martes, 14 de mayo de 2019

Siria resurge de las cenizas impulsada por gente virtuosa.

Bailan por las calles para protestar contra los valores más tradicionales de la sociedad de Siria. Tallan obras de arte en los muros de túneles cavados por los terroristas. Tocan música, reparan instrumentos, dirigen orquestas en un Damasco devastado por la guerra. Con su labor, los artistas sirios que se quedaron en su país en los años más duros no solo conmemoran la resistencia de su pueblo, sino que también celebran la vida y el amor por su patria, que está resurgiendo de las cenizas.


La guerra que devastó Siria durante siete años obligó a la mayoría de sus artistas a abandonar el país. Sin embargo, algunos decidieron quedarse y actuar por las calles, incluso durante los combates.
Una vez finalizada la pesadilla, muchas personas virtuosas lanzaron diferentes iniciativas para devolver a la sociedad la tranquilidad que le arrebataron durante años. Es el caso de la coreógrafa Rawnak Kaddar, quien puso en marcha el proyecto 'Dare Dance': 'flashmobs' que organiza en Latakia para luchar contra las ideas que les han sido impuestas.
Inició este proyecto pese a ser consciente de que gran parte de la población local la reprobaría, pero con el tiempo la situación ha cambiado. "Poner algo de música y bailar no parece nada especialmente difícil de hacer, pero en Siria es diferente; incluso en Latakia, donde no hubo combates callejeros durante la guerra. La gente parece tener sentimientos encontrados al ver actuaciones de este tipo", comentó esta mujer.
Ali Omran, bailarín y miembro de 'Dare Dance', relata que muchas personas le instaron unirse al Ejército y combatir en lugar de bailar: "Nosotros también estamos en un frente: simplemente, no en el militar. También luchamos, pero con otro tipo de armas".
En la provincia de Damasco, los escultores del grupo Aram crean obras de arte en los túneles que los terroristas excavaron bajo la ciudad y utilizaban como base. Esa agrupación la dirige por Mohannad Moalla, reservista del Ejército de Siria, y se hizo famosa por realizar esculturas y frescos en Guta Oriental.
Moalla vive y trabaja en los pasillos subterráneos que se encuentran en los alrededores de Jobar, una ciudad que ha visto las más atroces batallas por el control de la capital siria. Ahora, su proyecto cuenta con el apoyo del Departamento de Cultura de Siria.
Muchas otras personas están al frente de otras iniciativas para potenciar la vida cultural siria con conciertos de jazz, rock, ópera, y teatro, entre otras actividades, con la intención de curar las atroces heridas que los extremistas dejaron tanto en la población como en el patrimonio de Siria.

Publicado originalmente en: RT en Español

miércoles, 8 de mayo de 2019

Cómo apoyó la CIA a los yihadistas en Siria.

Manuel E. Yepe
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Un pormenorizado trabajo publicado el 17 de abril en el portal GlobalGeoNews con la firma del periodista francés Maxime Chaix, autor del libro “La Guerra en la Sombra en Siria” aporta importante información acerca de los orígenes de la sorpresiva vinculación protagónica de Estados Unidos en la guerra anti-Assad en Siria.
“Timber Sycamore” es el nombre en clave de una operación encubierta autorizada oficialmente por el entonces Presidente estadounidense Barack Obama en junio de 2013 para entrenar y equipar los rebeldes contra su homólogo sirio. Pero en realidad ese “apoyo” comenzó en octubre de 2011, cuando la CIA estaba operando a través del MI6 (el servicio de inteligencia exterior británico) para evitar tener que notificar al Congreso que estaba armando a los rebeldes en Siria.
Originalmente, la CIA y el MI6 establecieron una red de suministro de armas a los rebeldes en Siria desde Libia, un plan en el que participaron los servicios de inteligencia saudíes, qataríes y turcos. En la primavera de 2012, Obama firmó de mala gana una orden ejecutiva de alto secreto, que autorizó a la CIA a proporcionar “apoyo no letal” a los rebeldes en Siria. En concreto, lo que hizo la CIA fue vincular a sus aliados de Qatar y Arabia Saudí con una serie de fabricantes de armas de los Balcanes (Bulgaria, Rumanía, Serbia, Croacia, etc.).
Con el apoyo de la OTAN, que controla las exportaciones de armas de los Balcanes a través de la EUFOR, los servicios secretos de Qatar y Arabia Saudí empezaron a comprar armas y municiones de estos países para equipar ilegalmente a los rebeldes sirios.
En octubre de 2012, el New York Times reveló que este vasto tráfico de armas patrocinado por la CIA iba a apoyar principalmente a grupos yihadistas en Siria, mientras que las exportaciones de armas por vía aérea iban en aumento, con la inyección de armas en territorio sirio desde “teatros de operaciones” en Turquía y Jordania, a través de la FSA (“Ejército Libre de Siria”) y de traficantes de armas locales. Finalmente, resultó que estos “quirófanos” fueron improvisados por quince servicios de inteligencia occidentales y de Oriente Medio, entre ellos la DGSE y el MI6, aunque todavía no se sabe exactamente qué papel desempeñaban estas agencias en esta guerra secreta. Lo que está claro es que decenas de miles de toneladas de armas y millones de cartuchos de municiones fueron introducidos en el escenario de guerra sirio por esta operación.
También se ha comprobado que estos armamentos fueron destinados en su mayoría a equipar a los grupos yihadistas, incluyendo a la milicia terrorista que se proclamó a sí misma “Estado Islámico” en junio de 2014. Finalmente, Donald Trump decidió eliminar esta operación a principios del verano de 2017. Este fue un gran revés para la CIA, ya que el Presidente de los Estados Unidos pronosticaba una derrota de Estados Unidos y sus aliados rusos, iraníes y libaneses en la guerra contra Siria.

El papel coordinador de la Agencia fue confirmado en junio de 2018 por Ben Rhodes, asesor principal de Obama de 2009 a 2017 quien argumentó que la inclusión de al-Nusra en el listado de organizaciones terroristas del Departamento de Estado en diciembre de 2012 fue un movimiento “esquizofrénico”, ya que era obvio que la milicia yihadista era una “parte importante” de la oposición anti-Assad. Según el periodista Mehdi Hasan la CIA había desempeñado un papel de coordinación en este vasto comercio de armas y la participación de Estados Unidos en esta guerra en la sombra había sido mucho mayor de lo que se pensaba.

Según el Washington Post, ésta fue una de las mayores operaciones encubiertas” de la CIA en su historia. En enero de 2016, el New York Times lo confirmó, señalando que las maniobras de la CIA para derrocar a Assad formaban parte de una campaña multinacional que incluía miles de millones de petrodólares de los estados del Golfo, invertidos principalmente por Arabia Saudita.

Esta guerra secreta marcó el comienzo, entre 2011 y 2017, de una estrecha cooperación entre los servicios secretos occidentales y sus homólogos turcos y del Cercano Oriente. Así, muchos expertos y periodistas cometían el error de analizar las operaciones de las distintas potencias de Oriente Medio de forma aislada de las de los gobiernos occidentales.

Por el contrario, como admitió el ex Primer Ministro de Qatar en 2017, se trataba de una operación conjunta y coordinada en la que participaban todos esos servicios de inteligencia. Debido al número récord de financiadores públicos y privados que apoyan esta campaña, y a las decenas de miles de muyahidines anti-Assad que fueron ayudados directa o indirectamente por la CIA y sus aliados, creo que esta podría ser la operación clandestina más masiva en la historia de la Agencia. Sin embargo, no se he podido determinar eso con certeza debido al secretismo de esta guerra en la sombra, que impide el acceso a los archivos y limita severamente la cantidad de filtraciones a la prensa.


Publicado originalmente en: POR ESTO!