12 de Asesinando la esperanza, de W. Blum, que publicamos anteriormente (ver "Siria 1956-1957. Comprando un nuevo gobierno"), os ofrecemos este breve pero muy clarificador comentario publicado en WashingtonsBlog y traducido por nuestra compañera Alga Roja.
Hay dos formas de enfocar la cuestión siria. La primera, que implicaría una perspectiva sincrónica en el análisis de la realidad, sería centrarnos única y exclusivamente en los acontecimientos que han tenido lugar desde 2011; esto es básicamente lo que suele hacerse. La segunda implicaría una perspectiva diacrónica, es decir, pensar sobre la cuestión siria en términos de proceso histórico, en un intento de encontrar hilos conductores desde el pasado al presente; en otras palabras, se trataría de focalizar la atención sobre lo estructural frente a lo coyuntural.
Bajo esta otra perspectiva que os proponemos, cualquier discusión sobre Bashar al-Ásad pasa a un segundo plano, en tanto que ese hilo conductor, sobre el que pretendemos llamar la atención, actúa independientemente de quién esté en el gobierno sirio.
¿En qué se concreta tal hilo conductor? Muy sencillo, desde el mismo momento de la independencia siria, EE.UU. (sobre todo) y Reino Unido han tratado de intervenir y han intervenido en Siria, para garantizar básicamente sus intereses económicos relacionados con el petróleo, aunque también sus intereses geoestratégicos globales en la región. Y esto ha conducido a que EE.UU., con apoyo británico,desde 1946 (independencia de Siria) han promovido toda una sucesión de golpes de estado de Siria, unos exitosos y otros fracasados. Y esto EE.UU. lo ha hecho con independencia de que el gobierno de turno fuese democrático o no, fuese de un color o de otro.
En este sentido resulta muy clarificador el siguiente artículo del WashingtonsBlog que nuestra compañera Alga Roja ha tenido la gentileza de traducir para el blog del viejo topo.

Referencia documental
"The U.S. Carried Out Regime Change In Syria In 1949 … and Tried Again In 1957, 1986, 1991 and 2011-Today", publicado en WashingtonsBlog, 24-2-2017 (URL de la fuente como hipervínculo en el título)
Traducción al castellano: Alga Roja para blog del viejo topo
Las imágenes son añadidos nuestros. Hemos respetado los hipervínculos del original y la negrita del autor.

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EE.UU. ejecutó un cambio de régimen en Siria en 1949... y lo intentó de nuevo en 1957, 1986, 1991, 2011... hasta hoy.
WashingtonsBlog


La CIA apoyó un golpe de derechas en Siria en 1949. Douglas Little, profesor del Departamento de Historia de la Universidad Clark, escribía en 2003:
Documentos recientemente desclasificados (...) confirman que a partir del 30 de noviembre de 1948, el agente de la CIA Stephen Meade se reunió en secreto, al menos seis veces, con el coronel Zaim para discutir la posibilidad de una dictadura apoyada por el Ejército.
(...) 
Ya en 1949, esta república árabe recién independizada, fue una base de operaciones importante para los primeros experimentos de la CIA en acciones encubiertas. 
La CIA alentó en secreto un golpe militar de derechas en 1949. [“Cold War and Covert Action: The United States and Syria, 1945-1958” Middle East Journal, Winter 1990, p. 55] 
¿Cuál fue la razón para que EE.UU. iniciase el golpe? Little lo explica:
A finales de 1945, la Arabian American Oil Company (ARAMCO) había anunciado planes para construir un oleoducto trans-árabe desde Arabia Saudita al Mediterráneo.  Con la ayuda de EE.UU., ARAMCO se aseguró los derechos de paso desde el Líbano, Jordania y Arabia Saudita. El derecho de paso en Siria estaba estancado en el parlamento.
En otras palabras, Siria era el único país problemático para el lucrativo oleoducto.

(De hecho, la CIA ha llevado a cabo este tipo de acciones encubiertas desde el principio)

En 1957, el presidente de Estados Unidos y el primer ministro británico acordaron poner en marcha de nuevo un cambio de régimen en Siria. El historiador Little comenta que el intento de golpe fue descubierto y paralizado:
El 12 de agosto de 1957, el ejército sirio rodeó la embajada estadounidense en Damasco. El jefe de contrainteligencia sirio Abdul Hamid Sarraj expulsó a tres diplomáticos estadounidenses (...) afirmando haber abortado un complot de la CIA para derrocar al presidente neutral Shukri Quwatly e instalar un régimen pro-occidental. El jefe de contrainteligencia sirio Sarraj reaccionó rápidamente el 12 de agosto, expulsando a Stone y otros agentes de la CIA, deteniendo a sus cómplices y poniendo bajo vigilancia la embajada de Estados Unidos. (...)Más importante aún, Siria también tenía el control de una de las principales arterias de petróleo de Oriente Medio, el oleoducto que conectaba Turquía con los campos petrolíferos del pro-occidental Irak. (...)
[Nota del blog del viejo topo: sobre el doble intento de golpe en 1956 y 1957, véase el texto de William Blum "Siria 1956-1957. Comprando un nuevo gobierno"
El informe decía que una vez se hubiese creado el necesario estado de pánico, los incidentes y enfrentamientos en la frontera se utilizarían para proporcionar un pretexto para la intervención militar iraquí y jordana. Siria tenía que parecer como la "impulsora de sabotajes, violencia y complots contra los gobiernos vecinos", decía el informe. “La CIA y el SIS deben utilizar su capacidades psicológica y de acción para aumentar la tensión.” 
(...)
El plan requería la financiación de un “Comité de Siria Libre” [hmmm... suena vagamente familiar], y armar a “facciones políticas que tuvieran paramilitares u otros mecanismos de acción en Siria ”. La CIA y el MI6 instigarían levantamientos internos, por ejemplo, de los drusos [una secta musulmana] en el sur, ayudarían a liberar presos políticos detenidos en la prisión de Mezze, y agitarían a los Hermanos Musulmanes en Damasco.
Documentos desclasificados recientemente de la CIA muestran que en 1986, la CIA elaboró planes para derrocar al gobierno sirio provocando tensiones sectarias.

Los neoconservadores planificaron un cambio de régimen en Siria una vez más en 1991.

Según el ex ministro de Asuntos Exteriores francés Roland Dumas, Gran Bretaña había planeado acciones encubiertas en Siria ya en 2009: “Estaba en Inglaterra con otros asuntos dos años antes de la violencia en Siria”, dijo a la televisión francesa: “Me reuní con funcionarios británicos de alto rango, que me confesaron que estaban preparando algo en Siria. Esto fue en Gran Bretaña no en América. Gran Bretaña estaba preparando sicarios para invadir Siria“. 
Correos electrónicos filtrados de la firma privada de inteligencia Stratfor, confirmaron que ya en 2011 estaba en marcha un plan para que las fuerzas especiales de Estados Unidos y Reino Unido entrenasen a las fuerzas de oposición siria. El objetivo era provocar el “colapso” del régimen de Assad “desde dentro”.

De hecho, EE.UU. ha propiciado cambios de régimen en Oriente Medio y el Norte de África durante seis décadas.

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Últimas entradas en el blog del viejo topo relacionadas:
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Anexo: artículo de Douglas Little citado por el autor del texto que hemos reproducido:


1949-1958, Syria: Early Experiments in Covert Action
By Douglas Little, Professor, Department of History, Clark University.
Press for Conversion! Issue # 51 May 2003

On August 12, 1957, the Syrian army surrounded the U.S. embassy in Damascus. Claiming to have aborted a CIA plot to overthrow neutralist President Shukri Quwatly and install a pro-Western regime, Syrian chief of counterintelligence Abdul Hamid Sarraj expelled three U.S. diplomats, jailed dozens of officers and moved closer to Moscow. By month’s end, the U.S., along with Turkey and Iraq, was considering an action that could have escalated into a full-scale, Soviet-U.S. confrontation. This abortive CIA coup plot capped nearly a decade of covert U.S. meddling in Syria. As early as 1949, this newly independent Arab republic was an important staging ground for the CIA’s earliest experiments in covert action.

The CIA secretly encouraged a right-wing military coup in 1949. Repeated CIA covert action during the following decade stimulated Arab antiAmericanism, drove the Syrian left closer to the Kremlin, and made overt military involvement more likely.

In late 1945, the Arabian American Oil Company (ARAMCO) announced plans to construct the Trans-Arabian Pipe Line (TAPLINE) from Saudi Arabia to the Mediterranean. With U.S. help, ARAMCO secured rights-of-way from Lebanon, Jordan and Saudi Arabia. The Syrian right-of-way was stalled in parliament.

Violent anti-U.S., anti-Israeli demonstrations in November 1948, forced Prime Minister Mardam to resign. He was succeeded by Khalid alAzm. During this crisis, CIA operative Stephen Meade, made contact with right-wing Syrian army officers.

Declassified records confirm that beginning in November 1948, Meade met secretly with Syrian Army Chief of Staff Col. Husni Zaim at least six times to discuss the “possibility [of an] army supported dictatorship.” U.S. officials realized that Zaim was a “‘Banana Republic’ dictator type” with a “strong anti-Soviet attitude.”

Meade and Zaim completed plans for the coup in early 1949. On 14 March, Zaim “requested U.S. agents [to] provoke and abet internal disturbances ‘essential for coup d’etat’ or that U.S. funds be given him [for] this purpose.” Nine days later, Zaim “promised a ‘surprise’ within several days” if Meade could secure U.S. help. As rumors of a military coup grew stronger, Assistant Secretary of State George McGhee arrived in Damascus, ostensibly to discuss resettling Palestinian refugees but possibly to authorize U.S. support for Zaim. Shortly thereafter, students protesting government corruption and mishandling of the war with Israel took to the streets. On 30 March, Zaim staged his coup, arrested Quwatly and suspended the constitution. Meade reported on 15 April that “over 400 Commies [in] all parts of Syria have been arrested.”

Zaim’s performance far exceeded Washington’s expectations. On 28 April, he told the U.S. ambassador that Syria was resuming peace talks with Israel and would consider resettling 250,000 Palestinian refugees in Syria. On 16 May, Zaim approved ARAMCO’s TAPLINE. Two weeks later he banned the Communist Party and jailed dozens of left-wing dissidents. In July, he signed a Syro-Israeli armistice. Zaim anticipated swift U.S. approval for $100 million in military and economic aid. However, on 14 August, Zaim was overthrown and executed by Col. Sami Hinnawi.

Almost at once, the frictions that had bedevilled Syria-U.S. relations reappeared. Elections in November produced a victory for Hinnawi’s Populist Party, which announced plans for a Syrian union with Iraq’s Hashe-mite dynasty. On December 19, 1949, Col. Adib Shishakli ousted Hinnawi in Syria’s third coup in nine months. This was the first of what would become seven civilian cabinets in 23 months.

The U.S. again encouraged a military quick-fix, this time with Shishakli cast in Zaim’s strongman role. Shishakli had approached U.S. officials in March 1950 seeking “military aid for army modernization ‘to maintain order.’” U.S. officials realized that Shishakli was “one of the strongest anti-Communist forces in the country.” Washington hinted that Syria might soon receive U.S. weapons.

U.S. officials confirmed in early July that “Shishakli had been making friendly overtures.” One of his chief lieutenants asked the U.S. military attaché, “What do you want us to do?” Shishakli had a “cordial 2 hour discussion” with the CIA’s Miles Copeland and others at the U.S. embassy on November 23, 195l. When Ma’aruf Dawalibi, long regarded by U.S. observers as pro-Soviet, announced a week later that he would head Syria’s eighth cabinet in less than two years, Shishakli dissolved parliament and set up a military dictatorship.

U.S. officials were aware of Shishakli’s plans in advance and welcomed his coup. Chargé d’affaires Harlan Clark cabled Washington on 30 November that “if U.S. is to profit from new sit[uatio]n, it will be more than ever necessary...to show Shishakli how and when we can help him.” The State Department won Pentagon approval “on political grounds” within days for “early delivery to Syria...of a limited amount of selected military material.”

In short order, Syria initiated mutual defense talks with Turkey and renewed the TAPLINE concession. Shishakli was willing to consider a peace treaty with Israel and the resettlement of Palestinian refugees in Syria provided substantial U.S. financial and military aid was forthcoming. In 1952, the Truman administration pressed the World Bank to expedite Syria’s request for a $200 million loan.

Before they could reach a deal on an arms package, Shishakli was overthrown in an army-orchestrated coup on February 25, 1954. The Communist Party, whose membership had been halved and whose leaders had been driven underground by Shishakli, saw the coup as the first step toward a national front with the Ba’athists and others opposed to Western influence.

When the Syrians went to the polls on 24 September, they favored the Ba’ath and other left-wing parties and sent Khalid Bakdash to parliament as the first freely elected Communist Party deputy in the Arab world. CIA director Allen Dulles agreed that “the situation in that country is the worst of all the countries in that area.”

With Washington’s blessing, Britain and Iraq announced plans in January 1955 for the Baghdad Pact, a regional defense organization modeled on NATO. A “progressive front,” backed by Col. Adnan Malki, opposed Syrian participation. Syria joined Egypt in calling for Arab nonalignment and Malki worked with Egyptian president Nasser to undermine Iraq’s pro-Western premier. If Malki or other left-wing officers seized power and concluded a formal alliance with Egypt, Secretary of State John Foster Dulles remarked that Syria’s “antiWestern policies” could trigger “Iraqi military intervention” or worse, “Israeli military action against one or several Arab states.”

On April 22, Malki was assassinated by a gunman from the Syrian Social Nationalist Party (SSNP), a right-wing group that had supported Shishakli and was rumored to have close ties with the CIA. Operation Straggle, to topple anti-Western leaders in Damascus, differed from the earlier Zaim and Shishakli episodes because the U.S. cooperated with Britain. U.S. Ambassador Moose suggested on 8 January that “thought be given to other methods,” including an “anti-Communist coup” engineered by the SSNP. In March, Allen Dulles and CIA Middle East chief Kermit Roosevelt flew to London, where they worked out the details for the coup with Britain’s Secret Intelligence Service (SIS).

The original CIA-SIS plan appears to have called for Turkey to stage border incidents, British operatives to stir up the desert tribes, and U.S. agents to mobilize SSNP guerrillas, all of which would trigger a pro-Western coup by “indigenous anticommunist elements within Syria” supported, if necessary, by Iraqi troops. Nasser’s seizure of the Suez Canal on July 26, 1956, however, disrupted joint AngloU.S. planning for Straggle.

London subordinated Straggle to its top-secret plans for intervention in Egypt. The British, Foster Dulles complained on 18 October, were “deliberately keeping us in the dark.” Washington moved forward with plans for the coup and provided $150,000 to the conspirators. At the last minute, the SIS persuaded the CIA to postpone Straggle for four days, so that, unbeknownst to the Americans, it would coincide with the British-backed Israeli invasion of the Sinai. Secretary Dulles and President Eisenhower were doubly surprised, first by Israel’s lightning assault on Egypt and then by word that Syrian counterintelligence had uncovered Straggle. On 30 October, Foster and Allen Dulles agreed that “it would be a mistake to try to pull it off.”

During an unprecedented New Year’s Day meeting with key legislative leaders, Eisenhower requested congressional authorization to use U.S. troops to counter Soviet subversion in the Middle East. He “cited Syrian developments as evidence of Russian intent.” The House approved, 355 to 61 on January 30, 1957, and the Eisenhower Doctrine went into effect.

In August, Washington apparently gave authorization for Operation Wappen, the code name for the new U.S. covert operation against Syria. Howard Stone, a CIA political action specialist with experience in Iran and Sudan, had been planning a coup with dissidents inside the Syrian army for three months. Meanwhile, Shishakli assured Kermit Roosevelt that he was ready to reassume power in Syria. According to Charles Yost, a former U.S. ambassador to Syria, Wappen was “a particularly clumsy CIA plot” and was “penetrated by Syrian intelligence.” Patrick Seale in Struggle for Syriaagrees: “Half a dozen Syrian officers approached by U.S. officials immediately reported back to the authorities so that the plot was doomed.

Syrian counterintelligence chief Sarraj reacted swiftly on August 12, expelling Stone and other CIA agents, arresting their accomplices and placing the U.S. embassy under surveillance. Left-wing Colonel Bizri used the fiasco as an excuse to wrest control of the army from his moderate rivals.

The U.S. encouraged Turkey and Iraq to mass troops along their borders with Syria; and “if Syrian aggression should provoke a military reaction,” Washington would “expedite shipments of arms to the Middle East and would replace losses as quickly as possible.” “The Sixth Fleet was ordered again to the eastern end of the Mediterranean,” U.S. jets were sent to a NATO base in Turkey, and U.S. “‘ready’ forces, particularly the Strategic Air Command, were alerted.” For the second time in a year, an abortive CIA operation in Syria nearly triggered a superpower confrontation.

Eisenhower gradually edged away from the provocative scheme but the Turks refused to demobilize the 50,000 troops they had massed along the Syrian frontier.

As 10,000 U.S. marines waded ashore at Beirut on July 15, Eisenhower pondered U.S. problems in the Arab world. “The trouble is we have a campaign of hatred against us, not by the governments but by the people.”

Source: Excerpts from “Cold War and Covert Action: The U.S. and Syria, 1945-1958,” Middle East Journal, Winter 1990.
Douglas Little website: <www.clarku.edu/departments/history/faculty/little.shtml>


Publicado originalmente en: blogdelviejotopo

jueves, 25 de mayo de 2017

Documental: Infiltrados en Idlib.

La periodista Jenan Moussa presenta este documental sobre la situación actual en Idlib , la gobernación en el norte de Siria controlada casi exclusivamente por los distintos grupos insurgentes armados contrarios al Estado sirio. 

Idlib es considerado como el núcleo 'rebelde' o incluso 'rebelde moderado' de distintos grupos que han recibido financiación y apoyo de distintas potencias regionales y globales, sin embargo, los grupos armados de Idlib han apoyado en mayor o menor medida el liderazgo del grupo terrorista al-Qaeda. 

Jenan Moussa es periodista de la cadena árabe al-Aan TV, una cadena de televisión con proyección pan-árabe con sede en los Emiratos Árabes Unidos. 




domingo, 21 de mayo de 2017

Siria 1956-1957. Comprando un nuevo gobierno. Antecedentes del intervencionismo de EEUU en Siria.

Chikri al-Quwatli (o Shukri al-Kuwatli) fue el primer Presidente de Siria tras su independencia en 1946. Derrocado por un golpe de estado en 1949, promovido por la CIA, regresó al poder tiempo después, tras ganar las elecciones libres en 1955. EE.UU. intentó derrocarlo de nuevo en 1956 y 1957, mediante dos golpes de estado fallidos.  William Blum nos habla en este capítulo de estas dos últimas intentonas golpistas organizadas por la CIA.


"Se cree que los británicos favorecerían la estimulación activa de un cambio en el actual régimen en Siria, en un esfuerzo por asegurar una orientación pro occidental por parte de futuros gobiernos sirios" (Allem Dulles, Director de la CIA de 1953 a 1961, refiriéndose a la organización y preparación de un golpe de estado en Siria)

Comentario previo del blog
Resulta muy oportuno reproducir el capítulo que Blum dedica en su libro Asesinando la esperanza, al doble intento de promover un golpe de estado en Siria por parte de la CIA, en 1956 y 1957. Oportuno porque se trata de un antecedente del actual intervencionismo de EE.UU. y sus socios político-militares en Siria. Para entender lo que está sucediendo hoy en día en Siria, debemos comenzar por el principio, y el capítulo que sigue del libro de Blum nos ayuda a comprender esos antecedentes lejanos.
En realidad, este doble intento referido por Blum no fue el primero ocurrido en Siria. Tras deshacerse del dominio otomano en 1918, Siria quedó bajo tutela colonial francesa, hasta que en 1946 la ONU reconoció su independencia. A partir de entonces y durante más de una década, el país estuvo privado de estabilidad política y a merced de las "fontanerías" de los intereses extranjeros. Ya en 1949, la CIA promovió un golpe militar exitoso -no mencionado por Blum en este capítulo- que derrocó al presidente electo Chikri al-Quwatli (o Shukri al-Kuwatli). Posteriormente, y en muy poco tiempo, se sucedieron diferentes golpes de estado que sumieron en el caos al país, hasta que el derrocado Chikri al-Quwatli regresó al poder tras ganar unas elecciones libres en 1955. Electo democráticamente y derrocado por la CIA en 1949, la CIA tampoco aceptó esta vez el resultado democrático que condujo de nuevo a Al-Quwatli a la Presidencia del país. En este contexto, EE.UU. tomó la decisión de intervenir patrocinando un golpe de estado que volviese a derrocar a Al-Quwatli y facilitase un gobierno sumiso a los intereses de Washington en la región.
La CIA había tenido éxito cuatro años antes derribando al gobierno iraní de Mossadegh, mediante un golpe de estado (ver "IRÁN 1953. Dándole seguridad al rey de reyes"), lo cual -en opinión de Blum- animó sin duda a los halcones de Washington a reeditar en Siria lo que se había hecho en Irán. Sin embargo, esta vez el operativo de la CIA fracasó.
De este corto capítulo del libro de Blum, me ha llamado especialmente la atención el eufemismo utilizado por el Director de la CIA en ese momento, Allen Dulles, para referirse a la organización, preparación e impulso de un golpe de estado: "estimulación activa de un cambio en el actual régimen en Siria". ¡Para enmarcar!, ¿verdad?


Referencia documental
Blum, William: "Siria 1956-1957. Comprando un nuevo gobierno", capitulo 12 del libro Asesinando la Esperanza. Intervenciones de la CIA y del Ejército de los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial, págs. 102-107. Editorial Oriente, Santiago de Cuba (Cuba), 2005. Original en inglés:  Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II, Common Courage Press, 2004.
Fuente de digitalización y correcciones (cítese si se reproduce, junto con la fuente original en inglés y de la edición cubana): blog del viejo topo.
Negrita, imágenes y pies de foto: blog del viejo topo.

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Siria 1956-1951. Comprando un nuevo gobierno 
William Blum

En 1956 John Foster Dulles declaró: "La neutralidad se vuelve cada vez más un concepto obsoleto y, excepto bajo circunstancias muy excepcionales, resulta inmoral y torpe" (1). La torpeza de un gobierno neutral radicaba tal vez en su incapacidad para percibir que su neutralidad llevaría a Dulles a intentar derrocarlo.

Siria no se estaba comportando como Washington entendía que debía hacer un país del Tercer Mundo. Para comenzar, era el único Estado de la región que había rechazado toda ayuda económica o militar norteamericana. Damasco no sentía inclinación por las ataduras que la misma conllevaba: la aceptación de ayuda militar de EE.UU. implicaba por lo general la presencia de asesores y técnicos militares norteamericanos; además, el Acta de Seguridad Mutua de EE.UU. de 1955 especificaba que el país firmante se comprometía a contribuir a la "fuerza defensiva del mundo libre" y declaraba que era política estadounidense "alentar los esfuerzos de otras naciones libres [...] fomentar la iniciativa privada y la competencia [entiéndase capitalismo](2).

Otra dificultad de Siria era que, aunque sus gobiernos de los últimos años habían sido más o menos conservadores y no habían caído en desagradables prácticas  izquierdistas como la nacionalización de compañías norteamericanas, los funcionarios de EE.UU. -víctimas de la que podría ser llamada paranoia anticomunista, o tal vez convencidos por su propia propaganda— esperaban siempre lo peor. Para entender esto uno tiene que leer algunos de los documentos secretos, ahora desclasificados, del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), basados en parte en los informes recibidos de la Embajada norteamericana en Damasco durante 1956 y 1957:
  • "Si la tendencia popular de izquierda continúa durante un período considerable, hay peligro real de que Siria caiga por completo bajo control de la izquierda, ya sea por un golpe o por usurpación de autoridad"
  • "la orientación antinorteamericana y anti-occidental que en lo fundamental tienen los sirios es estimulada por el inevitable histrionismo político acerca del problema palestino"
  • "Cuatro efímeros gobiernos sucesivos en Siria han permitido una sostenida creciente actividad comunista"
  • "Los comunistas apoyan a los grupos de izquierda [en] el ejército"
  • "la apatía hacia el comunismo por parte de los políticos y oficiales militares" es una amenaza a la seguridad; 
  • "El Partido de Resurrección Árabe Socialista (PRAS)" y "el Partido Comunista de Siria son capaces de causar un mayor deterioro a la seguridad interna siria";
  • peligro un "golpe de Estado" del PRAS así como "creciente penetración comunista en el gobierno y el ejército"
  • "De todos los estados árabes, Siria es en este momento el más completamente dedicado a una política neutral con fuertes tintes anti-occidentales"
  • "Si la tendencia actual continúa hay grandes posibilidades de que se produzca una Siria dominada por los comunistas, lo cual amenazaría la paz y la estabilidad en el área y pondría en riesgo el éxito de nuestros objetivos en el Cercano Oriente"
  • "debemos considerar prioritariamente el desarrollo de cursos de acción en el Cercano Oriente diseñados para influir sobre la situación en Siria y recomendar medidas específicas para combatir la subversión comunista''(3)
Parecería que la idea de militares de izquierda o apáticos ante los comunistas podía haber sido en verdad algo incongruente para la mentalidad de un funcionario norteamericano, pero los documentos no mencionan en parte alguna que los izquierdistas/comunistas/miembros del PRAS hayan hecho algo realmente ilegal o malévolo, aunque el lenguaje empleado es el mismo que vimos en el capítulo sobre Guatemala: los individuos en cuestión no se unen a nada, se "infiltran", "penetran", "controlan", son "oportunistas". En realidad el comportamiento descrito es el de cualquier otro animal político: se busca influir en sectores esenciales de la sociedad y sumar aliados. Pero para los los hombres con cargos de responsabilidad en el NSC y el Departamento de Estado, las malvadas intenciones de tales individuos y el peligro que representaban eran tan evidentes que no requerían formulación.

Hay una sola excepción, expresada quizás para dar explicación a una observación incómoda: "De hecho, el Partido Comunista no parece tener como objetivo inmediato la toma del poder, sino más bien destruir la unidad nacional, fortalecer el apoyo a las políticas soviéticas y la oposición a las occidentales y exacerbar las tensiones en el mundo árabe. Ha hecho significativos avances hacia esos objetivos" (4). Pero no hay indicación de a qué llama el autor "unidad nacional".

El embajador norteamericano en Siria, James Moose Jr., razonaba que un gobierno sirio de izquierda, o dominado por los comunistas, amenazaría a las claras los intereses norteamericanos en la vecina Turquía y esto, a su vez, podría representar un punto débil para todos los países de la OTAN, y así sucesivamente (5). Estaba claro que como no se podía confiar en que el Gobierno sirio hiciera algo que provocara este calamitoso desastre de manera inminente, había que hacer algo con el Gobierno sirio.

A esto debemos añadir la acostumbrada intriga medio-oriental: en este caso se trataba de Iraq que conspiraba con los británicos para derribar tanto al Gobierno de Siria como al de Nasser en Egipto; la presión británica para que EE.UU. se sumara a la conspiración y el compromiso de la CIA: dejen tranquilo a Nasser, al menos por ahora, y haremos algo con Siria (7). Un escenario increíble, escandaloso, pero coherente con la larga tradición del Medio Oriente. Los británicos eran una presencia antigua. Dulles y los norteamericanos, todavía exaltados por su éxito en Irán, se proponían rehacer la región petrolera a su imagen y semejanza.

*

Wilbur Crane Eveland pertenecía al personal del NSC, el grupo de alto nivel interagencias en Washington que, en teoría, debía supervisar y controlar las actividades clandestinas de la CIA. Debido a la trayectoria de Eveland y su experiencia en el Medio Oriente, la CIA pidió que fuese cedido a la Agencia para una serle de tareas. Por su parte, Archibald Roosevelt era, como su primo Kermit, un alto funcionario de la CIA; ambos eran nietos de TheodoreKermit había sido el cerebro del derrocamiento del Gobierno iraní en 1953Archie tenía esperanzas de hacer lo mismo en Siria. Finalmente, Michail Bey Ilyan había sido ministro de Relaciones Exteriores de Siria; en 1956 era el líder del conservador Partido Populista

Eveland describe en sus memorias que en un encuentro de los tres en Damasco, el 1 de julio de 1956, Roosevelt le preguntó a Ilyan qué haría falta para que los conservadores sirios adquiriesen suficiente control para purgar a los comunistas y sus simpatizantes de izquierda. Ilyan respondió señalando nombres y lugares: las estaciones de radio en Damasco y Alepo, unos pocos altos oficiales y suficiente dinero para comprar periódicos que estaban en manos egipcias y sauditas. Roosevelt siguió investigando. Le preguntó a Ilyan: ¿podrían estas cosas realizarse con la única participación de dinero y agentes de EE.UU., sin implicar a otro país occidental o del Cercano Oriente? Sin duda, le respondió Ilyan con graves asentimientos de cabeza.

El 26 de julio el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser anunció que su gobierno se hacía cargo de la operación del Canal de Suez. La reacción de británicos y franceses fue inmediata y exaltada. Estados Unidos fue menos abiertamente hostil, aunque hizo críticas al Gobierno egipcio y congeló sus fondos en bancos norteamericanos. Este inesperado incidente pospuso los planes de la CIA porque —tal como explicó con desesperación Ilyan a Eveland— Nasser era ahora un héroe para el mundo árabe y la colaboración con cualquier potencia occidental para derrocar un gobierno árabe era políticamente indefendible. 

Finalmente el golpe fue programado para el 25 de octubre. La estrategia que se debía seguir, según la describió Ilyan, era convocar a altos mandos del Ejército sirio para
tomar control de Damasco, Alepo, Homs y Hamah. También serían capturados los puestos fronterizos con Jordania, Iraq y el Líbano a fin de sellar las fronteras sirias hasta que las estaciones de radio anunciaran que un nuevo gobierno había ocupado el poder encabezado por el coronel Kabbani, quien ubicaría unidades blindadas en puntos clave de todo Damasco. Una vez que se hubiera establecido el control, Ilyan informaría a los civiles que había seleccionado para conformar un nuevo gobierno, pero a fin de evitar delaciones, ninguno de ellos sabría nada hasta una semana antes del golpe. 
Para esta operación el dinero tendría qué cambiar de manos. Ilyan pidió, y recibió, medio millón de libras sirias (unos 167.000 dólares); luego estipuló que, para garantizar su participación, los complotados sirios necesitarían tener la confirmación del más alto nivel del Gobierno de que EE.UU. apoyaría el golpe y reconocería de inmediato al nuevo Gobierno. Esta confirmación podía realizarse de la manera siguiente, propuso Ilyan: en abril el presidente Eisenhower había dicho que EE.UU. se opondría a planes agresivos en el Medio Oriente, pero no sin la aprobación del Congreso. ¿Podría el presidente repetir esa declaración, en vista de la crisis de Suez, en una fecha específica que se diera a conocer a los integrantes del complot? Las palabras de Eisenhower podrían ser la confirmación que estos buscarían.

La respuesta afirmativa al plan de Ilyan llegó a Damasco desde Washington al día siguiente. Había que buscar una ocasión adecuada para la declaración solicitada y el secretario Dulles sería el encargado. La idea era que Dulles haría referencia a la declaración de Eisenhower entre el 16 y el 18 de octubre, dándole de este modo a Ilyan la semana que necesitaba para organizar su equipo de civiles. 

Poco después. J.F. Dulles sostuvo una conferencia de prensa. Como se habían producido en fecha reciente varios ataques israelíes a Jordania, uno de los periodistas preguntó si EE.UU. iría en apoyo de Jordania en seguimiento de "nuestra declaración del 9 de abril"

Si, respondió el secretario de Estado y repitió la referencia a la declaración de abril. Esto ocurría el 16 de octubre. Pero casi de inmediato llegó un mensaje de Ilyan desde Damasco que posponía la fecha del golpe hasta el 30 de octubre porque el coronel Kabbani le había dicho a Ilyan que su gente no estaba lista.
La posposición fue crucial. A primera hora de la mañana del 30 un muy atormentado Ilyan apareció en la puerta de Eveland: "¡Anoche los israelíes invadieron Egipto y justo ahora se dirigen al Canal de Suez! ¿Cómo pudo pedirnos que derrocáramos nuestro gobierno en el preciso momento en que Israel comienza una guerra con un Estado árabe?"(8)

La campana de la "tendencia de izquierda en Siria" siguió sonando en Washington. En enero de 1957, escribió luego el presidente Eisenhower, el director de la CIA, Allen Dulles"presentó informes que indicaban, que el nuevo gabinete sirio se orientaba hacia la izquierda" (9). Dos meses más tarde, Dulles preparó un "Informe de situación en Siria", en el cual escribió acerca de "una tendencia creciente hacia un gobierno decididamente de izquierda, pro soviético". A Dulles le preocupaban "oficiales izquierdistas organizados pertenecientes al PRAS" (10). En ese mismo mes, un documento interno del Departamento de Estado señalaba:
"Se cree que los británicos favorecerían la estimulación activa de un cambio en el actual régimen en Siria, en un esfuerzo por asegurar una orientación pro occidental por parte de futuros gobiernos sirios [...] Estados Unidos comparte la preocupación del Gobierno británico sobre la situación en Siria" (11).
Luego, en junio, un memo interno del Departamento de Defensa hablaba de un posible "golpe de izquierda" que se realizaría, según el memo, contra el "Gobierno sirio de izquierda" (12).

De este modo, tanto en Beirut como en Damasco, los oficiales de la CIA estuvieron tratando nuevamente de orquestar un golpe en Siria. En esta ocasión, Kermit Roosevelt estaba tirando de los hilos, más que su primo Archibald. Arregló las cosas para que Howard (Rocky) Stone fuese transferido de Sudán a Damasco para segurarse de que los preparativos fuesen hechos por un "profesional"Stone era ya una leyenda en la CIA a los treinta y dos años como el hombre que había ayudado a Kim Roosevelt a derrocar al Gobierno iraní cuatro años atrás, aunque la contribución específica de Stone al hecho permaneciese en tinieblas. 

El nuevo beneficiario propuesto en ese complot particular fue Adib Shishakly, antiguo dictador sirio de derecha, quien residía clandestinamente en Líbano. El antiguo jefe de seguridad de Shishakly, el coronel Ibrahim Husseini, ahora agregado militar sirio en Roma, fue trasladado en secreto al Líbano con un pasaporte falsificado por la CIA. Husseini debía entonces entrar de contrabando en el maletero de un auto diplomático norteamericano a fin de encontrarse con los agentes sirios de la CIA y dar seguridad de que Shishakly regresaría a gobernar una vez que se efectuase el golpe.

Pero el golpe fue descubierto en sus mismos iniciosMilitares sirios a los que se les había asignado papeles importantes en la operación, se presentaron ante el jefe de Inteligencia siria, coronel Sarraj, entregaron el dinero recibido y nombraron a los agentes de la CIA que les habían pagado. El teniente coronel Robert Molloy, agregado militar de la Embajada, Francis Jeton, un funcionario de carrera de la CIA, oficialmente vicecónsul y el legendario Howard Stone, que se desempeñaba supuestamente como segundo secretario para Asuntos Políticos, fueron todos declarados personae non gratae y expulsados del país en agosto.

Molloy estaba decidido a dejar Siria con estilo. Cuando su auto se acercó a la frontera con el Líbano, obligó al motociclista sirio que lo escoltaba a salir bruscamente de la carretera y le gritó al hombre que yacía en el suelo que le dijera al "coronel Sarraj y sus amigos comunistas” que Molloy “les sacudiría el polvo con una mano amarrada a la espalda si volvían a cruzarse en su camino”.
El anuncio del Gobierno sirio que acompañó la orden de expulsión declaraba que Stone había hecho contacto primero con el ¡legalizado Partido Social Nacionalista y luego con los militares. Cuando los oficiales informaron sobre el complot, se les dijo que continuaran sus contactos con los norteamericanos y luego se reunieran con Shishakly y Husseini en las casas de los diplomáticos estadounidenses. Se decía que Husseini había afirmado a los oficiales que Estados Unidos daría al nuevo Gobierno sirio entre trescientos y cuatrocientos millones de dólares en ayuda si se firmaba la paz con Israel.

Un detalle divertido ocurrió cuando el ministro de Defensa sirio y el embajador de ese país en Italia discutieron sobre la responsabilidad de Husseini en el complot. El embajador señaló que Husseini no había estado en Siria desde el 20 de julio y que su pasaporte no mostraba indicación alguna de que hubiese salido de Italia en todo ese tiempo.

El Departamento de Estado calificó las acusaciones sirias como "completamente fabricadas" y tomó represalias: expulsó al embajador sirio en EE.UU. y al segundo secretario, y retiró al embajador norteamericano de Siria. Fue la primera vez desde 1915 que EE.UU. expulsaba al jefe de una misión extranjera (13).

Inmediatamente después de la controversia, el New York Times reportaba que "hay numerosas teorías acerca de por qué los sirios actuaron contra EE.UU. Una es que fueron instigados por la URSS. Otra es que el Gobierno manufacturó una historia de espionaje antinorteamericana para distraer la atención de la significación de las negociaciones sirias con Moscú" (14).

En esta misma edición, un editorial especulaba acerca de otras explicaciones creíbles (15). Ni en su reporte noticioso, ni en el editorial, el Times parecía considerar siquiera la posibilidad de que la acusación siria pudiera ser cierta.

El presidente Eisenhower, al evocar este incidente en sus memorias, no niega las acusaciones. Su único comentario acerca de las expulsiones fue: "La acción en su totalidad estuvo sumida en el misterio pero había fuertes sospechas de que los comunistas habían tornado el control del Gobierno. Más aún, teníamos informes frescos de que el bloque soviético estaba enviando armas a Siria" (16).

La neutralidad y el "izquierdismo" de Siria continuaron obsesionando a EE.UU. Cinco años después, cuando John F. Kennedy ocupaba la Casa Blanca, se reunió con el primer ministro británico Macmillan y los dos líderes coincidieron, según un informe de la CIA, en la "penetración y cultivo de elementos desorganizadores en las fuerzas armadas sirias, en particular en el ejercito, de modo que Siria pueda ser guiada por Occidente" (17). Décadas mas tarde, Washington seguía preocupado, aunque Siria todavía no se había "vuelto comunista".

William Blum
Cap. 12 de Asesinando la esperanza


Notas
(1) Department of State Bulletin, Washington, 18 de junio de 1956, pp. 999-1.000.
(2) Ley de Seguridad Mutua de EE.UU. de 1955, secciones 142(a) (4) y 413.
(3) Declassified Documents Reference System. Vol. 1992, documento No. 2326, 10 de mayo de 1955; No. 2663, 21 de septiembre de 1955; No. 2973, 9 de enero de 1956; No. 2974, 16 de enero de 1956. Vol. 1993, documento No. 2953, 14 de diciembre de 1955; No. 2954, 26 de enero de 1956; No. 2955, 27 de enero de 1956. 
Con excepción del No. 2663, todos los documentos llevan el encabezamiento de la Junta de Coordinación de Operaciones, un subcomité del Consejo de Seguridad Nacional que coordinaba actividades encubiertas.
(4) Ibíd., Vol. 1993, documento No. 2953, 14 de diciembre de 1955, p. 4.
(5) Wilbur Crane Eveland: Ropes of Sand: America's Failure in the Middle East. W.W. Norton & Co., New York, 1980, p. 122.
(6) Patrick Seale: The Struggle for Syria: A Study of Post-War Arab Politics, 1945-1958. Londres, 1965, pp. 283-306; Eveland, pp. 135, 169-173.
(7) Eveland, p. 182.
(8) Acerca del plan de 1956 y su trasfondo ver Eveland, capítulos 11 al 20; New York Times, 10 de abril de 1956 y 17 de octubre de 1956.
(9) Dwight Eisenhower: The White House Years: Waging Peace, 1956-1961. New York, 1965, p. 196.
(10) Declassified Documents Reference System. Vol. 1981, documento No. 26E, 22 de marzo de 1957.
(11) Ibíd., Vol. 1985, doc. No. 283, marzo de 1957.
(12) Ibíd., Vol. 1981, doc. No. 471B, 17 de junio de 1957.
(13) Acerca del plan de 1957 ver Eveland, pp. 253-254; New York Times, 14 de agosto de 1957, p. 1 y 6; 15 de agosto, pp. 1 y 4.
(14) New york Times, 17 de agosto de 1957, p. 3.
(15) Ibíd., p. 14.
(16) Eisenhower, p. 196.
(17) Informe interno de la CIA, con nombre de autor borrado, del 18 de junio de 1962 sobre el resultado de las conversaciones con "diplomáticos occidentales" acerca de la reunión Kennedy-Macmillan, en Declassified Documents Reference System. Vol. 1975, doc. No. 240A.



Apéndice del blog: ficha didáctica resumen



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Índice del libro
(Los capítulos con hipevínculo están publicados en el blog; pulsa sobre ellos para acceder al contenido)

6. Albania 1949-1953: el correcto espía inglés.
7. Europa del Este 1948-1956: operación factor fragmentante.
10. Guatemala 1953-1954. Con el mundo por testigo.
11. Costa Rica. Mediados de los 50. Tratando de derribar a un aliado. Parte I.
12. Siria 1956-1957. Comprando un nuevo gobierno.
13. Medio Oriente 1957-1958. La Doctrina Eisenhower reclama otro patio para Norteamérica.(Próximamente en el blog)
16. Guayana Británica 1953-l964. La mafia sindical internacional de la CIA.
20. Camboya 1955-1973. El príncipe Sihanouk camina en al cuerda floja de la neutralidad. (Próximamente en el blog)
21. Laos 1957-1973. L’Armée Clandestine(Próximamente en el blog)
22. Haítí 1959-1963. Los marines desembarcan de nuevo.
23. Guatemala 1960. Un buen golpe merece otro.
24. Francia-Argelia. Años 60. L’état, c’est la CIA (El Estado es al CIA).
26. El Congo 1960-1964. El asesinato de Patricio Lumumba.
27. Brasil 1961-1964. Presentando el maravilloso mundo de los Escuadrones de la Muerte.
28. Perú 1960-1965. Fort Bragg se traslada a al selva.
29. República Dominicana 1960-1966. Deshacerse de la democracia para salvarla del comunismo.
32. Ghana 1966. Kwane Nkrumah se sale de la línea.
33. Uruguay 1964-1970. Tortura, tan norteamericana como el pastel de manzana.
36. Bolivia 1964-l975. Tras la huella del Che Guevara en la tierra del coup d´état.
37. Guatemala. 1962 hasta los 80. Una “solución final” menos publicada.
38. Costa Rica 1970-1971. Tratando de derribar a un aliado, parte II.
39. lraq 1972-1975. Las acciones encubiertas no deben ser confundidas con trabajo de misioneros.
40. Australia 1973-1975. Otra elección libre que muerde el polvo.
41. Angola. 1975 hasta los años 80. El juego de póker de las grandes potencias.
42. Zaire 1975-1978. Mobutu y la CIA, un matrimonio hecho en el cielo.
43. Jamaica 1976-1980. El ultimátum de Kissinger.
46. Marruecos 1983. Una jugada sucia con vídeo.
47. Surinam 1982-1984. Una vez más el famoso cubano.
48. Libia 1981-1989. Ronald Reagan encuentra la horma de su zapato.
50. Panamá 1969-1991. Traicionando a nuestro suministrador de drogas.
52. Iraq 1990-1991. El holocausto del desierto.
54. El Salvador 1980-1994. Derechos humanos al estilo de Washington.
55. Haití 1986-1994. ¿Quién me librará de este cura revoltoso?
Notas 
Anexo 1. Así es como circula el dinero.