Por Inna García
En Siria existe una población que está sufriendo más que ninguna la crueldad de la guerra. Las 120.000 personas que viven en esta ciudad, que hace años que sufre un dramático asedio, viven rodeadas de los sonidos de bombas, tiroteos, explosiones. Además del miedo, tienen que padecer la escasez de alimentos y medicamentos, debido a que el asedio limita los suministros y la asistencia humanitaria.
Aunque la narrativa le suene, no estoy hablando de la ciudad de Alepo, si no de Deir ez-Zor, sitiada por el Estado Islámico en el año 2014 e ignorada desde entonces por los medios de comunicación.
Deir ez-Zor es la ciudad más grande de la región oriental de Siria. Está situada a 450 km al noreste de la capital Damasco, en las orillas del río Éufrates. Cabe señalar que el Estado Islámico decidió abolir su nombre ya que “Deir” significa “Monasterio” y hace referencia al cristianismo y la herencia cristiana de Siria.
La provincia de Deir Ezzor es una región muy rica en petróleo y gas, motivo por el que ha cambiado de manos varias veces durante estos años. En el año 2012, las fuerzas rebeldes del Ejército Libre Sirio se hicieron gradualmente con el control de la provincia de Deir ez-Zor hasta el surgimiento y consolidación de Jabhat al-Nusra (al-Qaeda en Siria). En 2014, ISIS empezaría a combatir por el poder y el control del gas y el petróleo y lograría imponer su dominio en la región, obligando a la mayoría de los grupos rebeldes a jurarles lealtad.
Desde mediados de 2014 hasta hoy, ISIS se ha convertido en una auténtica pesadilla para los habitantes de Deir ez-Zor, para el Ejército sirio y las demás fuerzas progubernamentales que resisten y defienden la ciudad del terror del Estado Islámico que se apodera de esta provincia desde entonces. Una de las acciones que más trascendió fue el levantamiento de la tribu Sheitat, en septiembre de 2014 que terminó con el degollamiento de al menos 800 civiles.
El Estado Islámico comenzó a asediar los barrios de Deir ez-Zor controlados por el gobierno de Siria en enero de 2015. Cortó todas las rutas que llegaban a estos barrios (terrestres y fluviales) y prohibió la entrada o salida de cualquier persona. Además, vetó el suministro de alimentos a los civiles que residen en estos barrios. Los terroristas cortaron los cables de fibra óptica y también los cables que proporcionaban electricidad a algunas zonas.
Por otra parte, los civiles desde entonces tienen que sufrir los ataques indiscriminados de ISIS con morteros o barriles bomba a los barrios residenciales, como el ataque en diciembre de 2015 a un colegio que causó la muerte de 9 niños.
A la izquierda, una calle de Deir ez-Zor, los niños siguen yendo a la escuela que permanece abierta. A la derecha, civiles esperando para comprar pan en una de las panaderías administradas por el gobierno, ya que el alimento es escaso. (TIME)
Cubrir las necesidades básicas de los civiles cada vez es más difícil. Los precios de los alimentos básicos y combustible se dispararon. La crítica situación incluso ha obligado a muchos civiles de Deir ez-Zor a reducir su dieta a una sola comida al día. La situación se agravó tanto que muchos han recurrido a comer hierba y plantas silvestres, de acuerdo con la organización del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Durante este tiempo, la asistencia humanitaria se ha realizado por aire, arrojando los suministros alimenticios y médicos en palets con la ayuda de paracaídas y con la protección de cazas rusos.
Deir ez-Zor ha podido resistir el asedio durante varios años por varios motivos. La Base Aérea, que ha estado siempre bajo el control del gobierno, ha sido vital para reabastecer al Ejército con refuerzos, armas y munición. Además, en este aeropuerto estacionan los cazabombarderos que proporcionan el apoyo aéreo a las Fuerzas Armadas. Por otra parte, el Ejército se vio reforzado por la 104ta Brigada de la Guardia Republicana dirigida por el general Issam Zahreddine que, junto al Coronel Suhail Hassam (“El Tigre”), es uno de los oficiales sirios más temidos por los yihadistas y uno de los personajes más admirados por el pueblo sirio.
A la izquierda, el general Issam Zahreddine saluda a soldados que llegaron como refuerzo a Deir ez-Zor en julio de 2016 (AL-MASDAR NEWS). A la derecha, soldados vigilan el frente del sureste de la pista del aeropuerto que se ilumina como preparación para un aterrizaje (TIME).
Respecto a la lucha internacional contra ISIS, hay que destacar el apoyo que ha ofrecido Rusia bajo petición del gobierno sirio. Con sus ofensivas áreas ha ayudado al Ejercito Árabe Sirio a retener los avances del Estado Islámico manteniéndolos fuera de las posiciones protegidas por el gobierno, además de realizar frecuentemente asistencia humanitaria. Por otra parte, la conocida como ‘Coalición anti-ISIS’, que nunca se ha mostrado dispuesta a trabajar en conjunto con el gobierno de Siria y Rusia, ha estado menos presente en esta zona e incluso se le puede atribuir acciones que han perjudicado la defensa de la ciudad, como el ataque a un campamento del Ejército sirio en diciembre de 2015 o el famoso ‘ataque por error’ de hace unos meses a Jabal Thardeh, posición que capturó ISIS tras el incidente que causó la muerte de más de 80 soldados sirios.
Independientemente de las operaciones militares contra los terroristas, ISIS no se ha dado por vencido y ha seguido intentando tomar la ciudad de Deir ez-Zor. La última ofensiva ha dejado en una situación crítica al Ejército sirio ya que el Estado Islámico ha rodeado la Base Área y la ha aislado del resto de la ciudad, cortando así la única vía de suministros con la que contaban las fuerzas gubernamentales en la zona.
Los analistas han relacionado la ofensiva de ISIS con la reunión internacional prevista en Astaná, Kazajistán, el próximo día 23 de enero, con el objetivo de establecer acciones para poner fin al conflicto en Siria. “Hoy las tentativas de ISIS de asaltar Deir ez-Zor son más bien un juego político para influir a las partes en Astaná”, explicó el politólogo sirio Naji Ubaid. “¿Por qué ISIS ataca Deir ez-Zor de cara a la reunión de Astaná, igual que se había apoderado de Palmira?”. Señala que el plan del Estado Islámico, diseñado por las potencias occidentales, es “no permitir ninguna solución” en la reunión de Astaná.
Pero, ¿qué hay en juego en Deir ez-Zor además de la vida de cientos de miles de civiles? Los conocidos planes de potencias regionales y occidentales para dividir a Siria en diversos pseudo-estados manejables. Además, interesa que estos mantengan disputas entre sí para favorecer así las políticas de occidente. Entonces, la persistencia de las fuerzas del gobierno de Siria a la hora de defender Deir Ezzor es un obstáculo evidente para la agenda de las potencias occidentales.
Eso explicaría el apagón informativo que sufre Deir ez-Zor. De hecho, la ciudad de Alepo sufrió por culpa de los mismos intereses geopolíticos el mismo vacío por parte de los medios de comunicación y ONGs mientras estuvo asediada y controlada por los grupos yihadistas. Solamente cuando el Ejército Árabe Sirio se impuso en Alepo y asedió los barrios controlados por las diferentes facciones rebeldes armadas, salió a escena internacional como una gran catástrofe humanitaria por la que se lanzaron decenas de campañas humanitarias.
La batalla de Alepo sólo empezó a tener trascendencia mediática el Ejército sirio logró rodear los barrios del este de la ciudad controlados por 29 grupos armados.
¿Estamos entonces frente a un caso de censura informativa sobre la crítica situación de Deir ez-Zor? Lo cierto es que los intereses geopolíticos siempre han necesitado una política de desinformación y manipulación mediática como la generación de alarma social que se vivió durante la liberación de Alepo tras 5 años de batalla.
A pesar del apagón informativo, Deir ez-Zor hoy sigue resistiendo los incesantes ataques suicidas y los bombardeos indiscriminados de los terroristas de ISIS. Cierto es que, con el Aeropuerto Militar sitiado, la situación para el Ejército sirio se ha complicado aún más si cabe. No obstante, si algo caracteriza a estos soldados es su moral inquebrantable y su determinación por ganarle la guerra al terrorismo. Así lo irradia el general Issam Zahreddine.
Publicado originalmente en: Nueva Revolución
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