Una vez más, la feroz campaña mediática desatada contra Siria por los grandes medios de comunicación internacional utiliza la imagen de un niño –esta vez la de Omran Daqneesh- para intentar desacreditar el esfuerzo de Damasco y sus aliados en la lucha contra las bandas terroristas.
La imagen del pequeño Omran, de apenas cinco años de edad, polvoriento y sucio, sentado en una ambulancia después de un bombardeo en el barrio de Qaterji, en la ciudad de Alepo, es la nueva imagen manipulada desde los centros de poder en Europa y Estados Unidos, para silenciar las verdaderas razones de una guerra de agresión que ya cobró casi 300 mil vidas en seis años.
Tal como hicieron con las fotos de Aylan Kurdi, el niño que apareció sin vida sobre la arena de la playa turca de Bodrum, después de naufragar junto a su familia el 3 de septiembre de 2015, tratando de encontrar amparo en las islas griegas de Kos, ahora pretenden emplear las imágenes de Omran para justificar el genocidio contra el pueblo sirio, aprobado y financiado por Occidente.
Europa, Estados Unidos, Israel y sus gendarmes de la región –Arabia Saudita, Qatar y Turquía- alentaron esta guerra fratricida que cobró las vidas de Aylan, Omran y de decenas de miles de niños que perdieron todos sus sueños y alegrías en una tierra que sufre hoy la codicia y la venganza de los poderosos del mundo.
Pero en todo esto, lo inmoral es el silencio de quienes manipulan descaradamente la opinión pública, tratando de demostrar que la muerte violenta de estos niños es responsabilidad de un gobierno, cuando en realidad lo que se busca es justificar una agresión criminal, a través de fuerzas mercenarias que se arropan bajo el irónico manto de grupos “opositores moderados”, tal cual los califica su principal proveedor: Estados Unidos.
¿QUIÉN SE OCUPA DE MANIPULAR LA INFORMACIÓN?
Para conseguirlo están los de siempre, entre ellos las páginas sensacionalistas de diarios y agencias británicas, estadounidenses, francesas y españolas, entre otros “importantes” medios de prensa, que se hicieron eco de las informaciones que brindó Aleppo Media Center (AMC), un grupo financiado por los servicios de inteligencia europeos y norteamericanos, y con sostén financiero de Syrian Expatriates Organization (SEO), una organización “casualmente” radicada en Washington.
El AMC, y el SEO, como también el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, son solo fachadas propagandísticas de los grandes servicios de inteligencia mundial, donde se rediseña diariamente la guerra ideológica contra el pueblo sirio.
Un reciente artículo publicado en la Red Voltaire, que dirige el intelectual francés Thierry Meyssan, explica que la agencia Innovative Communications & Strategies (InCoStrat), creada por el Servicio de Inteligencia Secreto británico (SIS o M-I6) para organizar la propaganda de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Siria, divulgó el video y la foto del pequeño Omran recibiendo auxilio de los White Helmets o “Cascos Blancos” en Alepo.
Casualmente, InCoStrat fue quien difundió en septiembre del año pasado, las fotos del niño Aylan Kurdi, intentando responsabilizar a Siria con la explosión migratoria de millones de seres humanos hacia Europa.
Los White Helmets –agrega la Red Voltaire- es una “organización no gubernamental” que dentro de Siria, sirve de pantalla a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) al M-I6 y al IDB (servicio de inteligencia de los Países Bajos).
Según la agencia estadounidense Associated Press –dice la red Voltaire en su artículo-, la foto de Omran Daqneesh fue captada por el “fotógrafo” Mahmud Raslan, cuyas declaraciones son ampliamente divulgadas por esa misma agencia y reproducidas en la gran prensa occidental.
Pero lo que no dicen los grandes medios es que Raslan es miembro de Harakat Nur al-Din al-Zenki, un grupo armado yihadista respaldado por la CIA, que en julio último degolló al niño palestino Abdullah Tayseer al-Issa, de 12 años.
Lo importante –para Occidente- es desacreditar al gobierno sirio, aunque tenga que echar mano a un terrorista y convertirlo en “periodista” por obra y gracia de la “democracia” que pretenden vender a todo el mundo.
TERRORISMO POR CONVENIENCIA
Cuando se revisan cuidadosamente los cables referidos al salvamento del niño Omran Daqneesh en el barrio de Qaterji, llama la atención que en ninguno de ellos se menciona la palabra “terroristas”, a pesar que los combates se despliegan entre el ejército sirio y los miembros del Frente de la Conquista de Levante, el nuevo nombre adoptado por la agrupación yihadista Frente al-Nusra, brazo armado de al-Qaeda en Siria.
Para los testaferros que disfrutan publicar en primera plana sus crónicas morbosas sobre la desgracia en Siria, lo “único” que resulta interesante es detallar el asedio de las tropas terrestres sirias y la acción de los aviones bombarderos rusos TU-22M3 y los Sukhoi-34, como si lo que en Alepo ocurre, fuera una guerra desatada contra la población civil.
Para nada se mencionan en estos “periódicos” a las bandas terroristas que están desolando al Levante desde hace años, con total impunidad y con el apoyo expreso de Washington, Londres y París, y de sus acólitos en la región.
No explican ahora mismo que en la batalla por la liberación de Alepo, las fuerzas sirias, junto a sus aliados rusos y las milicias libanesas de Hizbollah, enfrentan a una coalición integrada por más de 15 grupos extremistas armados integradas por más 15 mil efectivos, en su mayoría mercenarios extranjeros financiados y armados desde el exterior, quienes han intentado desplegar infructuosamente siete ofensivas contra las fuerzas gubernamentales y las milicias populares.
Estas fuerzas terroristas –lideradas por el antiguo Frente al-Nusra- cuentan con vehículos blindados, artillería de mediano y largo alcance, junto a la acción de elementos suicidas que emplean coches-bombas y otros métodos violentos.
Poco se habla que hay casi dos millones de civiles en medio del fuego, de ellos casi un millón y medio en las zonas controladas por el gobierno sirio, y a quienes se les impide el uso de los corredores humanitarios propuestos por la ONU y garantizados por las autoridades de Damasco, pero saboteados constantemente por las bandas terroristas.
Ni una palabra publican estos medios de que los grupos yihadistas –a quien Occidente llama rebeldes, insurgentes, moderados o como se les antoje- utilizan a más de medio millón de civiles como escudos humanos y a quienes obligan a desplazarse ante el avance del ejército sirio y sus aliados.
Estos “reconocidos” medios de prensa internacionales esconden la verdadera cara de este conflicto que hasta hoy arrancó la vida a casi 30 mil niños, mientras millones siguen padeciendo las consecuencias de una guerra infernal.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 5,6 millones de niños sirios padecen de pobreza extrema y están obligados a vivir desplazándose constantemente para escapar de las zonas de guerra.
Otros dos millones viven ahora mismo como refugiados en Líbano, Jordania, Iraq, Turquía, Egipto y otros países del norte de África, mientras que 3,6 millones de niños permanecen inseguros en comunidades vulnerables.
Entonces, el destino de Omran y Aylan es consecuencia de un plan macabro concebido contra su país –Siria-, y de depredadores que no midieron consecuencias en aras de satisfacer la sed de la carroña de cuello y corbata, que trata de imponer sus estilos de democracia a fuerza de sangre y desolación.
A pesar de todo, la gran prensa mundial sigue escondiendo la cabeza –como el avestruz- o plegándose a la inmoral tarea de desvirtuar la verdad y mentir al mundo acerca de los que realmente sucede en Siria, un país que se niega a ponerse de rodillas.
Publicado originalmente en: Al Mayadeen
Publicado originalmente en: Al Mayadeen
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