martes, 25 de octubre de 2016

Silencios mediáticos en Siria que dicen más que un editorial: Están del lado de los terroristas.


Cuando hablamos de manipulación informativa nos referimos habitualmente a todas aquellas noticias que son tergiversadas o retorcidas por parte de los medios de comunicación de tal forma que describan una realidad que se ajuste al mensaje que se quiere trasmitir. A su vez, ese mensaje viene marcado por el discurso y la agenda política de los gobiernos occidentales, dictado según los intereses del poder económico y sus grandes corporaciones financieras e industriales. Pero casi más grave aún que ésta tergiversación premeditada de los hechos por parte de la prensa occidental, resulta el silencio o la ocultación de aquellos datos, opiniones e informaciones que son imprescindibles para entender los acontecimientos que nos rodean y que, de ser expuestos ante el gran público, dejarían en evidencia sus propias mentiras y la falsedad del discurso dominante en Occidente.
En este sentido, sólo en los últimos días hemos comprobado, por enésima vez, cómo las estrellas del periodismo corporativo occidental han ocultado, entre otros muchos sucesos y hechos relevantes, un informe de la organización holandesa PAX y de la Coalición Internacional para Prohibir Armas de Uranio (ICBUW, por sus siglas en inglés)  en el que se denuncia que  EE.UU. está utilizando bombas de uranio empobrecido en Irak y Siria, saltándose no sólo el Derecho Internacional sino su propia legislación [1]. Imagínense ahora qué hubiera ocurrido si los denunciados en ese informe fueran Siria o Rusia, como ocurre con los informes sesgados de las ONG occidentales más reconocidas y mejor remuneradas por los gobiernos de la OTAN. Los medios corporativos nos ocultan también cómo sus "rebeldes moderados" están asesinando a todos aquellos civiles que intentan huir del este de Alepo a través de los "corredores humanitarios" [2], civiles que están siendo utilizados como escudos humanos desde junio desde 2012 cuando los terroristas "moderados" invadieron la ciudad, sin que en esos momentos Occidente mostrara alguna preocupación por la población civil asediada. "Rebeldes" como los del Ejército Libre Sirio están atacando los camiones que se dirigen a Alepo con ayuda humanitaria procedente de Rusia y Siria [3]. En una conversación radiofónica interceptada recientemente, los miembros del Ejército Libre Sirio mostraban su oposición a la "pausa humanitaria" iniciada por Rusia y Siria sobre Alepo, y mostraban también su profunda preocupación porque sus ataques contra los civiles que huyen de Alepo pudieran ser difundidos por los medios de comunicación [4]. Por suerte para estos terroristas la gran audiencia occidental no se ha enterado de nada de lo que ocurre. Los grandes medios corporativos y los periodistas occidentales no van a contarnos la verdad y traicionar a sus "rebeldes", a los que apoyan desde el inicio de su ficticia "primavera árabe" del terror en 2011. Unos "rebeldes" que continúan atacando actualmente los ocho "corredores humanitarios" desplegados por Rusia (incluidos dos para los propios terroristas) para evacuar a la población civil de Alepo [5], sin que estos ataques parezcan importarles demasiado a los gobiernos, medios corporativos  y grandes ONGs occidentales, lo cual demuestra su nula preocupación por la situación humanitaria de los sirios. Sólo les interesa manipular su sufrimiento.
Estos gobernantes, periodistas y activistas occidentales que tantas veces han utilizado y manipulado a los niños como arma de propaganda de guerra contra Siria y Rusia, ocultan a su gigantesca audiencia occidental cómo desde el inicio de la guerra contra Siria sus admirados "rebeldes moderados" reclutan a cientos de "niños soldados" [6] y les obligan a presenciar y participar en los más crueles crímenes de guerra. También ignoran sistemáticamente los cientos de niños que son asesinados por los terroristas de la OTAN, como ocurrió el pasado 13 de octubre cuando estos "rebeldes" atacaron con morteros una escuela en el barrio de Suleimaniya en el oeste de Alepo, causando 7 muertos y 10 heridos, entre ellos varios niños [7]. Tampoco Bara Hamdou, un niño de 7 años residente en el distrito Bab al-Faraj de Alepo, ocupó ningún espacio en los informativos occidentales tras ser asesinado por un francotirador "rebelde" [8] cuando caminaba por la calle junto a su padre. Como tampoco parecen preocuparles demasiado las víctimas civiles asesinadas por la coalición que encabeza EE.UU., como los 6 muertos y 4 heridos provocados por los bombardeos de la aviación belga sobre la aldea siria de Hassadjek, situada en el norte de la provincia de Alepo, el pasado 18 de octubre [9], o las 15 mujeres asesinadas y las decenas de heridos causados por los bombardeos que la "coalición internacional" realizó contra un funeral en el sur de la provincia de Kirkuk, en el norte de Irak, el pasado sábado 22 de octubre [10].
Estas muertes son tan sólo "daños colaterales" sin ninguna mala intención por parte de Occidente, claro. Sólo intentan extender la "democracia occidental" de la que ya disfrutan los ciudadanos en Afganistán, Irak, Pakistán, Sudán... o Libia. Ahora, tras asesinar a más de 4 millones de personas bajo la excusa de la "Guerra contra el Terrorismo" [11], las potencias occidentales invasoras pretenden juzgar a Putin y Al Assad por cometer "crímenes de guerra" en Siria [12]. Esta misma farsa vergonzante que ahora intentan aplicar, donde los criminales de guerra se presentan como los "justicieros", ya la ejecutaron antes contra el expresidente de Yugoslavia, Slodoban Milosevic, al que juzgaron y vilipendiaron públicamente hasta el día de su muerte en marzo de 2006, cuando su cadáver fue encontrado en su celda en La Haya semanas después de que el Tribunal Internacional rechazara su solicitud para someterse a una cirugía de corazón en Rusia [13]. "El carnicero de los Balcanes", así lo definieron los medios occidentales. Recientemente la Corte Penal Internacional de la Haya para la antigua Yugoslavia absolvió a Milosevic de los crímenes cometidos entre 1992 y 1995 durante la guerra de Bosnia. Sin embargo, después de todo lo dicho durante años, y del trasfondo político de gran calado que hay detrás de esta sentencia, los medios occidentales han guardado un silencio estruendoso sobre esto. Este silencio mediático, como el de Siria, también habla por sí sólo.
La exoneración de un hombre acusado de lo peor de los crímenes, genocidio, no apareció en los titulares. No fue publicado ni por la BBC ni la CNN. The Guardian se permitió un breve comentario. Un reconocimiento tan inusual fue enterrado o suprimido, comprensiblemente. Pues diría demasiado sobre cómo hacen su trabajo los gobernantes del mundo. (...) Lejos de conspirar con el convicto serbobosnio Radovan Karadzic, Milosevic, de hecho, "condenó la limpieza étnica", se opuso a Karadzic e intentó detener la guerra que desmembraba a Yugoslavia. Enterrada casi al final de una sentencia de 2.590 páginas sobre Karadzic del mes de febrero último, esta verdad, además, demuele la propaganda que sirvió para justificar el ataque ilegal de la OTAN en Serbia en 1999 [14]

Todo esta ocultación, manipulación, tergiversación, sesgo informativo, doble rasero y desvergüenza demostrada por los periodistas y dirigentes de los grandes medios occidentales, forma parte de la inagotable campaña de propaganda desatada contra Rusia y Siria, cuya matriz principal se sitúa en el eje Washington-Londres. El pasado 6 de octubre la agencia AFP publicaba la foto de la niña siria llamada Ahd Al-Khaderi (foto que encabeza este artículo) cuyo cuerpo aparecía totalmente quemado tras un supuesto ataque de los ejércitos de Rusia y Siria sobre el este de Alepo. Más tarde se pudo comprobar que esta pobre niña reside en realidad en la zona de Al-Jaberiya, controlada por el gobierno sirio, y que sus quemaduras se produjeron tras un incendio que se originó accidentalmente en su casa, tal y como explicó a un corresponsal de la agencia Sputnik su propio padre, Alaa Al-Khaderi, que perdió a otro hijo de 6 años fallecido en el incendio [15]. Éste es un ejemplo más del rigor con el que trabajan los medios occidentales que continúan difundiendo masivamente la propaganda que elaboran los patrocinadores de la guerra a través de sus propias organizaciones, como el llamado "Observatorio Sirio para los Derechos Humanos" [16] con sede en Reino Unido o los terroristas "humanitarios" llamados los "Cascos Blancos" [17], así como las más reconocidas ONGs como Amnistía Internacional, Médicos Sin Fronteras o Human Right Wacth, todas ellas al servicio de los intereses corporativos occidentales que las financian.
En contraste con esta difusión masiva de propaganda de guerra, los medios corporativos y sus periodistas mejor remunerados ocultan y censuran a todas aquellas organizaciones [18] y analistas independientes [19] que trabajan sobre el terreno en Siria y cuyas opiniones e informaciones describen una realidad totalmente opuesta a la descrita por los gobiernos y los medios occidentales que nos manipulan diariamente. Desde Occidente, a toda esta manipulación mediática al servicio de la guerra imperialista se le llama "libertad de prensa". En realidad, los propietarios de los grandes medios de comunicación (las grandes corporaciones financieras y empresariales occidentales) y sus portavoces a sueldo son los únicos que pueden ejercer y manejar a su antojo la "libertad de expresión". Todo lo demás no existe.


[Rueda de prensa ofrecida por los portavoces del Consejo de Paz de Estados Unidos en agosto de 2016 para exponer sus conclusiones sobre la situación que se vive en Siria tras visitar el país. Esta es una de esas organizaciones cuyos informes son censurados por los medios corporativos occidentales. Sólo hay que ver la escasa presencia de periodistas que cubrieron este acto en la sede de Naciones Unidas para darse cuenta de que sus conclusiones no obedecen a los intereses imperialistas de Occidente en Siria. "Lo que vimos va contra todo lo que leemos en EE.UU.", afirmó Henry Lowendorf, miembro de la Junta Directiva del Consejo de Paz de EE.UU.] 
REFERENCIAS - NOTAS
[1] US broke its own rules firing depleted uranium in Iraq,- información publicada en la web de la organización holandesa PAX (6/10/2016)
[2] Terroristas abren fuego durante la evacuación en Alepo,- agencia de noticias Sputnik (28/7/2016)
[10] 15 mujeres muertas en ataque aéreo liderado por EEUU en Kirkuk,- portal analítico e informativo Alwaght (22/10/2016)
[11] 4 millones de muertos en Afganistán, Pakistán e Irak desde 1990,- artículo del politólogo y periodista británico Nafeez Mosaddeq Ahmed (Red Voltaire, 13/4/2015)
[12] ¿Habría que juzgar a Vladimir Putin?,- artículo de Thierry Meyssan (Red Voltaire, 12/10/2016)
[13] El Tribunal Internacional de La Haya Reconoce Tardíamente la Inocencia de Slobodan Milosevic,- información de Canarias Semanal (Global Research, 27/7/2016)
[14] Provoking nuclear war by media,- artículo del periodista John Pilger (johnpilger.com, 23/10/2016). El artículo puede leerse en español en versión PDF: Cómo provocar una guerra nuclear a través de los medios de comunicación (Traducido por Luis Lluna Reig)
[15] Niña siria, víctima de los medios más que de la guerra,- agencia Sputnik (20/10/2016)
[17] Syria’s White Helmets: War by Way of Deception – Part I,- un informe de Vanessa Beeley (21st Century Wire, 23/10/2015) 
[18] Maristas Azules de Alepo: Premio Internacional 'Navarra' a la Solidaridad,- artículo del escritor Mikel Itulain (¿Es Posible la Paz? 1/10/2016)
[19] Viviendo bajo fuego en Siria,- (VÍDEO) Entrevista a la periodista y activista canadiense Eva Bartlett (subtítulos en español)



Publicado originalmente en: El Mirador Global




viernes, 21 de octubre de 2016

Geopolítica de la guerra contra Siria y de la guerra contra Daesh.

En este nuevo y original análisis, Thierry Meyssan expone las causas geopolíticas del fracaso de la guerra contra Siria y los verdaderos objetivos de la supuesta guerra contra el Emirato Islámico. Este artículo resulta especialmente importante para quien aspire a entender el panorama de las relaciones internacionales en este momento y la cristalización de los conflictos en el Levante (Irak, Siria y Líbano).


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Las tres crisis en el seno de la coalición estadounidense.

En este momento estamos viendo la tercera crisis que tiene lugar en el bando de los agresores desde el inicio de la guerra contra Siria.
- En junio de 2012, durante la conferencia Ginebra I, que debía iniciar el regreso a la paz y organizar una nueva repartición del Medio Oriente entre Estados Unidos y Rusia, Francia –donde Francois Hollande acababa de ganar la elección presidencial– planteó una interpretación restrictiva del comunicado final de aquel encuentro. Y después organizó la reanudación de la guerra, con la complicidad de Israel y Turquía y con el apoyo de la secretaria de Estado Hillary Clinton y del director de la CIA David Petraeus.
- Cuando el presidente Barack Obama sacó del juego a Hillary Clinton y David Petraeus, Turquía, junto con Israel y Francia, organizó el ataque químico en las afueras de Damasco, atribuyéndolo a Siria. Pero Estados Unidos se negó a dejarse arrastrar a una guerra punitiva.
- En una sesión secreta del Congreso realizada en enero de 2014, Estados Unidos impuso la aprobación del financiamiento y la entrega de armamento a Daesh [1], grupo yihadista al que se le asignó la misión de invadir la parte sunnita de Irak y la parte de Siria donde viven los kurdos. El objetivo era dividir esos dos grandes Estados. Francia y Turquía armaron entonces al grupo representante de al-Qaeda en Siria (el Frente al-Nusra) para que atacara a Daesh y lograr así que Estados Unidos volviera al plan inicial de la coalición. Al-Qaeda y Daesh se reconciliaron en mayo de 2014, como resultado de un llamado de Ayman al-Zawahiri en ese sentido, y actualmente Francia y Turquía siguen sin sumarse a los bombardeos de la coalición estadounidense.
En general, en la coalición de los llamados «Amigos de Siria», que en julio de 2012 contaba «un centenar de Estados y organizaciones internacionales», hoy sólo quedan 11 países. Por su parte, la coalición formada contra Daesh cuenta oficialmente «más de 60 Estados», pero lo que estos tienen en común es tan poca cosa que la lista se mantiene en secreto.

Intereses muy diferentes.

La coalición se compone en realidad de numerosos Estados que persiguen cada uno sus propios objetivos muy específicos, al extremo que no logran ponerse de acuerdo sobre un objetivo común. Podemos distinguir 4 fuerzas:
- Estados Unidos quiere controlar los hidrocarburos de la región. En el año 2000, el National Energy Policy Development Group (NEPDG) presidido por Dick Cheney había identificado –gracias a imágenes satelitales y datos provenientes de prospecciones– las reservas mundiales de hidrocarburos y había observado las inmensas reservas de gas existentes en Siria. Durante el golpe de Estado militar que se produjo en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001 [2], Washington decidió atacar sucesivamente 8 países (Afganistán, Irak, Libia, Líbano y Siria, así como Sudán, Somalia e Irán) para apoderarse de sus riquezas naturales. El estado mayor estadounidense adoptó entonces el plan de rediseño del «Medio Oriente ampliado», que también incluye el desmantelamiento de Turquía y Arabia Saudita, y el Departamento de Estado creó al año siguiente su departamento MENA para organizar las «primaveras árabes».
- Israel defiende sus propios intereses nacionales: a corto plazo el Estado hebreo prosigue su campaña de expansión territorial. Simultáneamente y sin esperar a controlar todo el espacio entre los dos ríos (el Nilo y el Éufrates) Israel también espera controlar todo el conjunto de la actividad económica de la zona, incluyendo –por supuesto– los hidrocarburos. Para garantizar su propia protección en esta era de misiles, Israel espera simultáneamente hacerse del control de una zona de seguridad a lo largo de su frontera (en este momento, ha expulsado a los cascos azules de la frontera del Golán, reemplazándolos por al-Qaeda) y neutralizar por otra parte los ejércitos de Egipto y de Siria sorprendiéndolos de revés (despliegue de los misiles Patriot de la OTAN en Turquía y creación de un Kurdistán en Irak y así como de Sudán del Sur).
- Francia y Turquía persiguen el sueño de la restauración de sus respectivos imperios. Francia espera obtener un mandato sobre Siria, o al menos sobre una parte de ese país. Para eso creó el Ejército Sirio Libre y le entregó la bandera verde, blanca y negra con las tres estrellas utilizada en tiempos del mandato francés en Siria. Mientras tanto, Turquía espera restaurar el Imperio otomano. Desde septiembre de 2012, Ankara designó un wali encargado de administrar lo que ya consideraba una provincia. Los proyectos de Turquía y Francia son incompatibles dado que el Imperio otomano había admitido que algunas de sus provincias fueran administradas con otras potencias coloniales.
- Para terminar, Arabia Saudita y Qatar saben que sólo pueden lograr sobrevivir poniéndose al servicio de Estados Unidos y combatiendo los regímenes laicos, cuyo único representante en la región es precisamente la República Árabe Siria.

Evolución de la coalición.

Esas 4 fuerzas sólo lograron colaborar entre sí durante la primera parte de la guerra –desde febrero de 2011 hasta junio de 2012. Se trataba, en efecto, de una estrategia de 4ª generación: varios grupos de fuerzas especiales organizaban incidentes y emboscadas aquí y allá, mientras que las televisiones atlantistas y de los países del Golfo iban creando la imagen de una dictadura alauita que reprimía una revolución democrática. Las sumas invertidas y la cantidad de soldados desplegados no eran gran cosa y cada uno de los participantes creía que después del derrocamiento de la República Árabe Siria podría arreglárselas para sacar el mayor provecho a expensas de las otras fuerzas.
Sin embargo, a principios de 2012, la población siria comenzó a dudar de las televisiones que aseguraban que el presidente Bachar al-Assad era un torturador de niños y que el derrocamiento de la República Árabe Siria daría paso a un régimen confesional al estilo libanés. El asedio impuesto a los takfiristas del emirato islámico de Baba Amro ya se veía como el preludio del fracaso de la operación. Francia negoció entonces una salida de la crisis y la liberación de los oficiales franceses que habían caído prisioneros. Estados Unidos y Rusia negociaron para tomar los lugares del Reino Unido y de Francia y repartirse toda la región, como Londres y París lo habían hecho en 1916 con los acuerdos Sykes-Picot.
Y desde aquel momento nada ha funcionado bien en el seno de la coalición. Sus sucesivos fracasos indican que no puede ganar.
En julio de 2012, Francia celebraba con bombo y platillo en París la reunión más importante de la coalición y reanudaba la guerra. El discurso del presidente francés Francois Hollande había sido redactado en inglés, probablemente por los israelíes, y traducido al francés para que lo leyera el presidente de Francia. La secretaria de Estado Hillary Clinton y el embajador estadounidense Robert S. Ford (formado por John Negroponte [3]) emprendían la mayor guerra secreta de la historia. Al igual que en Nicaragua, ejércitos privados reclutaban mercenarios y los enviaban a Siria. Pero esta vez los mercenarios contaban con una formación ideológica cuyo objetivo eran la creación y entrenamiento de las hordas de yihadistas. El Pentágono perdía el control de las operaciones, control que pasó a manos del Departamento de Estado y la CIA. El costo de la guerra ya alcanzaba proporciones colosales. Pero ese costo no lo asumieron Estados Unidos, Francia ni Turquía sino Arabia Saudita y Qatar.
Según la prensa atlantista y los medios de las monarquías del Golfo, algunos miles de extranjeros acudieron así en ayuda de la «revolución democrática siria».
Pero en Siria «la revolución democrática» no aparecía por ningún lado. Lo que sí podía verse eran grupos de fanáticos que gritaban eslóganes como «¡Revolución pacífica: los cristianos a Beirut, los alauitas al hueco!» [4] y «¡No al Hezbollah! ¡No a Irán! ¡Queremos un presidente temeroso de Dios!» [5]. Según el Ejército Árabe Sirio, a Siria llegaron no algunos miles sino 250 000 yihadistas entre julio de 2012 y julio de 2014.
Sin embargo, al día siguiente de su reelección, Barack Obama obligaba al general David Petraeus a renunciar a su cargo como director de la CIA y descartaba mantener a Hillary Clinton como miembro de su nueva administración. Así que, a inicios de 2013, la coalición se reducía prácticamente a Francia y Turquía mientras que Estados Unidos hacía lo menos posible. Por supuesto, era el momento que el Ejército Árabe Sirio esperaba para iniciar su inexorable reconquista del territorio.
En Siria, Francois Hollande y Recep Tayyip Erdogan, Hillary Clinton y David Petraeus pretendían derrocar la república laica e imponer un régimen sunnita, que habría estado bajo la administración directa de Turquía pero que incluiría altos funcionarios franceses, un modelo heredado del final del siglo XIX pero que no presentaba interés de ningún tipo para Estados Unidos.
Barack Obama y sus dos secretarios de Defensa Leon Panetta y Chuck Hagel, abrigan una visión política radicalmente distinta. Panetta fue miembro de la Comisión Baker-Hamilton y Obama fue electo en función del programa de esa comisión. Según ellos, Estados Unidos no es ni debe ser una potencia colonial en el sentido mediterráneo del término. O sea, Estados Unidos no debe plantearse el control de un territorio mediante la instalación de colonos. En relación con lo que se obtuvo, el experimento de la administración Bush resultó extremadamente costoso y por lo tanto es algo que no debe repetirse.
Después de que Turquía y Francia trataran de empujar Estados Unidos a emprender una gran campaña de bombardeos contra Siria con la puesta en escena del ataque químico del verano de 2013, la Casa Blanca y el Pentágono decidieron retomar la iniciativa. Así que en enero de 2014, la Casa Blanca y el Pentágono convocaron el Congreso de Estados Unidos en una reunión secreta y lo obligaron a votar una ley secreta que aprobaba un plan para dividir Irak en 3 Estados así como la secesión de la zona kurda de Siria. Para ello decidieron financiar y armar un grupo yihadista capaz de hacer lo que las fuerzas armadas de Estados Unidos no pueden hacer porque el derecho internacional no lo permite: una limpieza étnica.
Barack Obama y sus ejércitos no se plantean el rediseño del «Medio Oriente ampliado» como un objetivo en sí sino únicamente como una manera de controlar los recursos naturales. Y utilizan un concepto clásico: el principio de «divide y vencerás», no para crearse puestos de reyes y presidentes en nuevos Estados sino para proseguir con la política que Estados Unidos ha venido aplicando desde los tiempos de la administración de Jimmy Carter.
En su discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado el 23 de enero de 1980, el entonces presidente Jimmy Carter planteaba la doctrina que lleva su nombre: Estados Unidos considera que los hidrocarburos del Golfo son indispensables para su economía y que por lo tanto le pertenecen. Así que cualquier forma de poner en duda ese axioma será considerada «un acto contra los intereses vitales de los Estados Unidos de América y ese acto será rechazado con todos los medios necesarios, incluyendo el uso de la fuerza militar». Con el tiempo, Washington se ha dotado del instrumento necesario para aplicar esa política –el CentCom– y ha extendido su zona vedada hasta el Cuerno de África.
A partir de lo anterior, la actual campaña de bombardeos de la coalición ya no tiene nada que ver con la voluntad inicial de derrocar la República Árabe Siria. Tampoco tiene relación alguna con la supuesta «guerra contra el terrorismo». Sólo busca defender los intereses económicos exclusivos de Estados Unidos, incluso en caso de que eso implique la creación de nuevos Estados aunque no obligatoriamente recurriendo a ello.
En este momento, unos cuantos aviones de Arabia Saudita y Qatar prestan al Pentágono una ayuda puramente simbólica, pero ni Francia ni Turquía lo están haciendo. El propio Pentágono dice haber realizado más de 4 000 misiones aéreas en las que habrían muerto sólo un poco más de 300 combatientes del Emirato Islámico. Si nos atenemos al discurso oficial, eso representa más de 13 misiones aéreas y ni se sabe cuántas bombas y misiles para matar un solo yihadista. Se trataría entonces de la campaña aérea más costosa y más ineficaz de toda la Historia. Pero si tenemos en cuenta el razonamiento anterior, el ataque de Daesh contra Irak corresponde a una manipulación de los precios del petróleo que ha hecho caer los precios del barril de crudo en un 25% (de 115 dólares a 83 dólares el barril). Nuri al-Maliki, el primer ministro iraquí democráticamente electo que vendía a China la mitad del petróleo iraquí, fue súbitamente vilipendiado y derrocado. Daesh y el gobierno regional del Kurdistán iraquí redujeron por sí mismos su robo de petróleo y sus exportaciones de crudo en alrededor del 70%. El conjunto de las instalaciones petroleras utilizadas por las compañías chinas simplemente fueron destruidas. De hecho, el petróleo iraquí y el petróleo sirio ya no están ahora al alcance de los compradores chinos… pero volvieron al mercado internacional controlado por Estados Unidos.
La actual campaña de bombardeos aéreos es, en definitiva, una aplicación directa de la «doctrina Carter» y una advertencia al presidente chino Xi Jinping, quien actualmente intenta concluir una serie de contratos bilaterales destinados a garantizar el aprovisionamiento de su país sin pasar por el mercado petrolero internacional.

Prever el futuro.

Como resultado de este análisis, podemos concluir que:
- En el actual periodo, Estados Unidos únicamente está dispuesto a aceptar guerras que tengan como objetivo la defensa de su propio interés estratégico en controlar el mercado internacional del petróleo. Por consiguiente, podría entrar en guerra contra China pero no contra Rusia.
- Francia y Turquía nunca lograrán realizar sus sueños de recolonización. Francia debería reflexionar sobre el papel que el AfriCom le ha asignado en África. Podrá seguir interviniendo en todos los Estados que tratan de acercarse a China (Costa de Marfil, Mali y la República Centroafricana) y reinstaurar el orden «occidental» pero nunca logrará restaurar su imperio colonial. Turquía también deberia bajar el tono. Aunque el presidente Erdogan lograra concretar una alianza contranatura entre la Hermandad Musulmana y los oficiales kemalistas turcos, de todas maneras tendría que renunciar a sus ambiciones neootomanas. Y tendría que recordar sobre todo que, como miembro de la OTAN, Turquía está mucho más expuesta que otros países a ser víctima de un golpe de Estado proestadounidense, como ya sucedió en Grecia en tiempos de Georgios Papandreu y en la propia Turquía en tiempos de Bulent Ecevit.
- Arabia Saudita y Qatar nunca lograrán recuperar los miles de millones de dólares que invirtieron tratando de derrocar la República Árabe Siria. Peor aún, es probable que tengan que pagar parte de la reconstrucción de ese república laica. La familia reinante en Arabia Saudita tendrá que seguir plegándose a los intereses económicos de Estados Unidos, pero debería evitar seguir metiéndose en guerras de gran envergadura y tener en cuenta que en cualquier momento Washington puede decidir dividir el país que los Saud consideran de su propiedad.
- Israel puede abrigar la esperanza de seguir jugando por debajo de la mesa a provocar a mediano plazo la división de Irak en 3 Estados diferentes. Así obtendría la creación de un Kurdistán iraquí comparable al Sudán del Sur que ya creó anteriormente. Pero es poco probable que pueda incorporar de inmediato el norte de Siria a ese «Kurdistán». Es también poco probable que logre expulsar a la FINUL del sur del Líbano y reemplazarla por al-Qaeda, como ya hizo con los cascos azules que garantizaban la separación entre las fuerzas israelíes y sirias en la frontera siria. Pero, a lo largo de 66 años, Israel se ha acostumbrado a tratar siempre de ir más lejos y a menudo ha logrado avanzar siempre un poco más. Israel es, en realidad, el único ganador de la guerra contra Siria en el seno de la coalición. No sólo ha debilitado por un buen rato a su vecino sirio sino que además logró obligarlo a renunciar a su arsenal químico. Por lo tanto, Israel es actualmente el único país del mundo que dispone oficialmente tanto de un arsenal atómico perfeccionado como de un arsenal químico y biológico.
- Irak ya está divido de facto entre Estados diferentes. Uno de ellos, el Califato proclamado por el Emirato Islámico, nunca podrá obtener el reconocimiento de la comunidad internacional. En cambio, no hay a la vista razones que parezcan impedir la secesión del Kurdistán, aparte de lo difícil que resultará explicar cómo fue que logró expandir su territorio en un 40%, apoderándose además de los campos petrolíferos de Kirkuk. El califato podría ir cediendo poco a poco su lugar a un Estado sunnita, probablemente gobernado por individuos que «abandonarían» Daesh oficialmente. Se trataría entonces de un proceso comparable al de Libia, donde los ex combatientes de al-Qaeda fueron aupados al poder sin que nadie protestara por ello.
- Siria volverá paulatinamente a la paz y habrá de dedicarse a su larga reconstrucción. Para ello se volverá hacia las empresas chinas, pero mantendrá a Pekín al margen de sus hidrocarburos. Para reconstruir su industria del petróleo y explotar sus reservas de gas, Siria tendrá que volverse hacia las empresas rusas. El tema de los oleoductos o gasoductos que podrían transitar por su territorio dependerá del apoyo que puede encontrar en Irán y Rusia.
- El Líbano seguirá viviendo bajo la amenaza de Daesh, que nunca obtendrá más papel que el de grupo terrorista. Los yihadistas sólo serán la herramienta necesaria para prolongar un poco más el congelamiento del funcionamiento político de un país que sigue hundiéndose en la anarquía.
- Para terminar, Rusia y China deberían intervenir urgentemente contra Daesh, en Irak, Siria y Líbano, no por compasión hacia las poblaciones locales sino porque Estados Unidos utilizará próximamente contra ellas ese grupo yihadista –también denominado como Emirato Islámico. Aunque está bajo las órdenes del príncipe saudita Abdul Rahman –el hombre que pone el dinero– y del autoproclamado califa Ibrahim, Daesh ya cuenta en este momento con georgianos –todos miembros de los servicios secretos de Georgia– que fungen como sus principales oficiales y con algunos chinos de lengua turca. El ministro georgiano de Defensa incluso reconoció, antes de corregir esas declaraciones, la existencia en Georgia de campos de entrenamiento de yihadistas. Si Moscú y Pekín no se deciden pronto, tendrán que acabar enfrentando a Daesh en el Cáucaso, en el valle de Ferghana y en la región china de Xinjiang.

[1Daesh es el acrónimo árabe del grupo yihadista inicialmente llamado Emirato o Estado Islámico en Irak y el Levante y actualmente conocido como Emirato Islámico. Nota de la Red Voltaire.
[2] «Trece años después del 11 de Septiembre, persiste la ceguera», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 12 de septiembre de 2014.
[3] John Dimitri Negroponte fue embajador de Estados Unidos en Honduras en los años 1980. Desde ese puesto «diplomático», Negroponte dirigió la guerra sucia contra el gobierno sandinista de Nicaragua, lo cual incluyó la creación, entrenamiento, armamento y financiamiento de las bandas de los llamados «Contras». En 2001, la administración de George W. Bush lo nombró embajador en la ONU, inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre. En abril de 2004, esa misma administración lo nombró embajador en Irak, a raíz de la invasión atlantista y del derrocamiento de Sadam Husein. Para más información sobre este tenebroso personaje, ver el documental en 3 partesEl Embajador, del realizador noruego Erling Borgen, disponible enYouTube.
[4] «Revolución pacífica» sólo significaba que no se haría daño a los sunnitas.
[5] Al inicio de la crisis y la guerra contra Siria, el Hezbollah no estaba presente en ese país pero la República Árabe Siria respaldaba militarmente al Hezbollah en su lucha contra el agresor israelí. Por lo tanto, el objetivo de la operación atlantista no era sacar al Hezbollah de Siria sino poner fin al apoyo de Siria a la Resistencia libanesa.



Publicado originalmente en: Red Voltaire

miércoles, 19 de octubre de 2016

La táctica de desestabilización del imperialismo en la Guerra de Siria.


Desde los tiempos del Golpe de Estado en Irán en 1953 (Operación Ajax), el imperialismo siempre inicia la desestabilización de un país con protestas callejeras, manifestaciones e incluso huelgas con tres objetivos:

- simula o amplifica un problema interno
- oculta una intervención externa del imperialismo
- el descontento de la población justifica la destitución del gobierno

En la Primavera Árabe el plan del imperialismo es una etapa breve de protestas, seguidas de deserciones y acciones terroristas para tumbar al gobierno. Pero en lugar de hablar de“contrarrevoluciones” se permitieron el lujo de hablar de “revoluciones”.

En América Latina los mercenarios locales del imperialismo se llamaron “contras”, una abreviatura de “contrarrevolucionarios”. Ahora se llaman al revés, “revolucionarios”, lo que al imperialismo le sirve para contar con el apoyo de la escoria de los grupos oportunistas y medios que alardean de ser “alternativos” pero confunden deliberadamente una cosa con su contraria.

El decorado decía que quien se levantaba contra el gobierno era el propio pueblo sirio, calificando como “pueblo” a las mesnadas de yihadistas fanatizados. La mayor parte de ellos ni siquiera eran sirios. Según un informe del BND, el servicio secreto alemán, el 95 por ciento son chechenos, pakistaníes, uigures, libios, tunecinos...

El 10 de abril de 2016 el patriarca greco-católico, monseñor Gregorio III Laham, afirmó también que “la discordia en Siria ha venido del exterior mientras que todo el mundo vivía en paz”.

Para tratar de calmar los ánimos, el gobierno de Bashar Al-Assad realiza importantes concesiones de todo tipo a las exigencias populares:

- subieron los sueldos
- crearon un fondo de ayuda contra la carestía de alimentos
- bajaron los impuestos
- liberaron a los presos
- concedieron la nacionalidad a muchos refugiados kurdos
- derogaron las leyes represivas

Las concesiones no sirvieron para nada e incluso se volvieron contra el gobierno. Por ejemplo, los medios de la“oposición” dicen que al liberar a 1.500 presos políticos condenados por yihadismo, es el propio gobierno el que favorece la formación de las organizaciones armadas, ya que los liberados pasaron a formar parte de las milicias que, efectivamente, realizaron ataques sectarios.

Cuando estaban en la cárcel era luchadores injustamente represaliados por el gobierno; cuando los ponen en libertad se convierten en yihadistas...

Las reivindicaciones no eran más que una coartada. El verdadero objetivo es la destitución de Bashar Al-Assad.

Las protestas son, además, otras tantas provocaciones que desatan una espiral de represión, detenciones, torturas y tiroteos en las calles.

También en Siria, el imperialismo pone en marcha las redes sociales para ocultar su propio protagonismo y presentar un decorado presidido por el impulso anónimo del movimiento, un pueblo desorganizado que se alza espontánea y pacíficamente.

La técnica de manipulación no se dirige a la razón sino al corazón. Más que informaciones el imperialismo ha utilizado imágenes para explotar abusivamente la sensibilidad y el humanitarismo de los espectadores. En los medios de todo el mundo la represión del gobierno de Damasco es un acto unilateral y gratuito, en el que hay una enorme desproporción de fuerzas: la policía abre fuego en la calle contra el pueblo indefenso.

Así obligan al espectador a tomar partido por el más débil, el pueblo, con montajes propios de guión cinematográfico, como los niños grafiteros, menores de edad que son detenidos, torturados y encarcelados por la policía del régimen por hechos inocentes.

El componente sicológico y propagandístico de la guerra contra Siria tiene por objeto acarrear apoyo internacional a las milicias yihadistas, mientras las poblaciones que quedan en manos del gobierno no existen, no son visibles, no sufren, no tienen hambre, no necesitan agua ni medicinas y, además, están sujetas al bloqueo económico, por lo que carecen de cualquier clase de solidaridad.

La batalla de Alepo la ha relatado así la intoxicación informativa: los terroristas no ocupan una parte la ciudad, no son responsables de las masacres ni de la destrucción sino todo lo contrario: ellos la “defienden” del “asedio” del ejército regular.

El humanitarismo ha sido un apoyo para el yihadismo y todas las treguas han servido para su rearme y la continuación de la guerra con energías renovadas.

En una farsa así no podían faltar las ONG como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Cascos Blancos y demás, cuyos informes nutren una parte muy importante de las noticias de la prensa imperialista.

El papel de los medios ha consistido en inventar un “régimen” y un dictador (Bashar Al-Assad) execrable que tiene los días contados por obra y gracia de un pueblo heroico que sale a la calle sin temor a la represión.

El imperialismo no deja las cosas al azar. La “oposición” siria fue un movimiento planificado, armado y adiestrado, sobre todo en Jordania, con bastante antelación, cruzando la frontera con armas y explosivos y asesinando de manera indiscriminada, es decir, tanto a policías y militares, como a manifestantes. A finales de 2011 una investigación de la Liga Árabe concluyó:

“En Homs, Idlib y Hama, la misión observadora atestiguó que se cometían actos de violencia contra las fuerzas gubernamentales y los civiles, que resultaban en múltiples muertes y heridos. Ejemplos de esos actos incluyen la voladura de un autobús civil, asesinando a ocho personas e hiriendo a otras, incluyendo mujeres y niños, y el bombardeo de un tren que cargaba diesel. En otro incidente en Homs, explotaron el autobús de la policía, matando a dos oficiales. Un oleoducto y algunos puentes pequeños también fueron volados”.

El cura holandés Frans van der Lugt, que residía en Siria hasta que fue asesinado en abril de 2014, escribió en enero de 2012:

“Desde el principio los movimientos de protesta no eran puramente pacíficos. Desde el principio vi participantes armados marchando en las protestas que dispararon primero contra la policía. Con mucha frecuencia la violencia de las fuerzas de seguridad era una reacción a la brutal violencia de los rebeldes armados”.

Unos meses antes, en septiembre de 2011, había observado:

“Desde el inicio ha existido el problema de los grupos armados, que también son parte de la oposición... La oposición en la calle es mucho más fuerte que cualquier otra oposición. Y esta oposición está armada y frecuentemente emplea violencia y brutalidad, sólo para luego culpar al gobierno de ella”.

Los medios internacionales crean un nuevo lenguaje y un nuevo relato de ficción en el que la guerra comienza como una lucha que presenta dos rasgos fundamentales: es interna y es pacífica. Como consecuencia de la represión posteriormente “degenera” en un choque militar y, en una tercera fase, intervienen otros países desde el exterior.

A diferencia de Túnez y Egipto, la desestabilización fracasa. Pero aunque no cumple todos sus objetivos, logra al menos uno de ellos en la fase inicial de la guerra: a finales de agosto de 2011 crea un fantasmagórico Consejo Nacional Sirio, una especie de gobierno en el exilio que se reúne por primera vez en Estambul el 2 de octubre.

El tinglado desempeña varias funciones. La primera, es ponerle una cara a lo que hasta entonces era anónimo, crear una referencia para seguir nutriendo de contenidos a los medios de todo el mundo. La segunda es mostrar el alineamiento inequívoco de los imperialistas contra Al-Assad, dar respetabilidad a la oposición y elevar su nivel diplomático. Otra función del “gobierno” en el exilio es la de ofrecer una imagen de unidad, de coordinación de la oposición, una tarea que nunca ha podido cumplir. La cuarta es la de delimitar los dos bandos, un aspecto importante que permitió llevar la guerra a su segunda fase.

Quien empieza reconociendo al nuevo “gobierno” sirio como legítimo portavoz de su pueblo es otro fantasma, su homólogo libio del Consejo Nacional de Transición; detrás van los primeros espadas del imperialismo.




Publicado originalmente en: Movimiento Político de Resistencia

jueves, 13 de octubre de 2016

Terroristas, empresarios, políticos, periodistas y activistas hermanados por una misma causa: un "cambio de régimen" en Siria.

 
La maquinaria de propaganda puesta en marcha por los gobiernos de la OTAN y el poder económico occidental contra el legítimo gobierno y el pueblo de Siria, es tan gigantesca y permanente que resulta imposible seguir toda su actividad y sus acciones diariamente. Necesitaríamos las 24 horas del día para investigarlos y denunciarlos. Sin embargo sí podemos identificar un mismo patrón que coincide en todos y cada uno de los casos analizados y de los intervinientes en esta campaña integral de propaganda mediática, política o incluso cultural. Todos estos agentes de facto de propaganda de guerra contra Siria, ya se definan éstos como periodistas o como "activistas por los Derechos Humanos" o cualquier otra causa, se parapetan detrás de centenares de "organizaciones no gubernamentales" (ONG) o "sin ánimo de lucro" que, lejos de ser "independientes" e "imparciales", reciben la financiación y el apoyo de los gobiernos occidentales y las grandes corporaciones a través de sus múltiples fundaciones, agencias y organismos de todo tipo, tanto públicos como privados.
 
En anteriores artículos hablé de cómo esta realidad se repite con todos aquellos medios de comunicación [1] y ONGs (independientemente de su tamaño) cuyo discurso sigue al pie de la letra la narrativa de la OTAN en contra del "régimen de Al Assad", tratando de justificar basándose en mentiras una "intervención humanitaria" en Siria, al estilo de Libia en 2011. Veamos, de nuevo, otro ejemplo de los muchos que se pueden encontrar a diario:
 
El pasado lunes 3 de octubre se celebró en el Círculo de Bellas Artes de Madrid un acto que, supuestamente, pretendía "visibilizar y valorar el papel de la mujer en los campos de refugiados sirios, así como en el propio conflicto", según redactaba la agencia Europa Press. Las protagonistas principales de este "acto solidario" fueron Reem Al-Haswani (de la "ONG" Sonrisas y Aceitunas), Oula Ramadan (Badael) y Leila Nachawati (Syria Untold) [2], presentadas como "tres refugiadas sirias que colaboran con distintas ONGs". En realidad son tres asalariadas de los gobiernos y corporaciones occidentales bien pagadas en dólares-euros para manipular a la opinión pública y convencerla de la necesidad de un "cambio de régimen en Siria". Este acto estaba organizado por la Fundación Esperanza Pertusa, creada y dirigida por una familia de ricos empresarios españoles con intereses y planes expansionistas en Oriente Medio. El acto también contaba con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, cuya alcaldesa "progresista" Manuela Carmena (Podemos) también participó en el acto, dando así apoyo y cobertura política a quienes en el fondo de su discurso "humanitario" están apoyando al terrorismo yihadista y al imperialismo occidental que está detrás de las "primaveras árabes" [3] que defienden todos los intervinientes. 
 
 
Este acto no es en absoluto extraordinario. Como decía, estos actos de propaganda "humanitaria" y "solidaria" financiados por instituciones públicas y grandes corporaciones occidentales se organizan de forma masiva y constante para movilizar a la sociedad en la dirección conveniente a sus intereses y para mantener la atención y la tensión mediática focalizada en Siria. Quienes organizan y participan en estos actos mantienen intereses mercantiles y económicos, incluso ideológicos o religiosos, con sus patrocinadores. Los periodistas corporativos nos los presentan como "activistas por los Derechos Humanos" cuya información es "imparcial" e independiente", pero su sesgo y parcialidad está fuera de toda duda.
 
Meses antes de celebrarse este acto en Madrid, en abril de este año, por poner sólo un ejemplo, Oula Ramadan (cuya "ONG" Badael recibe financiación de EE.UU. y de la Comisión Europea, entre otros,  a través de organizaciones como CIVICUS o Geneva Institute for Human Rigths) participó en otro acto similar en Washington sobre "el papel de las mujeres sirias en la sociedad civil y la política", junto a otra "activista" del poder económico occidental, Salma Kahale, directora de la ONG Dawlaty financiada también por los gobiernos occidentales [4]. El acto fue organizado por el Middle East Institute, un think tank financiado por empresas como Coca-Cola, Conoco Phillips, Chevron, Exxon Mobile, Shell, DC Capital Partners, Microsoft,... o el Consejo de Relaciones Comerciales y Negocios entre EE.UU. y los Emiratos Árabes Unidos (U.S-U.A.E. Council Business). Lógicamente quienes patrocinan este tipo de actos saben perfectamente a quiénes están financiando, saben lo que piensan los intervinientes, conocen lo que escriben estos activistas y periodistas, y les pagan precisamente para que lo sigan haciendo. De "imparcialidad" y "objetividad" no hay ni rastro. 
 
Como decía al inicio, la campaña de propaganda de guerra contra Siria es permanente y transversal desde 2011 y recorre todos los países occidentales tratando de adoctrinar a sus ciudadanos para que acepten y apoyen una "intervención humanitaria" en Siria. En las últimas semanas esta campaña se ha intensificado notablemente debido a que el último bastión de los terroristas salafistas que invaden Siria, el este de Alepo, está a punto de ser recuperado por el gobierno sirio y sus aliados de Rusia, Irán, Irak y las milicias de Hezbolá, principalmente. Es esta inminente derrota de sus "escuadrones de la muerte" lo que ha llevado a EE.UU.  a romper la "tregua-trampa" que firmó con Rusia bombardeando al Ejército Árabe Sirio en Deir Ezzor el pasado 17 de septiembre [5], rompiendo así todos los acuerdos a los que previamente se había comprometido. Esta situación de derrota de los terroristas sobre el terreno es la que explica la desesperación de Occidente y la urgencia de EE.UU., Reino Unido y Francia por imponer a través del Consejo de Seguridad de la ONU una "zona de exclusión aérea" sobre Alepo, tratando de repetir así el libreto que aplicaron contra la Libia de Gadafi a la que bombardearon cruelmente tras una interpretación manipulada de la Resolución 1973 aprobada en marzo de 2011. El veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad está impidiendo que ahora se repita la misma barbarie en Siria, evitando así que Occidente brinde protección aérea a sus grupos terroristas que se atrincheran en el este de Alepo usando a 250.000 civiles comoescudos humanos.
 
Este contexto explica el incremento de la tensión política, diplomática y mediática de los últimos días respecto a Siria y más concretamente respecto a Alepo, lo que ha llevado a Putin a suspender su visita a Francia prevista para el 19 de octubre. Alepo representa la "última oportunidad" para que los terroristas patrocinados por la OTAN no pierdan la guerra de invasión contra Siria que iniciaron en 2011 bajo el eufemismo de "primavera árabe". Y este aumento de la propaganda política y mediática en contra de Siria y a favor de los terroristas salafistas, explica también el porqué de la aparición repentina de múltiples campañas "humanitarias" como la iniciada recientemente por la organización Avaaz llamada ¡Protejan ya a los niños y niñas de Alepo!, en cuya exposición de los hechos no dejan lugar a dudas de que apoyan a los terroristas y de cuál es su único objetivo: un cambio de régimen al estilo Occidental en Siria. La cuestión "humanitaria" es sólo una herramienta para lograrlo, pura propaganda de guerra.
 
"100 niños y niñas han muerto en Alepo en los últimos días. (...).  Vamos a crear un llamamiento mundial atronador para pedirle a Obama y a otros dirigentes que le planten cara al terror de Putin y Assad. Puede que sea la mejor y la última oportunidad que tengamos de acabar con el asesinato en masa de niños y niñas indefensos. Suma tu nombre (...)".

Avaaz lleva pidiendo una "zona de exclusión aérea" en Siria desde 2011, como antes pidió para Libia con el desastroso resultado que todos podemos comprobar hoy en día [6]. Nadie ha pedido perdón por la catástrofe que ha supuesto la invasión de Libia, nadie ha rectificado, lo cuál demuestra una vez más que la OTAN no busca llevar la "democracia occidental" a esos países ni defender a la población civil. "Bombardeos humanitarios" por el bien de la población, parece ser la lógica aplicada.
 
Actualmente en el este de Alepo - según esta corrupta y criminal organización [7] y los grandes medios corporativos - no existen terroristas sino "rebeldes moderados" que luchan por la democracia y la libertad. Las víctimas civiles sólo se producen en un sólo bando; las víctimas provocadas por los terroristas en el oeste de Alepo, bajo el control del gobierno sirio, no existen para las ONGs y los grandes medios corporativos. Y en cualquier caso tienen siempre un único culpable: "el régimen de Al Assad" y sus aliados rusos que, parece ser, deberían rendirse ante los terroristas que invaden el país. En realidad los dirigentes de Avaaz, como el resto de activistas y ONGs pagadas por Occidente (como el famoso Observatorio Sirio para los Derechos Humanos [8] o los "héroes" de los Cascos Blancos [9]) sólo están cumpliendo con su trabajo. Están repitiendo el guion y siguiendo las órdenes de aquellos que les financian. El imperialismo anglosajón representado por George Soros les paga para que hagan precisamente eso: mentir y manipular a la opinión pública mundial [10].
 
Fundaciones de grandes empresarios, políticos "progresistas", activistas por los DD.HH., y la prensa corporativa ejerciendo como altavoz de sus mensajes envenenados. El cóctel perfecto para remover nuestros sentimientos y manipular nuestras mentes. Son los autores intelectuales de las guerras económicas ejecutadas por la OTAN. A miles de kilómetros de ellos, sus admirados "rebeldes moderados" son los autores materiales de la barbarie. Los terroristas salafistas, como los que se atrincheran cobardemente en el este de Alepo, ejecutan sobre el terreno la otra parte del proyecto imperialista occidental para Siria y todo Oriente Medio (el Medio Oriente Ampliado [11]). Pero, de todo esto, no escucharán ustedes ni una sola palabra en los grandes medios occidentales.
 
 
REFERENCIAS - NOTAS
 
 
[3] El origen de la Primavera Árabe,- artículo del investigador y escritor Mikel Itulain (¿Es Posible la Paz? 4/6/2015)
 
[4] Syrian Civil Society Calls to hear their Voices,- artículo publicado en la web de la European Endowment for Democracy (EED), la "hermana" europea de la NED estadounidense (25/4/2015)
 
[5] EE.UU.: ¿atacar a Siria es “oposición moderada”?,- artículo del analista Carlos Santa María (RT, 20/9/2016)
 
[6] Resumen Latinoamericano entrevista al dirigente libio Mustafa Zaidi. “Los invasores han convertido a Libia en un Estado catastrófico” ,- Mustafá Zaidi es Secretario General del Libyan Popular National Movement (Resumen Latinoamericano, 26/9/2016) 
 
[7] The Purpose of Avaaz: Crimes Against Humanity,- artículo de Jay Taber (The Wrong Kind of Green, 21/12/2015) 
 
 
[9] Syria’s White Helmets: War by Way of Deception – Part I,- un informe de Vanessa Beeley (21st Century Wire, 23/10/2015) 
 
[10] SYRIA: Avaaz, Purpose & the Art of Selling Hate for Empire,- un extenso informe sobre los orígenes de Avaaz publicado por la periodista de investigación canadiense Cory Morningstar (The Art of Annihilation, 17/9/2014)  
 
[11] Los proyectos de reorganización del «Medio Oriente ampliado»,- artículo y vídeo del periodista y analista geopolítico francés Thierry Meyssan (Red Voltaire, 2/7/2015)


Publicado originalmente en: El Mirador Global