Analizar el conflicto armado que todavía asola a la nación siria se vuelve una tarea complicada. Cualquier dato o acontecimiento en curso arroja más información (sobre un ambiente de por sí saturado) bastando un instante para que el panorama se reconfigure cada semana y obligue a una nueva actualización que logre acompañar el paso del tiempo con el de la información. Asunto verdaderamente difícil. Es por eso que Misión Verdad la asume presentando un trabajo en cinco partes que intente abarcar todo lo posible.
El problema radica en que nuestra visión de una guerra mundial depende de cómo la definamos. Dicen que los generales siempre se preparan para la guerra anterior. La cosa es que en la conciencia de masas, incluso en la de los profesionales, la visión de la guerra estará basada en la última. Todo el mundo piensa que se asemejará a la Primera o la Segunda Guerra Mundial. Y el problema con el fenómeno de las guerras mundiales es que no están limitadas a estas dos. Las guerras mundiales son un atributo característico de la era capitalista, porque el capitalismo es el único sistema global y las guerras por la hegemonía dentro del sistema capitalista siempre han tenido un carácter global...
Cinco premisas funcionales.
- Tal como reza la cita del intelectual ruso puesta más arriba, el "tipo", naturaleza y/o características de las nuevas guerras (no sólo en Siria, sino en Venezuela, Filipinas, Ucrania, etc.) suelen medirse a partir de precedentes y experiencias anteriores, y el problema con ese punto de partida analítico es que condiciona y prefigura una razón mediática que apenas es coherente con un primer plano del pensamiento, el más elemental, que reduce las guerras a dos antagonistas enfrentados por un solo objetivo en disputa, cuando en realidad, y más ahora, abarcan mucho más territorio del que se ve, involucra demasiados actores como para reducirlo a la lógica binaria y obstruye (intencionadamente) la capacidad de interpretación sobre el hecho concreto que se construye frente a nosotros, abarcando al mundo entero en términos globales, pero sin dejar acusar un acentuado carácter local y específico. Una guerra dentro de otra dentro de otra.
- Un conflicto político y armado que involucra actores y factores de más de 80 naciones es imposible reducirlo a la categoría de "guerra civil". Siria es una metáfora del mundo, y como tal, es ahí donde se prefigura el destino global de los próximos años. Cinco años después, más capas de acción e intereses se agolpan, llevando al país del Levante al foco central de cruce e intersección de agendas, intereses y voluntades geopolíticas.
- Sobre el mismo terreno se juega a la vez el choque en su dimensión maximalista entre las superpotencias (EEUU/OTAN, Rusia/China); se disputa, también, la configuración regional del llamado Oriente Medio entre modelos políticos, uno multirreligioso y otro bajo la interpretación más primaria de la ley islámica (la sharia); encubiertos, a su vez, bajo una (interesada) interpretación arbitraria y artificiosa de la fitna (la división suní-chií) para consumo mediático y la ejecución geopolítica de la agenda occidental que se apoya en el vasto rosario de formaciones armadas y financiadas por Estados Unidos vía Turquía, Catar y/o Arabia Saudita, anudando todos los intereses bajo ese programa de acción (que ejecutan las variaciones bajo los paraguas de al-Qaeda, el Estado Islámico y el "Ejércitio Libre Sirio"), donde se concreta, a su vez, el salto de lo rigurosamente local con la acción global.
- En este punto (1 de octubre), y luego del fracaso del cese al fuego "acordado" el 9 de septiembre (subraye comillas) en Ginebra entre Rusia y Estados Unidos, a efectuarse a partir del 12 y que culminó el 19 de septiembre, el movimiento de todos los elementos prefigura el paso hacia una nueva etapa ampliada en el que el carácter cada vez más abierto de enfrentamiento político entre el campo multipolar (defendido por el gobierno sirio, Rusia, Irán, Irak y Hezbolá) y el unipolar (ejercido por Estados Unidos, las petromonarquías del Golfo Pérsico, Israel y la OTAN/Unión Europea) con una torpe histerización del establishment de la política exterior norteamericana y el Pentágono, el ingreso a un panorama bélico posiblemente desconocido e incierto se sugiere con más fuerza. A lo que debe sumarse, dentro de estas redes y puntos de choque, el despliegue y ejercicio de actores no-estatales (ONGs como los llamados "Cascos Blancos") y combatientes mediáticos irregulares como actores de peso decisivo que modifican aún más el (macro)teatro de operaciones. Porque el aumento de la ofensiva militar va a la par de una escalada en la guerra de la información, de mayor dimensión y alcance. La invasión a Siria es doble.
- La razón fundamental para la crispación sobre el terreno militar y el desmantelamiento vertiginoso de la iniciativa política se debe centralmente a la lenta y paulatina reconquista de la ciudad de Alepo de la mano de las fuerzas del ejército sirio y los grupos que lo apoyan. Sea cual sea el rumbo de la guerra, mucho se definirá a partir de la retoma (o no) de la ciudad otrora más grande de Siria, principal polo comercial-industrial antes de la guerra, y patrimonio cultural de la humanidad (lo que le atribuye una profunda razón simbólica y humana).
"El piso de arriba" de la guerra.
Quiérase o no, es meritorio invertir el proceso del análisis e ir de lo más general a lo particular (y finalmente al resto de elementos orbitantes) para comprender el grado de implicación que en primer lugar abarque los pasillos del poder, para poder seguir los hilos que lo comunican con el campo de batalla en sentido estricto, para, finalmente, poder darle medida a todo el marco global.
Esto se debe a que fuera del enfrentamiento armado (el primer plano), las agrupaciones terroristas (provenientes de la matriz al-Qaeda) que Occidente rebautiza como "rebeldes sirios" y "oposición armada" en cualquiera de sus variaciones, están subordinados y condicionados a lo que decidan los Estados Unidos (de forma abierta o encubierta), expresándose en la ejecución logística que realizan los actores regionales subordinados en contacto con los terroristas, traduciéndose o bien en reacomodos políticos entre los grupos armados y/o en el suministro de nuevo armamento y soldados para sus filas, provenientes de todo el mundo.
Así, el choque diplomático entre Rusia y Estados Unidos hace que el último mueva piezas desde la cima hasta la base, desde el Consejo de Seguridad de la ONU al suicida que explota en un camión cargado de explosivos contra posiciones del ejército sirio.
Y el pasado mes de septiembre nunca fue más transparente para exponer cada uno de estos desplazamientos y su resultado. Incluyendo la (fallida) operación de propaganda de hoy en día, promovida por los medios occidentales que buscan justificar lo injustificable y fracasa en encubrir relaciones, motivos particulares e intereses: al-Qaeda al servicio de los Estados Unidos y la manifiesta incomodidad que produce en Washington, Londres o Tel-Aviv el actual ciclo de lentas pero múltiples victorias militares del Eje de la Resistencia a lo largo del territorio sirio.
El yijadismo global ha sido pensado y diseñado por los EEUU para desestabilizar el Medio Oriente.
La turbulencia: ¿por qué la Casa Blanca volvió a pedir un cese al fuego para septiembre?
Hay que rebobinar un poco y remontarnos al pasado reciente para entender la razón y forma de la conducta esquizoide que tuvo el trío de poder norteamericano. Trilogía que se compone de la Administración Obama, el Pentágono y el Estado profundo con la CIA como brazo ejecutante de los planes (la llave de poder que sintetiza el aparato de seguridad gringo, las corporaciones y sus respectivos actores políticos en todas las estructuras del Estado y el gobierno federal), donde se expresan objetivos más o menos comunes, pero que chocan sordamente entre sí en los medios para llegar al fin.
En julio y agosto, el Ejército de la Conquista, paraguas de todas las formaciones militares que participan en Alepo liderizadas por el (ex) Frente al-Nusra (al-Qaeda en Siria), proclamaba una ofensiva en seis fases para la ocupación definitiva de la ciudad de Alepo, capital de la provincia del mismo nombre, fronteriza con Turquía.
Para tales efectos se dispuso de un ejército de 10 a 15 mil hombres, recién dotado de armamento y juguetería militar. Luego de semanas de profundo desgaste, la tal ofensiva general fue detenida y derrotada, lo que podía generar las condiciones para un contrataque eficaz del lado del ejército sirio y la fuerza aérea rusa.
Es en ese momento en el que vuelven a reactivarse las negociaciones en Ginebra, frenando la posible contraofensiva mientras se concentraban las energías del conflicto, una vez más, por canales diplomáticos y por insistencia de los Estados Unidos.
El objetivo de dicho cese, además del intento "formal" de devolver la guerra a la mesa de negociaciones, consistía en la desmilitarización de las rutas de suministro a Alepo para el ingreso de ayuda humanitaria para la población civil.
Desde la invasión "rebelde" de 2012, el oeste de Alepo ha estado bajo control gubernamental, mientras que, al este, predominan las formaciones armadas yijadistas. La abrumadora mayoría de la población civil se concentra en los distritos al oeste, y apoya al gobierno de Bashar al-Assad. Al este, los reductos civiles, rehenes de los grupos armados, son usados como escudos humanos.
La batalla de Alepo es hoy en día el centro de la guerra, la está ganando el ejército sirio con el apoyo de Hezbolá, las milicias de las Fuerzas de Defensa Nacional y la fuerza aérea rusa; y ahora redoblan la marcha, mientras que políticamente se prenden las alarmas en Estados Unidos y Occidente lanza todos los recursos asimétricos que compensen en lo informativo lo que se está perdiendo sobre el terreno, criminalizando las razones de la victoria siria mientras glorifica la derrota de los grupos terroristas.
Como se verá en la próxima entrega, la forma en que la parte terrorista/estadounidense dinamitó el cese al fuego del 12 de septiembre prefigura, en su caída moral, las nuevas dimensiones que, al menos por voluntad, algunos grupos políticos se disponen a ejecutar sobre las verdaderas razones de la guerra y sus motivos, toda vez que, se insiste en eso, no sólo en Alepo sino a lo largo del territorio sirio, el ejército continúa recuperando territorio.
A un año de que la intervención rusa replanteara la correlación de fuerzas en Siria, el verdadero y actual estado de las cosas, bajo la ofensiva informativa, la agenda política de fondo, pensada y diseñada por Estados Unidos al menos diez años atrás, cuando se decidió usar al yijadismo global como instrumento desestabilizador que, comenzando con Siria y Líbano, apuntara contra Irán.
Hoy se trata de un dato en evidencia, como se demostrará en el plano diplomático, sobre el campo de batalla, en los medios y sobre el plano regional. Que es la secuencia de esta serie.
Con la oficialización del fin de las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos el 3 de octubre, las dos semanas anteriores atestiguaron cómo se desplomaba la fachada diplomática norteamericana, e inmediatamente pasó a hacer malabares a ver si ganaban (militarmente) lo que (políticamente) están perdiendo, trasladando toda la culpa del fracaso del cese al fuego -que ellos mismos propusieron- al eje Siria-Rusia-Irán-Hezbolá.
EEUU bombardea en Siria para ayudar a al-Qaeda.
El 17 de septiembre, aviones norteamericanos atacaron posiciones del ejército sirio a las afueras de la ciudad de Deir Ezzor (capital de la provincia homónima), matando a más de 80 e hiriendo a una centena de soldados que en ese preciso momento se enfrentaban al Estado Islámico.
El resultado fue la toma de una colina estratégica (Jabal Tardeh) por parte de los últimos que amenazaba a la ciudad y principalmente al aeropuerto (de donde provienen suministros para el ejército y la población) que ha resistido al asedio del Estado Islámico por años.
La protesta en el Consejo de Seguridad de la ONU obligó a Estados Unidos a reconocer el ataque, tildándolo de "error", por el que se disculpó. (Y el ejército sirio no sólo retomó la posición, sino que avanza sobre ella.)
(El 26 de septiembre, Hadiya Khalaf Abbas, presidente del Consejo del Pueblo -el parlamento sirio-, manifestó la existencia de unos audios interceptados por la inteligencia siria que registran comunicaciones entre Estados Unidos y el Estado Islámico, previo al ataque.)
El Estado Islámico no formaba parte del cese al fuego, y la agresión en Deir Ezzor, al este de Siria y a muchos kilómetros de Alepo, comenzó a fracturar la voluntad del cese, dejando a los norteamericanos en evidencia.
Varios países de la "coalición" (OTAN) que lidera EEUU salieron a compartir la culpa del ataque, para declarar que no fueron los gringos sino que fue Fuenteovejuna (todos y nadie a la vez) el responsable del crimen. Mientras ya era más que un entredicho el apoyo de facto de los Estados Unidos al Estado Islámico, como Rusia lo denunció.
Pocos días después, mientras un sinnúmero de violaciones al cese al fuego eran perpetradas, un convoy de Naciones Unidas y la Media Luna Roja Siria que trasladaba ayuda humanitaria hacia territorio controlado por los "rebeldes" en Alepo, fue atacado matando a más de 20 personas, hiriendo a varias y destruyendo parte de la caravana.
Este incidente, ocurrido el 20 de septiembre, se dio en el contexto amplio de la Asamblea General de la ONU. La reacción fue casi inmediata, y mientras terminaba de desplomarse el cese al fuego, Estados Unidos y la maquinaria mediática occidental culpaban automáticamente a las fuerzas aeroespaciales rusas "o" a la fuerza aérea siria. Desde un primer momento, tanto Rusia como Siria negaron categóricamente la responsabilidad.
Inmediatamente, esto produjo un enorme revuelo y un intento de contrataque publicitario/diplomático de la Casa Blanca en el Consejo de Seguridad de la ONU, teniendo a la embajadora norteamericana, Samantha Power, desplegando histriónicamente la culpabilidad rusa, registrando uno de los episodios más bajos y menos profesionales de la historia diplomática global al retirarse en plena deliberación del representante ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, mientras que Rusia anunciaba el final definitivo del cese al fuego y el representante sirio ante la ONU, Bashar Jafaari, acentuaba que el ejército sirio liberará definitivamente Alepo, a pesar del deseo del bloque anti-Assad.
Paulatinamente, el gobierno ruso reunió pruebas sólidas y contundentes que desmentían la versión estadounidense.
1) El ataque no fue realizado por caza alguno puesto que no hay señales de uso de esa artillería, 2) un portavoz del ministerio de defensa ruso también indicó el acompañamiento de pick-ups artillados muy cerca del convoy, 3) drones rusos monitorearon el recorrido del convoy hasta que la ayuda humanitaria fue entregada, el ataque ocurrió minutos después, en simultáneo con ataques yijadistas en otros puntos de la ciudad: el video refleja cómo un grupo de camiones comienza a incendiarse sin más detalles, 4) una versión sugiere que fue producto de un misil cuyas características concuerdan con los Hellfire empleados por drones Predator norteamericanos, 5) activistas de los "Cascos Blancos" ya se encontraban en el sitio exacto en el momento preciso del ataque, listos a lanzar la "noticia" al mundo.
Rusia entregó todas las pruebas, y exigió una investigación independiente que nadie del otro lado asumió. Fue una operación de bandera falsa.
Eso no impidió que la ONU se refiriera al episodio primero como un "ataque" del lado sirio-ruso para luego retractarse. Pero el golpe de efecto, en tanto a cambiar la percepción informativa, no logró alcanzar ese propósito, por más que facilitara los pasos institucionales que irremediablemente los Estados Unidos han tomado a continuación.
Todo esto sin dejar de obedecer a la lógica interna de la guerra: el cese al fuego no le convenía ni a al-Qaeda, ni al "Ejército Libre Sirio" y sus alrededores, tampoco a los Estados Unidos, temeroso de una derrota estratégica yijadista en Alepo.
Pero detrás de esa cadena de acontecimientos se movieron otros hilos que desde un segundo plano ofrecen la verdadera "razón política" detrás de los acontecimientos, desde el ataque en Deir Ezzor al expediente del convoy humanitario.
La dirigencia del Pentágono nunca estuvo de acuerdo con la implementación del cese al fuego y se dedicó a sabotear su implementación desde el principio, en contrasentido a lo acordado por la Casa Blanca con la contraparte rusa. Así lo ilustra con claridad un trabajo del investigador Gareth Porter. Una fuente rigurosa.
La implementación efectiva de la tregua y el desescalamiento del conflicto armado pasaba por la distinción entre "rebeldes moderados" y al-Qaeda por parte de los Estados Unidos, para que así se estableciera un Centro de Implementación Conjunta, lo que implicaría cooperación militar y un obligatorio intercambio de información entre la parte rusa y la estadounidense, necesario para realizar operaciones en conjunto, que finalmente favorecieran el proceso político de reconciliación luego de despejar el panorama de fuerzas yijadistas trasnacionales. No fue posible.
Desde el principio, la cancillería rusa exigió al Departamento de Estado que publicara el acuerdo, como forma de confirmar la voluntad de compromiso. Nunca ocurrió, hasta que producto del sabotaje, la agencia AP publica un interesado extracto del mismo, ya no de acuerdo al deseo ruso sino como otro elemento de intoxicación informativa para consolidar la matriz de que son "los otros" los responsables de incumplir el acuerdo del 9 de septiembre, exigiendo que se implemente una zona de exclusión aérea (como en Libia 2011) que prohiba a aviones rusos y sirios sobrevolar la zona.
Lo que a simple vista pareciera un acto de estupidez política en el fondo encarna el núcleo del asunto: queda definitivamente expresado el apoyo gringo a al-Qaeda, la falta de interés de alcanzar la resolución política de la guerra, la urgencia de impedir más victorias militares del campo del gobierno sirio y a partir de la tranca diplomática, enfilarse hacia el choque directo con Rusia.
Nunca hubo un "plan A" de Estados Unidos respecto a Siria como denuncióBashar Jaafari; siempre se trató del "plan B" y ese no es más que el apoyo a al-Qaeda, al dejarlo "disponible" para el cambio de régimen, como también señaló el canciller ruso, Sergei Lavrov. La escalada ha sido siempre el único objetivo.
Redondeando.
En resumen:
- lo de Deir Ezzor el 17 de septiembre no fue un error sino un acto premeditado en el que cuatro aviones atacaron la zona por más de una hora ("Usted no comete un error durante más de una hora", dijo Bashar al-Assad en una entrevista a la AP).
- el ataque al convoy humanitario en Alepo coronaba el proceso de sabotaje por parte del Pentágono que comenzó en Deir Ezzor para cambiar el foco de atención sobre el "error" gringo y culpar del fin de la tregua al eje Siria-Rusia-Irán-Hezbolá.
- Occidente no quiere la paz en Siria sino o bien evitar la derrota terrorista y perpetuar la guerra, o bien prevenir una victoria militar del campo liderado por Bashar al-Assad y el ejército sirio. Detrás de eso vendrían (si pudieran) el "cambio de régimen" que deponga al presidente al-Assad, o la balcanización de Siria.
- la administración Obama no controla al ejército; el Pentágono, a su vez, está dividido teniendo a la dirigencia saliente, con el ministro Ashton Carter al frente, urgido por escalar la guerra pero con el rechazo, displicencia y sabotaje por parte de grupos de las Fuerzas Especiales que entrenan a los yijadistas y no están de acuerdo con la participación gringa en la guerra transnacional, además (por momentos militarmente) enfrentados al Pentágono y a la CIA, los primeros apoyando vía Rangers o boinas verdes a grupos "moderados" y a las milicias kurdas, y a la CIA como parte operativa de la llave al-Qaeda/Daesh-Turquía-Arabia Saudita.
Teniendo lo resumido hasta ahora en cuenta, la retórica belicista alcanza nuevas cotas de amenaza cuando John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, le "advierte" a Rusia con que más cadáveres de soldados regresarán a su país en bolsas plásticas y nuevos atentados se perpetrarán contra instalaciones rusas dentro, y fuera de su territorio.
Del mismo modo, y ante el avance del ejército sirio y sus aliados en Alepo, la Casa Blanca ya anunció la nueva dotación de misiles, artillería, armamento antiaéreo y antitanque, e inyección de recursos financieros.
Estados Unidos apostó tropas norteamericanas peligrosamente cerca de la ciudad, mientras que por otro lado anuncia que lugarcomúnmente "no permitirán la caída de Alepo". La fuerza aérea gringa atacó nuevamente infraestructuras en Deir Ezzor.
Pero esto tampoco se trata de un movimiento homogéneo y unívoco. El presidente Obama difícilmente querrá culminar su mandato con un desastre mayor en Siria, así algunos políticos en su demencia consideren la opción de la escalada total contra Rusia, los militares norteamericanos saben que esto se traduce en la Tercera Guerra Mundial y no quieren ser los responsables del avance de ese escenario.
Una victoria de Trump podría modificar los planes sobre el Levante y todo el Medio Oriente en su conjunto, puesto que con Hillary la escalada y la intevención directa está asegurada, por lo que las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, como en el resto del mundo, lo condiciona todo.
Dentro de dicho escenario, los distintos intereses del laberinto imperial buscan colocarse en la posición de ventaja sobre el terreno a la hora del cambio de administración.
Finalmente, y como se verá a detalle en la próxima entrega de esta investigación, el ejército sirio continúa ganando terreno no sólo en Alepo, sino en otras provincias como Homs, Deir Ezzor, Latakia, la zona rural de Damasco y el sur en Cuneitra y Daraa, por lo que no existe ningún interés en detener el actual desarrollo del teatro de operaciones.
La primera tregua de 2016 acordada en febrero y que accidentadamente se extendió unos cuantos meses no suministró ninguna oportunidad política ni dio paso alguno hacia la pacificación, sino que, por el contrario, bajo el amparo diplomático estadounidense, se le ofreció una nueva oportunidad a los yijadistas para recomponerse, reagruparse, re-equiparse y lanzar una nueva ofensiva, algo que vuelve a quedar claro con el desenlace del último acuerdo de cese al fuego.
Estados Unidos/OTAN pretendió repetir el procedimiento, encontrándose con que, sobre el terreno, las fuerzas de la resistencia que actualmente liberan (sí: liberan) Alepo y demás territorios ya lo esperaban, y actuaron en consecuencia, sin haber bajado la guardia.
En este punto, fuera de la ofensiva en el plano de la guerra comunicacional (que tampoco se ha granjeado victoria significativa alguna), la credibilidad estadounidense está destruida, no vendrá acuerdo político alguno hasta derrotar a al-Qaeda y al Estado Islámico, y la alianza que Rusia representa ante la ONU se encuentra en condiciones de contrarrestar la nueva ofensiva.
Ya lo ha demostrado a partir del control, monitoreo y vigilancia a partir del sistema satelital, radares y drones rusos; Rusia dotó de un óptimo sistema antiaéreo capaz de contener ataques de envergadura; en el plano mediático ha sido demoledoramente eficaz la respuesta de medios, páginas y servicios informativos que desmontan a diario cada una de las operaciones occidentales contra Siria (a nivel global), constantando que el tamaño de la operación mediática es proporcional a las conquistas del ejército sirio y que tampoco está triunfando el frente propagandístico occidental.
Tanto Bashar al-Assad como el ejército sirio recobran la legitimidad correspondiente, cuando muchos países occidentales defeccionan de la matriz única de la corpocracia mediática a posiciones más sensatas o menos demenciales.
Sin apelar al optimismo, y ateniéndonos a un escenario verdaderamente peligroso e inestable, la guerra transnacional contra Siria ingresa en una nueva etapa en el que se medirá la posibilidad de la ampliación del radio de devastación, o si el mapa de victorias militares sirias se mantiene, la no muy cercana redefinición un entorno político en el que prevalezca la iniciativa de la legislación internacional y la resolución siria de la guerra.
Incierto como es, la guerra se anuncia aún más larga en el tiempo. Lo cierto es que ni Rusia ni Siria resolverán del mismo modo ante las ofertas vacías y saboteadoras de los Estados Unidos.
El 1 de octubre, The New York Times filtró una grabación en la que John Kerry transmitía su verdadera opinión, cuando le afirmaba a sus interlocutores que él era de los políticos que no creía en una salida diplomática sino mediante "el uso de la fuerza", reconociendo, además, que había perdido la discusión sobre el tema.
El 3, se suspendieron indefinidamente las conversaciones en torno al cese al fuego. Pero todo quedó en evidencia.
La batalla de Alepo, hemos insistido varias veces, es el punto crucial. La mejor prueba de lo dicho lo ofrece el tope de saturación informativa que atestiguamos en redes, en la web, en los noticieros corporativos, todos los días, invirtiendo literalmente lo que ahí ha venido ocurriendo (y todo lo que había pasado con anterioridad también).
En esta serie hemos repetido obsesivamente el valor y el peso específico de Alepo, involucrando su importancia local, regional, nacional, global y simbólica. Y conforme avanzamos en este punto, urge puntualizar otros detalles:
- Una caída de Alepo en manos de las formaciones yijadistas monitoreadas por Estados Unidos y sus prótesis políticas regionales (Arabia Saudita, Catar, los Emiratos Árabes y, a su resbaladizo modo, Turquía) sentaría las bases para crearle una "capital" al califato de plástico desechable de las entidades islamistas, dividiendo de facto al territorio sirio, creando una suerte de "estado híbrido" subordinado y estrictamente al servicio del "rediseño" del Gran Medio Oriente de las corporaciones occidentales, contra la propuesta multipolar china (y rusa): las Nuevas Rutas de la Seda.
- La reconquista definitiva de Alepo por el gobierno sirio y la resistencia, sería, entonces, una derrota estratégica para gringos y yijadistas por igual, lo que explica (una vez más), la infantil reconversión de las acciones que la ofensiva propagandística de los medios intentan burdamente imponer. Según esa conseja fallida, el TIRANO Bashar al-Assad, con el apoyo neosoviético de Putin y los Ayatolas "masacran" a la población civil siria en un "intento desesperado" de ocupar Alepo antes de que los "rebeldes" (los "demócratas" dirían aquí en Venezuela) la "liberen".
- Matemáticas y datos, una vez más: en el lado oeste de la ciudad, defendido y controlado por el gobierno desde la invasión yijadista de 2012, viven alrededor de 1 millón 800 mil civiles. Solamente en 2012, 600 mil habitantes del este huyeron hacia los sectores y distritos del oeste. Se estima que al este de la ciudad permanecen de 100 a 200 mil.
- La mayoría de las familias al este se encuentran retenidas y son empleadas como escudos humanos para disuadir ataques aéreos y de artillería, situación que se intensificó luego de que el ejército sirio con apoyo ruso estableciera canales humanitarios para que migraran hacia las zonas seguras del oeste de la ciudad (en julio se dispusieron 10 mil apartamentos para recibirlos). El 8 de octubre trascendió, en palabras del viceministro de defensa ruso, Anatoli Antonov, que los "rebeldes moderados" minaron varios de estos canales para impedir el tráfico de civiles, luego de que numerosas familias lograran cruzarhacia el lado oeste de la ciudad.
- Alepo fue invadida por grupos mixtos compuestos por sirios provenientes de las zonas rurales (principalmente de la provincia de Idlib) y combatientes yijadistas o burdos mercenarios originarios de 81 países, en los que predominan saudíes, jordanos, tunecinos, turcos, chechenos, libios y chinos uigures; 23 grupos armados bajo la coordinación del "Ejército de la Conquista" (Yaish al-Fateh) y el Frente de Alepo (Fatah Halab), distribuyéndose los sectores y la línea de defensa. El 85% de dicho "ejército" lo encarna al-Qaeda. El Ejército de la Conquista (Yaish al-Fateh) es un centro de operaciones dirigido desde Turquía, financiado por los saudíes y opera desde la provincia de Idlib. Los ciudadanos de Alepo no se invadieron a sí mismos.
- Otra parte de la tropa la componen criminales netos (violadores, asesinos) que son reclutados por los distintos grupos (como lo demostró el asedio a la Prisión Central de Alepo de 2013 a 2014). La última la componen "asesores" militares de la OTAN, operadores de los servicios de inteligencia occidentales... y ONGs y periodistas, mejor conocidos como "combatientes mediáticos".
- Las fuerzas del ámbito sirio en la batalla de Alepo están compuestas por el ejército y la fuerza aérea siria, el grupo de trabajo de las fuerzas aeroespaciales de la Federación Rusa (más asesores y unidades especiales), las Fuerzas de Defensa Nacional (milicianos entrenados por el gobierno sirio), la milicia palestina Liwaa al-Quds (cuya mayoría provienen del campo de refugiados de Handarat, al norte de la ciudad), el libanés Hezbolá, en algunos sectores y distritos agrupaciones kurdas o asirias o armenias (cristianos los dos últimos), y, finalmente, junto a unidades bajo asesoramiento de la Guardia Revolucionaria iraní, las formaciones chiítas (afganas e iraquíes mayoritariamente).
Este es, a muy grandes rasgos, el mosaico militar en el que se enmarca el factor humano de la contienda. Estos son los que actúan directamente sobre el campo de batalla en sentido estricto.
El ejército sirio junto con aliados han retomado zonas que estaban bajo control yijadista.
Evolución y vectores del 27 de septiembre al 8 de octubre.
En la primera y segunda parte de la serie vimos que como resultado de la derrota de la campaña yijadista de julio-agosto, que llevó al simulacro gringo de cese al fuego las primeras tres semanas de septiembre facilitando la reorganización de las entidades yijadistas, desembocó en la ruptura del diálogo entre Rusia y los Estados Unidos con su respectiva escalada político-nuclear y que hoy en día tiene al estúpido hombre blanco maniobrando como pueda para evitar la derrota de sus fuerzas en la ciudad.
Ahora veremos, en una secuencia sucinta, cómo se van acumulando desde la línea de fuego nombres de sectores, barrios, distritos, zonas industriales, retomados por el ejército sirio, que estaban bajo control terrorista desde 2012, y que hasta hace poco era inconcebible su retoma.
Anteriormente, los reportes y mapas que eran publicados sobre la situación de Alepo, hasta finales de septiembre, había tenido una dinámica constante de territorios que iban de manos del gobierno a la de los yijadistas (y viceversa) sin una definición estratégica o duradera. Es precisamente eso lo que pareciera estar cambiando en este momento, y no a favor de al-Qaeda:
- El 27 de septiembre, el ejército sirio con el apoyo aliado dio inicio a una ofensiva a gran escala sobre Alepo, avanzando, el 28, paulatinamente por el norte (el campo de refugiados palestinos de Handarat y el distrito Shakayf) y los distritos al centro-este de la ciudad (Farafira, bordeando la antigua Ciudadela).
- El campo de refugiados de Handarat es liberado el 29 de septiembre, haciendo que la ofensiva por el norte avance hacia Shakay y el emblemático hospital Kindi (bajo control yijadista desde 2013).
- El hospital oncológico de Kindi fue primeramente retomado el 30 de septiembre, preparando el terreno para el asedio a Bustan al-Basha. Ese mismo día, fuerzas de la Guardia Republicana del ejército y de Liwaa al-Quds abrieron otro frente en el norte, en el distrito de Suleiman al-Yalabi, apuntando hacia el bastión yijadista de Shajur, inmediatamente al este del primero.
- El 30 hubo un contrataque de Fatah Halab contra el hospital, mientras que la Guardia Republicana y Liwaa al-Quds avanzaban sostenidamente sobre Bustan al-Basha, desplazándose de norte a sur. El mayor general Zaid Saleh, comandante supremo del ejército en Alepo, declaró a Al Masdar News que 2 mil 500 efectivos seguían operando al este de Alepo, y que Yaish al-Fateh preparaba una contraofensiva desde Idlib, concentrando hombres y preparando vehículos suicidas.
- El 1 de octubre, avanzaba la retoma de Bustan al-Basha, apuntando hacia el distrito de Ayn al-Tal, buscando conectar con la defensa del Hospital Kindi, asediado por Fatah Halab. Mientras tanto, continuaban los enfrentamientosen el distrito de Suleiman al-Yalabi, con el distrito Shajur y la planta de bombeo de agua de la ciudad como objetivos. Ese mismo día avanzaron hasta la zona industrial del distrito de Shakayf y la guarnición de Alepo. En la noche, las fuerzas que avanzaban desde Shakayf alcanzaron las canteras de Barakah, poniendo al Hospital Kindi en la mira.
- El 2 de octubre ya era un hecho el colapso de la primera línea de defensa de Fatah Halab en todos los frentes, a pesar de una oposición feroz. Ese mismo día la Guardia Republicana proclamaba el control absoluto sobre los restos del Hospital Kindi.
- (Cuando recuerdes ese nombre, recuerda también su destrucción, recuerda a sus defensores de 2013, y sobre todo, recuerda esa imagen donde los últimos sobrevivientes fueron fusilados públicamente, y en esa imagen, recuerda las miradas entre serenas, angustiadas y resignadas de los fusilados antes del disparo.)
- El 3, las milicias palestinas de al-Quds y la Guardia Republicana tras avanzar desde el Hospital, entraban en el distrito de Owiyah. Así, la ofensiva del norte, para ese día, avanzaba por tres líneas: desde Barakah-Hospital Kindi (provenientes desde el campo de Handarat y la zona industrial de Shakayf) hacia Owiyah y las canteras de Bureiy, otra en Bustan al-Basha y una más desde Suleiman al-Yalabi hacia Shajur y la estación de bombeo de agua. Por la tarde, se consolidaron posiciones en Owiyah, estableciendo vista hacia la carretera de Yandul.
- Ese mismo día, otra brigada (la 102) de la Guardia Republicana con apoyo de Hezbolá reabría el frente por el sur atacando de nuevo el complejo de viviendas 1070 enfilando hacia el distrito de Ameriyah. Este fue el escenario de la ofensiva yijadista de julio-agosto que buscaba romper el cerco del ejército contra ellos en la zona.
- El 4, un día después de que era un hecho el fin del diálogo entre Rusia y Estados Unidos, la embajada de la Federación Rusa en Damasco fue bombardeada con cargas de mortero desde el barrio de Jobar, controlado por yijadistas, sin reportar mayores daños o víctimas.
- Mientras esto sucedía, yijadistas lanzaron misiles contra la Universidad de Alepo con el solo propósito de atacar a civiles y minar la moral. Por el sur, el ejército y Hezbolá marchaban sobre el distrito de Sheik Said, apuntando hacia Ramusah. La triple ofensiva del 800 regimiento de la Guardia Republicana y los palestinos (habitantes de Alepo) de Liwaa al-Quds presionaba hacia la Ciudadela y Suleiman al-Yalabi, acercándose a la planta de agua y tratando de conquistar posiciones en el eje Shakayf-Owiyah.
- El avance de la brigada 102 de la Guardia Republicana el 5 de octubre sobre Bustan al Basha comenzó a reconectar dicho distrito con el mayoritariamente kurdo de Sheikh Massud. Ya en este punto, desplomadas las defensas del Fatah Halab, los enfrentamientos se dan directamente con el Frente Nuradin al Zinki (los que en meses anteriores torturaron y decapitaron a Abdulah Issa, un niño palestino de 14 años). Las fuerzas aéreas sirias y rusas atacaban el complejo residencial 1070, Sheikh Said, Owiyah y Bustan al-Basha. Lo que permitió un sustancial avance en la reconquista de edificios y posiciones claves en varios distritos.
- Para esa misma noche, 80% del distrito de Bustan al-Basha ya se encontraba bajo control de la Guardia Republicana y Liwaa al-Quds. Habilitando a que el ejército sirio avance sobre el distrito de Ain al-Tal, conectando con Owiyah, preparando las bases para una plataforma capaz de atacar el nervio central del este de Alepo, presionando por todos los frentes, y certificando el colapso de las defensas terroristas.
- En la noche, el ministerio de defensa sirio anunciaba la disminución de los ataques aéreos sobre el frente con el propósito de permitir a los civiles en las zonas asediadas huir de los ataques, a pesar de mantener operaciones en distintos ejes de la batalla, subrayó Al Masdar News, como parte de una petición humanitaria de la ONU.
- El 6 en la mañana (hora siria), el Frente Nuradin al-Zinki controlaba menos de la mitad del distrito de Bustan al-Basha. Para la noche, los avances sobre Owiyah consolidaron la línea de suministro del ejército, mientras que se reconquistaba definitivamente el distrito de Sueilman al-Yalabi (controlando la planta eléctrica), poniendo en la mira el bastión yijadista de Shajur.
- El mismo día, el enviado especial de la ONU en Siria, Staffan de Mistura, proponía la evacuación de los militantes del ex al-Nusra renombrado Yaish Fateh al-Sham (al-Qaeda en Siria) de los distritos del este de Alepo hacia la provincia de Idlib, "por el bien de preservar el resto de la ciudad".
- Cerrando el 6 de octubre, el ejército sirio y sus aliados arrinconan a los yijadistas en dirección al distrito de Shajur desde la colina de Halab (con vista desde Bureiy).
- El 7, el canciller ruso, Serguei Lavrov, declaró en rueda de prensa que Rusia estaba dispuesta a formalizar el plan de evacuación de las Naciones Unidas, de haber claridad y voluntad en la contraparte yijadista. Al poco tiempo, Yaish Fateh al-Sham rechazaba oficialmente la propuesta de la ONU, "a pesar de encontrarse rodeados por el ejército sirio", subraya la nota.
- Por otro lado, y como en días anteriores, los rebeldes continuaron con ataques sostenidos contra zonas residenciales (y habitadas) contra la población al oeste. (No sobra decir que Al Masdar recoge una nota de la agencia Reuters señalando que la mitad de los civiles atrapados en el este quieren abandonar la zona, de ahí la propuesta de la ONU y la reducción de ataques aereos de la fuerza aerea siria).
- Para la mañana del 7, el ejército aseguró su posición en Bustan al Basha, la Guardia Republicana y Liwaa al-Quds avanzaba tras duros combates por el distrito de Owiyah, mientras que por el sur de la ciudad, el ejército y Hezbolá emprendieron dos oleadas (con apoyo aéreo ruso) sobre Sheikh Said y el complejo 1070. Producto de la ofensiva, se logró tomar las colinas estratégicas del primero logrando establecer control de fuego sobre el distrito.
- Así se ilustra la progresión dentro del mapa de la ciudad:
- Un feroz contrataque de Yaish al-Fateh (capitaneado por los ex al-Nusra-"ex al-Qaeda" de Yaish Fateh al-Sham), la noche del 7, hizo retroceder los avances por el sur en Sheikh Said, mientras que el Frente Nuradin al-Zinki retomó varios puntos en Suleiman al-Yalabi, por el este.
- El 8, la fuerza aérea rusa realizó 25 ataques aéreos contra los movimientos de Yaish al-Fateh en Sheikh Said y los alrededores, debilitando las defensas de los yijadistas al sureste. Al mediodía, por otro lado, una vez más la 102 brigada de la Guardia Republicana y los milicianos palestinos de la Brigada al-Quds consolidaron posiciones, ahora en el distrito de Owijah, cerrando aún más el cerco, toda vez que se hace efectivo el contrataque en Bustan al-Basha.
- Al cierre de este recuento (8 de octubre en la tarde, hora de Caracas), es lo que las fuentes consultadas informan. La intensidad de la confrontación promete aumentar mientras que el ejército sirio avance, y los yijadistas endurezcan la resistencia, jugándoselo todo, a la espera de que refuerzos desde otras provincias (Idlib o Hama) se enrumben hacia Alepo. La mayoría de estos intentos han sido frenados en seco por los cazas y los bombarderos rusos. Mientras que en el frente de Hama, como veremos más adelante, otro factor sabotea el contrataque yijadista.
Puede que en un primer momento, la enumeración de nombres y lugares resulte excesivamente detallado, algún genio sostendrá que es innecesario, y frente a ese argumento "potencial", se describe acusiosamente el avance de una forma bastante difícil de cuestionar en la veracidad de los datos (y sus fuentes), vacunando la lectura de una campaña mediática en contra, incapaz, ni siquiera en las más altas esferas, de manejar el mismo dato con el mínimo de rigurosidad o seriedad.
El eje de la resistencia aprovecha la guerra entre yijadistas para tomar posiciones.
(Otras) breves noticias de la guerra.
A falta de espacio, vale decir lo siguiente sobre la tendencia general sobre el resto de los teatros de operaciones en activo, en este preciso momento, en toda la cartografía siria: a grandes rasgos, la constante sigue siendo la recuperación de más territorio por parte de las configuraciones de aliados de acuerdo a la zona (mención aparte tendrá el norte rural de la provincia de Alepo, donde se desarrolla, a partir de la ocupación ilegal del territorio del norte por parte del ejército turco, una dinámica relativamente separada del resto).
Este panorama de reconquistas territoriales por parte de las fuerzas de al-Assad no puede tratarse únicamente de maniobras estrictamente militares, así se hayan valido de esa presión para alcanzarlos: pero así como en algunos lugares el conflicto termina configurándose como una guerra de aniquilación (lo vimos más arriba), en otros frentes también han sido empleados medios políticos entre rendiciones, evacuaciones de yijadistas e, incluso, por acciones masivas de la población civil, como en al-Hama, suburbio de Damasco.
Estas reconquistas, cuando no son desmantelamientos de ofensivas yijadistas o avances contra posiciones de al-Qaeda, el Estado Islámico o columnas del "Ejército Libre Sirio", son verificables en las provincias de Homs, Daraa y Deir Ezzor, en las zonas rurales de la provincia de Damasco, en la provincia de Latakia.
Pero además, la provincia de Hama es hoy en día el escenario de una sanguinaria guerra civil intra-yijadista entre Jund al-Aqsa (filial de al-Qaeda) y Ahrar al-Sham, en la que media Yaish al-Fateh. A finales de septiembre, desde esta provincia comenzó una ofensiva para cortar las líneas de suministro que conectaban a Alepo con el resto de Siria hacia el sur. Por lo que la tragedia yijadista es doble, cuando el ejército sirio y los aliados también recuperan territorio desde hace dos semanas producto de dicha ofensiva, y sacan ventaja de la guerra civil interna.
El mismo escenario se reproduce en la provincia de Idlib (frontera con la de Hama, Alepo y Turquía), que ha permanecido bajo control de la alianza de Yaish al-Fateh desde mediados de 2015.
La (otra) guerra de la población civil contra la ocupación.
Este punto es absolutamente necesario. Ha sido un dato que descaradamente la maquinaria de los medios occidentales han procurado silenciar y ocultar a niveles extremos: y se trata de la feroz resiliencia de la población civil a lo largo del país. Siempre ocurre inmediatamente después de ser expulsados cualquiera de los grupos "rebeldes".
Una vez liberado un poblado, un sector de la ciudad, o la ciudad completa, la población civil comienza a instaurar su propia dinámica. Se esfuerza por retomar voluntariosamente el hilo de la vida diaria, en una lucha de reconquista ya no del terriotorio sino de la normalidad -su normalidad- que le había sido arrebatada con la guerra. La voluntad de reconstrucción sobre las ruinas de la guerra persiste siempre.
Ese esfuerzo de reapropiación de la rutina, del cotidiano, lo componen quienes aguantaron el asedio o la ocupación en el mismo territorio, y quienes, desplazados internos, regresan lo más pronto a emprender la misma tarea. Más allá: esta suerte de vanguardia, en realidad, materializa la misma voluntad de quienes hoy se encuentran en campos de refugiados o que se suman a la migración fuera de Siria, que hayan llegado como hayan llegado, sean partidarios del gobierno de al-Assad o pertenezcan a la verdadera oposición sensata y moderada que también rechaza la intervención extranjera.
Lo que en su contrapartida explica también la abusiva hostilidad armada de las formaciones terroristas.
En su reciente entrevista para la agencia AP, el presidente al-Assad recordó que en las últimas elecciones presidenciales, muchos de los migrantes y refugiados, desde otros países, votaron a favor del partido gobernante, "así que no es cierto que abandonen Siria a causa del gobierno", puntualizó, sino producto de la penuria de la guerra y la imposibilidad de quedarse y subsistir.
Es ahí donde se complementa el círculo de la resistencia, lo que seguramente debe constituir una inyección moral para la tropa que pelea encarnizadamente precisamente por esa existencia. Por el incuestionable derecho de que la vida en Siria, bajo identidad siria y entre el mismo pueblo sirio, sea algo ejercido de acuerdo a su designio y no el de una agenda de macroexterminio sistemático por intereses políticos, geopolíticos, energéticos y financieros que borronean toda razón y motivo humano, que todo lo frivoliza y lo aplana.
Este debe ser el primer ejemplo y el elemento cardinal para organizar el mapa de la guerra en Siria. El otro punto esencial es el comunicacional.
Al día de hoy y empleando los sinnúmeros recursos de los que dispone, Occidente no ha logrado imponer un cerco informativo-propagandístico alrededor de Siria. En el frente de la propaganda, los medios de comunicación anglo-occidentales no se granjean victoria significativa alguna.
Los medios de comunicación no han logrado, a pesar de tanto y de todo, imponer una narrativa que termine de consolidarse, que legalice sus acciones y que silencie al aparato comunicacional que se le enfrenta.
Los medios digitales en especial, dentro y fuera de Siria, han sido capaces de contraponer las falsas matrices y además instalar una narrativa que efectivamente contrarresta, con datos, hechos y fuentes directas, con la verdad, todos los vastos esfuerzos por dominar la batalla por la opinión.
Esto sólo puede ser producto de una lógica comunicacional que se entiende de una vez (geo)política y que prescinde, por lo tanto, de la estéril necesidad de perder el tiempo con apriorismos ideológicos o de una espectacularización de la política que en poco tributa a la guerra informativa.
Ha sido, también, el resultado de medios independientes que no obstante son apoyados o son conformados con capital de los distintos Estados y gobiernos proponiendo un modelo comunicacional efectivo (y de ahí la urticaria global contra Russia Today o Sputnik, por solo mencionar a los más visibles y satanizados).
El acopio de datos para la secuencia que se leyó más arriba fue producto precisamente de servicios informativos como Al Masdar News, Al Manar y Southfront con fuentes directas, y en el caso de Al Masdar casi en tiempo real. En ese sentido, este último representa el mejor ejemplo de un medio con una clara posición política que promueve información veraz, rigurosa y contrastada, sin ideologicismos automáticos y sin la necesidad de recordar a cada rato al servicio de cuál causa está y lo buena que es.
Digan lo que digan los medios pro-intervención, es poco lo que ocurre ahí a favor de su agenda.
Esta alternativa era casi imposible en otro tiempo. Sin ir tan lejos, ahí están la segunda invasión norteamericana contra Irak en 2003 y la invasión a Libia en 2011, donde tal vez todavía no era suficiente la fortaleza de la nueva red contrainformativa que se vertebra a nivel global. Tema que quedará patente a la hora de abordar los principales mitos de la ofensiva mediática en la próxima entrega.
Mientras tanto, en el plano global de la misma guerra, el desvarío estadounidense y sus demostraciones musculares han encontrado una clara barrera en la capacidad de respuesta rusa, incrementando aún más los niveles de aparente amenaza de una conflagración aún mayor, más peligrosa y destructiva (o de un bluff nivel Casa Blanca). Y su detonante es el actual estado de las cosas en la batalla de Alepo: digan lo que digan, es poco lo que ocurre ahí a favor de su agenda.
Alepo, por su inherente carga histórica, por el envión moral que hoy representa para la Siria que resiste, su significado en vidas y sufrimiento, en toda su devastadora dimensión, trágica y por lo tanto épica, por la mezcla de todo, no sólo es ese campo de batalla, sino que automáticamente derivado de toda esa mezcla, Alepo es un símbolo.
Porque un símbolo se hace a partir de una conglomeración de elementos que le dan vitalidad y por lo tanto significación con profundidad de contacto con la fibra humana común. O así debería serlo, para todos nosotros.
A pesar de la distancia, a pesar de (tormentosamente) vivirlo y estudiarlo desde la distancia de las redes (y desde el combate informativo), y por sobre todas las cosas, espantando la lógica de coliseo asidua al consumismo político, en el que mediáticamente se teatralizan lo que son una suma de vidas concretas bajo la identidad siria que pelean por seguir existiendo bajo esas coordenadas, espantando la lógica de espectadores que ven desde la tribuna cómo se matan abajo en la arena, en Alepo se juega mucho más que un espacio geográfico.
Diferencias aparte, la comparación no es gratuita ni desmerece su lugar en la historia: Alepo ya es Stalingrado. Y su liberación volteará la guerra.
Publicado originalmente en: Misión Verdad
No hay comentarios:
Publicar un comentario